Capitulo 19

161 9 2
                                    

Gastón
Me levanto con incertidumbre. Siento que algo malo ocurre, pero no puedo comprender lo que es. Una presión en el pecho y una desesperación inexplicable que me consume por dentro me hacen presentir una catástrofe.
Hace horas que no se nada de Rocío. No sé si está bien, no sé si se ha ido, no sé si sigue allí escondida, no comprendo nada.
Trato de tranquilizarme y espero a que alguien venga, pero no funciona.
Miro por la ventana y noto que es de tarde, así que aparentemente he dormido demasiado.
Por un momento me distraigo mirando las hojas de un árbol que se vislumbra a lo lejos desde la ventana. Por un momento creo que he encontrado esa tranquilidad que tanto me hace falta hasta que escucho su voz.
Algo dentro de mi se estremece y mi pulso se acelera. No quiero voltear y verlo. No quiero que me vea así, débil.
No quiero sentir su presencia, no quiero entablar ningún tipo de comunicación. Solo quiero que se largue, como lo hizo hace años, sin decir adiós.
- Gastón -el sonido de mi nombre pronunciado por sus labios hace que miles de recuerdos me golpeen provocándome un dolor inexplicable.
Quiero gritarle que se largue.
Pero también quiero llorar, quiero llorar lo que no lloré de niño, cuando me enteré que se había ido.
Quiero recriminarle todas las vicisitudes que pasamos durante su ausencia, pero no puedo.
No me salen palabras, así que solo lo escucho.
- Hijo -dice casi en un susurro - Por favor, no me ignores.
<<Suena arrepentido. >>
Ja.
Me río de mi yo interior.
Como si un simple perdón fuera a devolverme a mi madre. Como si un simple "no quise hacerlo" me fuera a devolver a mi familia, mi infancia, mi vida.
- Entiendo que no quieras hablar, así que solo escúchame... Yo... No sé por donde empezar...
Se mantiene en silencio por un momento. Yo sigo con la mirada fija en la ventana, con el corazón en la boca. Estoy a punto de escuchar la historia que me invente desde chico para tratar de encontrarle sentido a tal acto de cobardía que tuvo él. Recuerdo haber pasado noches enteras sacando conclusiones y tratando de no manchar su imagen.
A la tercera noche comprendí que nunca nos amo. Y que lo que hizo fue para salvar su pellejo.
Nosotros éramos el Titanic y el se fue en el único bote salvavidas.
- Se que tal vez tengas o hayas armado una historia durante todos estos años...
¿Tú qué crees?
- Pero hijo, no tienes idea lo que fue para mi dejarlos. Con el dolor de mi alma tuve que alejarme de lo que más amaba, mi familia. Sin embargo, nunca perdí comunicación con ustedes, constantemente los veía de lejos, solo para verificar que estuvieran bien...
¿Bien? ¡Qué clase de broma era esta?! Acaso no vio que estábamos de mal en peor.
- Sea como fuere, no he venido ha contarte mis penas, solo he venido a advertirte. Cometí un error hace años y aun lo sigo pagando, lo que me temo es que ahora este error le afecte a ti y a tu hermano...
Error?! A qué se refiere?
- Sabia que vendrían por ti, desde que se enteraron que sobreviviste al ataque de la noche anterior, así que estuve haciendo guardia. Y como me lo esperaba, ellos vinieron, estaban a punto de matarte sino hubiera sido por esa chica, pobre, la tuvieron que internar de emergencia...
Chica?!
- Qué chica? -es entonces cuando por fin lo miro. Su rostro no ha cambiado, solo ha envejecido.
Hacemos contacto visual por un momento hasta que vuelve a hablarme.
- Una joven, rubia, alta, bonita. La encontré tirada contra la pared, sangraba mucho así que la lleve con una enfermera...
Mi corazón se paralizó.
Rocío
El bebé.
Rocío.
El bebé.
- Donde están? -dije con desesperación mientras me quitaba todos los cables.
- Hijo, tranquilo, está estable...
- Tu no entiendes! -digo con desesperación- Ella no es una simple chica... Donde están?!!
- En la habitación 306 ...
Es lo ultimo que escucho antes de salir corriendo.

Que esperar cuando estas esperandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora