UNA LARGA HISTORIA

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Jane y yo esperamos impacientes a que el doctor viniera y nos informara de como iba a todo. Ethan se marchó hacía rato ya que recibió varias llamadas diciendo que necesitan su presencia en la oficina.

-¿Habéis hablado sobre el tema? -señaló mi barriga.

-Quedó todo muy claro en la comisaría. Por eso no hemos vuelto a sacar el tema -me revolví molesta.

-Siento mucho lo de Ethan. Hacíais muy buena pareja. Supongo que si no había amor... -frunció la boca.

-Haber si había. Pero no lo suficiente para poder ser feliz durante el resto de mi vida -le dí un trago a un vaso de agua.

-Si es que las relaciones que empiezan en una discoteca no suelen tener un largo futuro -comentó frustrada y rompimos en risas.

-¿Sheila Watson? -asomó la cabeza el que parecía ser el doctor.

-Si. Esa soy yo -recibí al doctor con una sonrisa que escondía mi impaciencia por saber cómo iba todo.

-Bien. Pues señorita Watson, me alegro decirle que el bebé se encuentra en perfectas condiciones -echó un vistazo a los papeles que tenía en la carpeta- Lo único que tiene un poco dañados son los pulmones. Estar embarazada implica el doble esfuerzo de los órganos para hacer todo. Sus pulmones, al estar más sensibles, han sido dañados con bastante facilidad. Pero no hay nada por lo que alarmarse. Con unas pastillas que te voy a recetar, esto se soluciona en un par de días.

-Doctor, sé que tiene mucho jaleo, ¿pero sabría usted como están los demás policías? -intervino Jane un tanto desesperada por saber algo de sus compañeros.

-Están todos perfectamente. Lo máximo que tenemos es escayolamiento. Nada más grave que alguna fractura -cerró la carpeta- Oh, señorita, se me ha olvidado por completo -soltó una risilla- Quiero darle mi más sincera enhorabuena. Está embarazada de una niña -me enseñó la ecografía y me la tendió- Aquí tiene, por si quiere guardarla.

-Muchísimas gracias doctor -la comprobé maravillada.

-No hay que darlas. En un momentito vendrá mi compañera a darle el alta -se despidió cordialmente y se fue a otra habitación.

-¡Embarazada de una niña! -exclamé emocionada una vez que se fue- Siempre he querido tener una niña.

-¡Qué bien! Thomas ya tiene novia para el futuro -nos reímos juntas.

Una vez que ya me habían dado el alta, Jane me ayudó a vestirme ya que aún estaba un poco torpe.

Decidimos ir al parque y tomarnos un helado para olvidarnos de toda la mierda del día anterior.

-Si vieras a Matt otra vez, ¿le dirías lo de que la niña es suya? -preguntó sorbiendo el granizado de limón que se había pedido.

-No. Después de todo lo que ha hecho... No creo que le haga ilusión tener un hijo y que sea conmigo. Así que mejor quedarse callada -daba vueltas con la cuchara a mi tarrina de helado.

-Me parece correcto. Es un imbécil -apuntó.

-Ya lo creo -me metí un trozo de mi bola de chocolate en la boca- Por cierto, ¿se sabe quién ha sido el culpable de la explosión? ¿Te ha dicho Ethan algo?

-Me ha dicho que todavía no saben quién ha sido -aupó los hombros sin mostrar mucho interés- Lo pasado, pasado está. No quiero pensar más en lo que ocurrió ayer.

-Hecho -mostré mi dedo pulgar- Voy a ir a sacar dinero del cajero automático un momento -me levanté y cogí mi monedero del bolso.

Torcí la esquina y fuí caminando lentamente hacia el cajero del banco mientras que el aire fresco de la tarde me daba en el rostro.

Un vagabundo, o más bien una vagabunda estaba tirada junto al cajero. Aquello era nuevo. Nunca había habido ahí nadie pidiendo.

Saqué un par de monedas de la cremallera del monedero y las dejé caer sobre una caja de cartón en la que había conseguido algo de dinero.

-Muchas gracias -respondió débilmente aquella chica.

Alzó el rostro tapado por la visera de su gorra para verme mejor y fue cuando nos reconocimos al instante.

-¿Rosie? -la examiné más para comprobar que estaba en lo cierto y que se trataba de Rosie.

-Sheila -se levantó como pudo y me dió un abrazo. Olía fatal- Cuánto me alegro de haberte encontrado.

-¿Qué estás haciendo aquí? Tirada en la calle... -no parecía la misma chica de un años atrás. Estaba demasiado delgada. Había perdido por completo sus escandalosas curvas.

-Hace unos meses, Matt nos echó a todas a la calle -me explicó detalladamente- A algunas le dió igual dejarlas pidiendo en la calle sin ningún sitio al que ir mientras que a otras nos vendió a clubs y pubs nocturnos -se limpió una lágrima- Conseguí escaparme hace un par de semanas de uno de ellos. Me las apañé y huí de Ohio a aquí, Nueva York.

-Rosie, no sabes lo que mal que me siento al escuchar todo esto -le dí un abrazo para animarla.

-Te eché mucho de menos ¿sabes? Cuando te fuiste, todo cambió. No sólo el día a día, sino como Matt nos trataba. Y lo que hacía. Fue horrible. En parte agradecí que nos echara de allí. Se convertió en un auténtico infierno. Supongo que eso es lo que causa el mal de amores -me miró fijamente para ver como reaccionaba ante sus últimas palabras.

-¿Mal de amores? ... ¿Lo sabes? -tragué saliva.

-Cuando ví el comportamiento absurdo y sin sentido de Matt, lo comprendí todo. Sólo fue cuestión de unir las piezas -se pasó las manos por su sucio pelo.

-Supongo que ahora me odiarás por no habértelo dicho.

-¿Por qué debería odiarte? Vale que me joda que no me dijeras nada cuando yo te decía que estaba colada por él, pero... Eres mi amiga. Me da igual -me sonrió con ternura.

-Anda, vamos a mi piso a que te des una duchita -le ayudé a que se levantara- Antes tengo que presentarte a una amiga -fuimos caminando hacia la cafetería. Ya me encargaría de sacar dinero después.

-¿Es niño o niña? -preguntó observando mi barriga. Se me había olvidado mi estado.

-Niña -respondí emocionada.

-Así que encimas tienes novio. ¿O marido? Te ha dejado preñada bien pronto.

-Rosie, creo que es mejor que te enteres de que... No es de ningún novio o marido que tenga -me paré en seco para tener cuidado con este tema de conversación.

-¿Rollete de una noche? Bah, a la próxima le obligas a ponerse un condón -se rió.

-No es eso Rosie. El bebé es de... Matt -cerré los ojos sin querer ver su reacción.

-Lo siento -soltó tras unos segundos de espera por una respuesta suya.

-Guau, no me esperaba una respuesta así -comenté sorprendida.

-Lo que siento es que sea de Matt. Pero ¿se puede saber...? ¿Has seguido viéndole? -preguntó algo incrédula.

-Es una larga historia -llegamos a la mesa y ví que estaba vacía.

Eché un vistazo a mi móvil. Tenía un whatsapp de Jane que decía que se tenía que haber ido a comisaría porque le habían llamado con urgencia.

-Mi amiga ha tenido que irse a trabajar -informé a Rosie- Bueno, mejor. Así la conocerás una vez que te hayas quedado limpita después de la ducha.


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¡Y aquí tenéis a Rosie! Muchas preguntásteis que había sido de ella. Pues aquí la tenéis 😊 ¿Opiniones?

SIRVIENDO POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora