SIRVIENDO POR AMOR

¿Y ERA POR ESTO?

-Holaaa -entraron a saludar Rose y compañía- Te hemos esperado en el salón pero no has venido. ¿Ha pasado algo? -se sentaron conmigo en la cama.

-¿Qué sabéis sobre Dann? -pregunté sin dudar.

-¿El hermano del amo? -preguntó Shelby.

-Así que si que es su hermano -murmuré para mi misma.

-Pues no mucho, la verdad. Que también le va a la marcha, como a su hermano -se rió Rose.

-Aunque menos -se rió también Shelby sin haber oído lo que había dicho para mí misma.

-¿Cómo que la marcha? -pregunté sin entender nada.

-El amo le deja chicas a Dann.

-Especialmente aquellas que a él no les importa tanto -añadió Rose.

-Si, a Marilyn y a Belinda se las deja siempre. Por ejemplo, a su querida pelo teñida no -puso cara de asco al nombrar a la guarra aquella que tuve el placer de tener un lío el primer día.

-¿Cuánto tiempo lleva... gustándole ese tipo de marcha? -me aguanté las lágrimas.

-Desde... ¿siempre? Por lo menos desde todo el tiempo que llevamos aquí -estaba alucinando. Dann y yo rompimos hacía apenas un año.

-Esto no puede ser verdad -me levanté de la cama dejándome llevar ya por el dolor.

-Pero, ¿por qué tantas preguntas Sheila? ¿Es que acaso le conocías? -se extrañó Rose.

-¿Que si le conocía? Sólo sé que es un puto cabrón de mierda al que le voy a dejar las cosas muy claras -salí disparada de allí con las chicas gritándome por detrás.

-Sheila, no sé a qué demonios te refieres, pero debes tranquilizarte -me frenó Shelby.

-¿Dónde está? -pregunté- Decidme por favor donde está -les pedí cuando ví que no me respondían.

-Hace un momento estaba en el salón junto con Ma... -me bastó oír aquello para ir dirección al salón.

Abrí las puertas y me adentré en aquella sala pasando de las miradas cotillas de aquellas putas. Me planté delante de Dann que estaba sentado junto con su querido hermano.

-Ehh, hola chicas. ¿Ocurre algo? -se hizo el loco.

-¿Qué si ocurre algo? Lo que ocurre es que eres un puto mentiroso -le solté en la cara y a este se le descompuso- Conque te va la marcha, ¿verdad? ¿A cuántas de estas chicas te tirabas mientras que me decías que era la única? ¿A cuántas? ¿A ellas también les decías esas cosas tan bonitas?

-No sé de que estás hablando -se levantó para quedar a mi altura.

-¿Qué no...? Joder Dann, ¡rompimos apenas hace un año y te lo montabas con cualquiera! ¿Cómo pudiste hacerlo? Incluso nos comprometimos -una lágrima se cayó por mi mejilla.

-¿Qué? -ahogaron Rose y Shelby al mismo tiempo que Matt se levantó sin creerse nada de aquello.

-Sheila, este no es lugar para discutir esto -bajó el tono de voz pretendiendo que nadie le oyera.

-Me decías que me amabas una y otra vez. Me dijiste que tenías que irte. Que seguirías amándome siempre, pero que debías irte. ¿Y era por esto? ¿Por esta vida? -sollozaba muerta de dolor.

-¿Qué? Jamás te haría ese tipo de daño... -al fin respondió a alguna de mis preguntas.

-Pues me lo hiciste. Y me lo has vuelto a hacer -me sorbí la nariz y salí de allí con apenas fuerzas bajo los cuchicheos de aquellas guarras.

-Sheila -me cogieron de cada brazo Rose y Shelby para acompañarme a mi habitación.

-¿Por qué no nos lo habías dicho? -me tendieron un pañuelo de seda.

-Supongo que os hubierais reído en mi cara.

-¿Reírnos por que te hubieran roto el corazón? No somos tan mala gente -me abrazó Rose.

-Nos conocemos de hace menos de una semana, ¿por qué me tratáis tan bien?

-Cariño, para ser feliz en un sitio como este, se hace falta el apoyo y amor se otras personas, aparte del tuyo mismo -me sonrió Shelby, y nos quedamos tumbadas las tres sobre mi cama dispuestas a olvidarnos de aquel asqueroso mundo.