Legalmente suya.

Te das cuenta de lo que tienes, cuando ya lo pierdes.

Amy. La fiesta después de graduación.

Todos los años después de que los graduados reciben sus diplomas oficialmente, la universidad de encarga de hacer una linda reunión en la sala principal del edificio, a la cual solo podemos atender nosotros. Es una tradición muy linda, pero no tanto cierta, porque todos los años anteriores, mis amigos y yo hemos entrado a escondidas a esos eventos para ver cómo se siente ya terminar finalmente con la tortura de memorizar páginas enteras para el día siguiente. Les prometo que ahora que ya lo siento, quisiera regresar al tiempo para volver a pasar cada uno de los días de la universidad.

Este año, las chicas que organizan todas las salidas y eventos en nuestro salón, mantuvieron todo en secreto hasta el día de la fiesta. Todos estamos muy intrigados con los resultados finales, aunque igual estoy segura de que todo va a salir increíble. No nos dijeron si se tenía que haber código de vestimenta, por eso Celeste y yo estábamos bastante preocupadas. Las dos éramos conocidas por ser algo indecisas y cuando se trata de tu vestido de graduación, cual vas a recordar enseñando las fotos a tus hijos y hasta a tus nietos, tienes que encontrar al indicado y asegurarte de que nadie más traiga uno igual.

Lo único que, si nos comentaron nuestras compañeras, era que el baile se trataba de que todos nosotros estemos unidos, ya que es uno de los últimos eventos que tendremos como todo el salón juntos. Lo que significaba que estaba prohibido venir de pareja con tu novio y quedarte en un rencor con él. La idea me decepciono un poco porque quería combinar mi vestido con el traje de Dave, pro al mismo tiempo lo entendí. Hay muchos chicos con los que nunca tuve la oportunidad de hacerme su amiga, y esta noche la aprovechare para ampliar mi círculo social.

Celeste y Elisa decidimos ir a comprar nuestros vestidos después de la última clase; los chicos no podían acompañarnos porque tenían un entrenamiento ante del gran último juego del año. Cameron y Dave no paraban de hablar de eso, lo que molestaba bastante a Steve porque se sentía excluido.

Desde que Celeste y Steve terminaron, empezaron a llevarse mucho mejor que antes. Ya no hay silencios incomodos cuando Steve se sienta a lado de mi o de alguna otra amiga nuestra en común, y Celeste ya no se pone celosa cuando escucha que Steve habla con los chicos de nuestras compañeras y como se ven en clase de natación. Llegaron a algún acuerdo mutuo, silencioso y estoy muy feliz que ambos pudieron pasar la página, aunque igual sé que Celeste esta decaída de no poder compartir su ultimo baile universitario con alguien especial.

- Yo puedo bailar contigo – me ofrecía, alegremente.

- No, chica. No quiero que piensen que estoy tan desesperada por conseguirme un novio que obligue a mi amiga a bailar conmigo.

Sabia por hecho que una gran parte de la comunidad masculina darían su brazo izquierdo por bailar con Celeste, pero ella no aceptaba las citas con nadie desde su ruptura. Yo sé que, en el fondo, a pesar de que diga que está bien y que ya lo supero, Celeste aún tiene la esperanza de que las cosas cambien y en algún momento pueda estar con la persona que ama.

A las seis en punto, estábamos reunidas en una de las tiendas más grandes que rentan vestidos para graduación y cenas. Pensamos que como no salimos tanto a eventos glamurosos, no queríamos gastarnos tanto dinero para comprar un vestido y guárdalos en el armario. Rentarlo para unos días fue una opción muy asertiva.

Las demás chicas se dividieron de nosotras y nos quedamos las tres juntas. Elisa se fue por un estilo más tradicional, de colores neutrales como el beige y blanco. Encontró un vestido muy rápido que le quedaba muy bonito y resaltaba las anchas caderas que tiene. Se quedó sentada, esperándonos pacientemente y dando su honesta opinión en un banquito morado.