Han pasado unas semanas desde el accidente, y vaya que han sido intensas. Mi mamá me busco, y me pidió que volviera a casa pero yo no quería dejar a Gastón solo, así que tuve que rechazar su pedido. Desde entonces somos nosotros dos solos contra todo. El primer día, después de salir de la clínica, tuve que que hacer reposo todo el día y debo decir que tengo el mejor novio del mundo entero. Es increíble cómo estando el también con lesiones se encargó de hacer todo para que no me faltara nada y estuviera cómoda. En la noche me preparo una cena especial, claro que blanda por las recomendaciones del médico.
- Y... que te pareció? Te gustó? —me preguntó tímidamente después de haber acabado.
No pude evitar sonreír y mirarlo a los ojos. No podía creer que siguiera siendo así después de todo, tan delicado conmigo, tan dulce, tan Él.
- No pudo haber estado mejor –respondí tomando su mano y entrelazando nuestros dedos.
- Gracias -dijo él dedicándome una sonrisa y apretando nuestras manos.
- Gracias? — pregunté sorprendida —no entiendo por qué me agradeces, es más, debería ser yo la que te debería decir gracias. Haz estado pendiente de mi todo el día, me has atendido y me has cuidado aún estando delicado también...
- Amor —dijo el cortándome y acercándose más a mi — Gracias por estar. Gracias por ser mi ángel, por haberme salvado y por hacerme la persona más feliz día tras día al ver cómo mi hijo crece sano y salvo dentro de la mujer más maravillosa. Gracias por el amor infinito que me haz demostrado y sobretodo gracias por volverme a elegir.Y es así como sin pensarlo las lágrimas empezaron a correr por mi mejilla, simplemente no pude evitarlo este hombre era perfecto. Me acerqué a él y tome su cara con mis manos junte nuestras frentes y simplemente lo siguiente se salió de control. Nuestros cuerpos se acercaron con deseo, nuestros labios se buscaban, nuestras miradas se conectaban y es así como después de mucho tiempo volvimos a ser uno.
ESTÁS LEYENDO
Que esperar cuando estas esperando
Fiksi RemajaEsto tiene que ser una broma. Mierda, mierda. Rocío maldijo dos veces ese día."No puede estar ocurriendo esto" -decía mientras caminaba por el lugar - "Esto debe estar fallando" se repetía tratando de buscar alguna solución, algo que la ayudara a no...