Capítulo 26

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Sangre, mucha sangre era la único que podía ver en aquel momento. Me quedé estática en mi posición, en estado de shock por lo que acababa de ocurrir. Casi no sentí el empujón de Normani apartándome para acabar con el ser que acababa de arrancarle un buen trozo de carne del antebrazo a mi amiga. Lucy volvió a empujarme para pasar por mi lado y agarrar a Dinah que parecía estar a punto de desmayarse, y Lauren simplemente pasó por mi lado sin mirarme mientras se llevaba las manos a la cabeza y observaba el lugar por precaución. Mi amiga estaba perdiendo la consciencia mientras todas intentaban parar la abundante hemorragia en su brazo. Todo estaba pasando en cámara lenta para mi, todo me daba vueltas, como si yo también estuviese a punto de caerme, como sumida en un sueño. Pero no lo era, aquello era completamente real, y no fui consciente de la realidad hasta que Lauren vino hacia mi, agarrándome de los hombros y sacudiéndome, articulando palabras que yo simplemente no podía oír. Solamente veía a su espalda a mi mejor amiga tirada en el suelo, con la ropa llena de sangre y las demás a su alrededor intentando que volviese en sí. Pero no lo hizo.

De repente sentí mucho calor en mi mejilla izquierda, mi compañera acaba de darme un bofetón para que reaccionase, y entonces empecé a escuchar de nuevo, me estaba gritando para que la ayudase a atrancar la puerta, y eso hice, con movimientos lentos me acerqué hasta ella y pusimos unas tablas y unas piedras frente a la puerta cerrada, a modo de seguridad. Entonces me moví hasta mi amiga tirada, Normani estaba llorando mientras la movía, Lucy la miraba estática de rodillas a su lado, Lauren me miraba, como esperando que hiciese o dijese algo. Y entonces una idea brilló en mi mente.

Sin decir nada cogí el machete que llevaba Lauren en la mochila y con manos temblorosas me acerqué a mi pálida amiga, en aquel momento ya me había ganado la atención de todas, que me miraban con expectación y miedo. Me puse a la altura de las demás en el suelo y mirando a Lucy hablé.

-Hazle un torniquete a la altura del codo. Si se lo cortamos ahora podemos evitar que la infección se extienda.

Abrió los ojos como platos ante lo que acababa de pedirle, y podía escuchar Normani a mi espalda susurrar que no repetidas veces mientras continuaba llorando. Yo tampoco quería, pero era la única opción de salvarla, eso si ya no era demasiado tarde.

Mientras observaba la cara de Dinah allí tirada, Lucy hacía lo que le había pedido, y rápidamente ya había unas telas al rededor de su brazo, apretándolo y haciendo que menos sangre saliese de su herida abierta. La aparté de allí para tener una mejor posición para lo que estaba a punto de hacer. ¿En que maldito mundo tendría que cortarle el brazo a mi mejor amiga para que no se convirtiese en un ser sin vida que intentase comernos? Pues parece que en nuestra nueva vida las cosas iban así.

Bajé el machete con fuerza en un golpe seco sobre el brazo de mi amiga. Un segundo golpe. Un tercero. Y la parte baja del brazo de mi amiga ya no estaba unida al resto de su extremidad. Lauren se acercó rápidamente hasta nosotras y quitándose la chaqueta empezó a ponerlo al rededor de su muñón para evitar que se desangrase más. Lucy arrancó las mangas de su sudadera para atar bien todo, y hasta parecía un trabajo bien hecho para haberlo llevado a cabo en una azotea en ruinas. Normani se lanzó a abrazar el cuerpo inmóvil mientras seguía llorando mientras yo me levantaba e iba hacia la cornisa. Al fin, plenamente consciente de la realidad, sentí como lágrimas amenazaban con salir de mis ojos. Lancé un grito al aire mientras sentía que me caía, pero unos brazos me sujetaron por la espalda y me agarraron con fuerza apretándome contra ella. Lauren empezó a susurrarme al oído que me calmase, que todo iba a estar bien, que se iba a recuperar, que saldría de esta. Menuda ironía... parecían las mismas palabras vacías que me dijeron mis padres mientras a mi abuela la mataba el cáncer. Ni ella misma se creía lo que estaba diciendo, y yo simplemente no veía un final feliz para esta historia. Fue cuando sentí unos pequeños espasmos en su cuerpo y como su respiración se entrecortaba mientras ella también comenzaba a llorar. Me giré entre sus brazos y vi sus ojos rojos, esta vez no podía ser la mujer fuerte que me había acompañado durante todo este viaje, y lo entendía, así que la abracé con todas mis fuerzas intentando calmarla mientras acariciaba su espalda.

La noche se echó sobre nosotras. Habíamos conseguido encender un fuego y nos encontrábamos todas al rededor de él calentándonos, ninguna hablaba, cada una tenía su propio debate interno.

-Va a salir de esta. Va a vivir, es fuerte.- Habló Normani por primera vez sin lágrimas en sus ojos. Todas la observamos mientras lo repetía. Hablaba firmemente, como si realmente estuviese segura de lo que decía y creyese en la recuperación.

-Si, se va a recuperar.-Respondí yo. Esta vez si lo creí al decirlo. Necesitaba creerlo, todas lo necesitábamos. Y sin decir nada más todas nos tumbamos para intentar dormir.

Habrían pasado algunas horas cuando me desperté inquieta, no dejaba de soñar con esos seres devorando a mis amigas, así que me levanté desperezándome y me acerqué a Dinah. Me senté a su lado y agarré la única mano que ahora le quedaba. Comprobé los vendajes para ver si estaban bien colocados, y nada más tocarlos un poco sentí un movimiento de mi amiga acompañado de una respiración forzada. Observé su cara en busca de alguna reacción y efectivamente, empezó a apretar la mandíbula. Inconscientemente llevé la mano al cuchillo en mi pierna por precaución, entonces abrió los ojos y me miró con la vista cansada. Era ella, realmente ella, no se había convertido.

-Dinah, estás viva.- Susurré tan bajo que ni yo me escuché. Pero ella si pareció escucharlo.

-¿Realmente pensabas que os libraríais tan fácilmente de mi? Soy peor que los piojos.- Dijo con una pequeña risa, la cual me contagió. No sabía lo que podía llegar a echar de menos su voz y su risa.-Me duele bastante el brazo.- Dijo mientras intentaba incorporarse para ver que le pasaba. No parecía recordar que le habían mordido. La paré para que no se levantase mientras sentía como perdía todo el color en mi cara.

-Dinah es mejor que no te muevas mucho, necesitas descansar. No se si lo recuerdas, pero cuando entraste aquí uno de esos seres se te echó encima y te mordió en el brazo.- Sus ojos se abrieron como si se fuesen a salir de su órbita, miró hacia la puerta de la azotea como recordando esa pequeña parte, pero nuevamente me miró esperando que continuase. Un nudo se formó en mi garganta pensando lo que le iba a decir a continuación.- Estabas sangrando mucho, la mordedura ocupaba gran parte de tu brazo, y si no hacíamos nada ibas a morir y transformarte en uno de ellos... así que tuvimos que cortarte parte del brazo.- Sus ojos se abrieron más si podían y bajó la vista hacia el miembro ahora fantasma. Cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás mientras un par de lágrimas salían de sus ojos. Volvió a verme con una mirada que no fui capaz de descifrar en ese momento.

-Gracias Mila, me has salvado la vida.- Dijo con lo que ahora denoté como cierta alegría en sus ojos.

-Era lo que había que hacer. Y no he sido solo yo, todas pusimos de nuestra parte para hacerlo.

-¿Pero fuiste tu quien lo cortó, no? Puedo ver las salpicaduras en tu camiseta. Fuiste muy valiente al hacerlo.

Bajé la vista a mi camiseta, que efectivamente estaba llena de manchas de sangre por los cortes. Volví a mirarla para responder cuando un fuerte golpe sonó en la puerta. Ambas nos giramos en esa dirección al mismo tiempo que las demás se despertaban y observaban en la misma dirección. En un corto silencio nos miramos entre todas intentando saber que había sido aquel sonido tras la puerta. Fue entonces cuando gruñidos empezaron a sonar tras ella, acompañados nuevamente de golpes y arañazos.

Habían entrado y subido hasta donde estábamos. Y la única salida estaba llena de muertos hambrientos.

Paranormal (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora