GRAVE

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-¡Quiero verla! -exclamé cuando dos de ellos me cogieron de los brazos para llevarme a mi cuarto.

-Esperad -intervino el chico que había cogido el móvil- La llevaré -los otros guardias se quedaron algo extrañados- Pero debes prometerme que no vas a hacer nada de lo que tenga que hacer que te arrepientas.

-No. Te lo prometo -me alegré entre lágrimas- ¿Por qué haces esto? -le pregunté cuando ya nos estábamos montando en el coche.

-Porque sé lo que es perder a una madre -seguía mirando al frente, atento a la carretera.

Decidí guardar silencio. Mi prioridad en aquel momento era ver a mi madre y abrazarla con todas mis fuerzas. Tanto tiempo sin verla y tenía que ocurrir eso.

-Este no es el hospital -miré al edificio que crecía ante nosotros.

-Ya. Primero tengo que ir a ver a alguien -abrió la puerta del coche- No te vayas -me advirtió con un dedo acusador y entró a aquel abandonado edificio.

-¿Con quién tendrá que hablar en un edificio abandonado? -opté por entrar yo también y averiguar que es lo que estaba pasando.

Seguí el sonido de las voces hasta que llegué a la planta donde distinguí la presencia de algunos guardias de Matt.

Llegué a una sala donde en el centro se encontraba Damon. El corazón se me paró al verlo allí.

-Tú... -me acerqué amenazante a él.

-Sheila... Escúchame -aprovechando que estaba atado a una silla, le estampé con toda mi fuerza el puño en su cara.

-¡Sheila! -me apartaron unos brazos por detrás justo cuando iba a asestar mi segundo puñetazo- Pero, ¿qué haces? Tu mano joder -fue en ese momento cuando me dí cuenta que la tenía roja.

-Me da igual. Se merece más -iba a ir sobre Damon otra vez pero Matt me paró.

-Déjate ya de tonterías. No puedes hacer esto. Mira como se te ha puesto la mano por un puñetazo -controlé mi respiración para tranquilizarme- Me voy a encargar yo de él -ví un puñal brillar en su cinturón- Ve y que te curen la mano -asentí.

-Haga que su muerte sea lenta -fulminé a Damon con la mirada antes de salir de allí.

Uno de sus guardias me vendó la mano con cuidado. Me quejaba de vez en cuando, pero procuraba no hacerlo mucho para no parecer muy débil.

-Gracias -le dije cuando ví que se iba.

Al rato entró Matt quitándose su camiseta blanca quedando con el torso desnudo.

-¿Y bien? -le pregunté cuando ví que dejaba su camiseta totalmente ensangrentada en una mesa llena de polvo.

-He hecho lo que me has pedido -se colocó entre mis piernas abiertas y me dió un casto beso en los labios.

-Gracias -pasé mi mano por su pecho- Gracias de verdad.

-Ya me ha dicho Jeremy que te dijo que te quedaras en el coche, y como no, no le hiciste ni caso -me reí por lo bajo- Eres muy desobediente.

-Quería saber que escondía en un edificio abandonado. Ahora lo sé. Pero lo que de verdad me pregunto es por qué Damon le ha hecho eso a mi madre -sollozé.

-No tienes por qué pensar en eso ahora. Te pondrías peor -me acarició la cabeza- Tu madre está en el hospital. Grave. Pero está.

-Vayamos a verla. Por favor -le rogué. Me besó y me cogió de la mano llevándome rumbo al coche que nos iba a llevar hasta mi madre.


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