Que esperar cuando estas esperando

Capitulo 24 "Fantasmas del pasado"

Desde muy chica siempre fui la nena de papá. Era hija única así que tenía toda su atención para mí sola. Él era la persona que más me conocía en el mundo, era. Era más que mi papá, era mi héroe, mi mejor amigo, mi todo.
Cuando se fue, todo lo que me importaba se vino abajo. Dejé de creer que el amor incondicional existía, y que si la persona que más me importaba en el mundo fue capaz de hacerme algo así no quería ni imaginarme que me haría el resto.
Desde entonces fui muy dura con el amor, y me costó abrirme mucho con la gente, y es que tenía aún esa sensación de que me lastimarían. Ese dolor, esa opresión en el pecho no quería volver a sentirla, jamás.
Hoy lo vi, después de tanto tiempo y el me miró, con esos ojos que son iguales a los míos, me miró como cuando era una niña, me miró con dulzura. Y yo? Yo no sabía que hacer, no sabía que decir. Tantas cosas, tantos sentimientos. Probablemente llevo un buen tiempo mirándole, no me dice nada y yo solo intento hablar con mis ojos, gritar con ellos y sacar toda la furia y dolor que me atormentaron por tanto tiempo.

— Estas... -dice vacilando
— Embarazada? Ja que observador... -suelto sin más, con cierto desdén y sin tan siquiera reparar en lo que decía.
— Diferente -dice mientras me sonríe con suavidad- quería decir diferente... y no por -mira mi vientre y vuelve a sonreír -no por eso... estas más grande
— Ya... será porque te desapaciste por mucho tiempo? -digo casi perdiendo la voz.

Lo miro y siento venir las lágrimas, algo en mi se revuelve, una vez más siento esa opresión. Los últimos meses antes que se fuera vienen a mi y no hacen más llamar a las lagrimas. La visión se me nubla, están aquí. Agacho la mirada y una vez suelto con la voz más entre cortada que antes.

— Me tengo que ir...
— Para -me dice tomándome del brazo - quiero verte otra vez ... hija
— Que quieres verme? Ahora si quieres verme! -y es oficial, ahora si las lagrimas invaden mi rostro - Hace un tiempo hubiera matado por escuchar esas palabras salir de tu boca, pero ahora estoy bien así. Yo no quiero verte, dejémoslo así y hagamos de cuenta que nunca nos vimos. Sigue con tu vida que seguro y es tan perfecta e increíble que ni te molestarte en pasarte por la mía durante todo este tiempo.

Digo esto último y me saco de su agarre, continuó mi rumbo hacia el consultorio de la doctora casi en piloto automático. No me siento aquí, una vez más parece  que es un sueño. El pasillo se hace borroso, escucho un sonido estruendoso cerca de mi oído. Cierro los para apartarlo pero solo se intensifica. No siento mis pies, todo se nubla, y de pronto solo oscuridad, ya no siento más nada.