Recuerdo como nos conocimos mi novio. Me encontraba en un momento de total desesperación; estuve a punto de cumplir mis veinte años, solo he tenido dos relaciones serias, y solo tuve sexo con uno de ellos, quien resulto ser el peor ser humano que llegue a conocer. Literalmente. Y Nathan no sabía sobre eso en ese momento. Solo se acercó a mi cuando mi vaso de margarita estuvo por acabarse, y comenzó a coquetear conmigo, sin siquiera esconder el hecho de que no me miraba en el rostro.
Y así conoci al hombre, con el quien pase los proximos cinco años de mi vida... en un sucio baño de un antro barato. Que romantico, ¿no es así?
Cuando Nathan y yo terminamos, no pensaba (y no quería) volver a verlo. Salí corriendo lo más rápido de ese maldito baño, y comencé a llorar en la calle como una adolescente violada. Y en ese momento, salió Nathan y me puso su caliente mano en mi hombro.
Después de ese día fuimos inseparables. Y ahora todo comenzó a arruinarse.
No puedo decirles que Nathan es el peor novio que he tenido, (cuales solo fueron dos), pero definitivamente no es lo que aparentaba ser los primeros meses de nuestro noviazgo. Fue el chico más atento y caballeroso que había conocido. Me abría la puerta al salir del coche, sostenía mi abrigo y hacia hasta lo imposible para que me sienta mejor cuando no estuve en las buenas. Conforme pasaba el tiempo, comencé a darme cuenta de la persona en cual se estaba volviendo, o más bien, que ya era. Me preguntaba muchas veces, si comenzó una relación conmigo, solo por lastima. Y justo el día en cual le iba a terminar, me propone a mudarnos juntos. Coincidencia, ¿no?
En estas últimas semanas, nunca se tomó ni un segundo de su día, para preguntarme como me fue, o darme un fuerte abrazo. Ahora siento que es solo un compañero de cuarto, con cual de vez en cuanto nos revolcamos. Esa situación me irrita mucho, y quiero hacer todo para que ya acabe.
Decido llamarlo para preguntar qué haremos hoy, me estaciono a lado de un enorme supermercado, y revuelvo toda mi bolsa, con el fin de encontrar el celular que es dos veces más grande que mi propia mano. Busco su nombre entre los pocos contactos que queda, y espero su respuesta. En menos de un segundo, una voz femenina y algo dulce me responde:
- Hola, quien habla? - alguien se estaba riendo en el fondo. Era Nathan.
- Amy. La novia de Nathan. - respondí con una sorprendente seguridad - ¿Quién eres tú?
- Soy Alisson – dijo con una tranquilidad. Como si fuera algo normal, que una tal Adison, o como sea responda el teléfono de mi novio.
- Eso no me dice mucho. ¿Quién eres exactamente?
- Ehh... creo que es mejor que te pase a Nathan - solté un grosero "aja" y espere unos minutos antes de escuchar la voz de mi novio.
- Amy? ¿Qué pasa? - iba a contestar, pero me interrumpió - ¿No deberías estar en trabajo?
- Si, pero hoy decidí salir antes. Me sentía mal. Creo que es por lo mismo que hace unos días. Quiero hacer una cena romántica, ¿te apetece?
- Amy, quiero que llegues a la casa... tenemos que hablar sobre algunas cosas que pasaron en estos últimos días, ¿de acuerdo? - colgué.
Supe de que quería hablar, tampoco soy una estúpida. La Alisson - Adison era su amante, se enamoró de ella y ahora quiere terminar conmigo.
Me quede sentada en mi coche en silencio, por varios minutos, esperando que sienta un tremendo dolor en mi corazón. Pero apenas y se sintió como si un mosquito me hubiera picado. Entendí que es para bueno que yo y Nathan terminemos finalmente, que lo "nuestro" ya no tenía ningún sentido, y que una cena no lo podía solucionar. Volví a encender mi coche por enésima vez en el día, y sin ninguna prisa me dirigí hacia la casa.
Llegué hacia el sexto piso, y abrí la puerta lentamente con una copia de mis llaves. Al entrar tire la bolsa al sofá, y me quite mis altos tacones. Me dirigí hacia el baño para quitar el maquillaje, y me hice una trenza despeinada.
- ¿Amy? - rodee los ojos - Amy, ¿eres tú?
- Obviamente... ¿quién más puede ser? - agregue en voz más baja.
- Amy, ¿puedes venir conmigo?
Entre al cuarto, y vi a una chica, muy guapa y de lindo cuerpo, sentada en la cama en cual yo dormí por muchos años, con el muchacho a cuál estaba acariciando el cabello. Nathan parecía ser un perrito, completamente ciego por el pedazo de carne que estaba al lado de él. No sabía con quién de los dos hablar, porque no podía tomar enserio a Nath ahora, pero tampoco tenía ganas de conversar con la arpía que estaba a su lado.
- Ella es Alisson.
Por fin entendí como se llamaba.
- La conocí en el trabajo hace varios meses, y creo que... ella me hizo dar cuenta de las cosas que puede tener con alguien más.
- ¿Qué quieres que haga?
- Solo te lo estoy diciendo.
- Me estás diciendo que encontraste a una mujer, que te hizo dar cuenta de las cosas que puedes tener con otra, ¿cierto? – asintió – Sigo sin entender que es lo que quieres de mí.
- Está diciendo que terminaron, ¿entiendes eso? – dijo la arpía con una sonrisa de eficiencia – Espero que lo entendiste bien. Vamonos, Nathan.
- ¡No olvides llevarte su correa!
Nathan volvió por sus cosas al dia siguiente. Espere que esa sería la última vez en vernos, pero me equivoque demasiado.
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Legalmente suya.
RomanceCuando estas enamorado, pueden pasar muchas cosas. Pero existen tres opciones, que suceden casi siempre. A) tu sentimientos se convierten en el amor platonico, B) aveces, si eres guapa , la persona comparte los mismos sentimientos, hacen una familia...