Legalmente suya.

Estaré por aquí.

Seis años antes.

Steven y yo solíamos a ser amigos, porque él no se parece en lo más mínimo a Cameron. Él es un chico caballeroso, responsable, de cual tu mama se enamora a la primera vista y tu papa lo trata como si fuera su propio hijo. Solo que había un único problema; Steven estaba enamorado de sí mismo y de los estudios. Durante todo el tiempo en cual nosotros fuimos alguna clase de amigos que se confiaban muchas cosas, jamás lo vi con ninguna chica. Repito, absolutamente ninguna. Había muchos rumores de que, en realidad, a Steven le gustan los hombres, pero yo fui la primera y no la última en desmentirlo. ¿Cómo? Yo y él nos besamos en el segundo año. Fue la mezcla de arrepentimiento, corazón roto, irresponsabilidad y una enorme cantidad de alcohol. Todo fluyo muy bien, pero término de una forma muy drástica.

Fue en una fiesta, que se hizo principalmente para celebrar que terminamos un bimestre, pero igual es solo una razón para juntarse, tomar y pasar un buen rato. No tenía ningunas ganas de ir a esa reunión de chicos borrachos y chicas comportándose como unas niñas pequeñas. La única razón de mi presencia era la responsabilidad que tenia de traer a una vieja compañera de vuelta a su casa, antes de que sea la una de la madrugada. Y cuando llegué, me di cuenta de que Cameron no pensaba hacerme compañía, por estar demasiado ocupado, siendo social con otras chicas. Sentí rechazada, y como un completo idiota por pensar, que llamaría su atención usando escote más pronunciado. Mi amiga se fue a otra dirección, y tan solo pocos minutos ya estaba fuera de mi alcance. Supongo que a veces, no soy tan responsable como todos a mi alrededor lo creen.

Estuve desesperada por hablar con alguien, y la única persona que estaba igual de rota como yo, era Steven, que estaba sentado con un vaso rojo lleno de cerveza barata. Me acerqué a él, con una sonrisa extendida en mi cara y me senté a algo parecido a una silla. No pensaba lo que hacía, al poner mi cabeza en su hombro y acomodar mis manos en un lugar peligroso para un hombro. No intentaba coquetear con él, o que de la nada, el chico se enamore perdidamente de mí. No tenía y no tengo una respuesta coherente del porque paso lo que paso esa noche.

Steven parecía estar a punto de llorar. Aplastaba su vaso cada cinco segundos, y no hacia contacto visual con nadie, excepto con el piso. Quería preguntar que estaba sucediendo, ya que la curiosidad me estaba matando, pero tampoco quería sonar como una persona entrometida en la vida de otras. Aunque a veces lo soy. Solo a veces. No pude aguantar, cuando escuché algo parecido a llanto.

- Steven, ¿qué te está pasando? – pregunte, mientras le frotaba el hombro.

- Terminamos. Yo y Celeste.

Celeste era una chida estudiosa, bonita, amable con todo el mundo y pertenecía al grupo de los más populares de la escuela, por su familia. Su reputación era imposiblemente perfecta, y ni siquiera yo, una chica a cuál no le gustaba ser el centro de atención, se había escapado de estar en la boca de todo el Universo. Gracias a mi amistad con Cameron, por cierto. Durante todo el tiempo en cual hemos compartido unas cuantas clases juntas, jamás oí nada malo en su dirección. Es como si tuvieras problemas con ella, tendrás que guárdatelo, porque Celeste te hará callar si abres la boca. Ni siquiera las chicas que molestaban a todos, se metían con ella. No entiendo como consiguió eso. Me sorprendí mucho al saber, que Steven estaba en una relación y con una chica como ella. Porque, normalmente, cuando "los perfectos" terminan, siempre va a ver muchos rumores, que al final, resultan falsos.

- ¿Ustedes dos salían? – asentido – ¿Por cuánto tiempo, y porque no me lo habías dicho? Creí que confiabas en mi...

- ¡Por supuesto que confió en ti, Amy! No digas tonterías. Fue su idea, porque no quería "más atención de lo que ya tiene." Termino conmigo por eso. ¡Qué estupidez!