Legalmente suya.

Los bares se cierrar, y si te sientes sola, yo te llevare a casa.

Elena es capaz de hacer muchas cosas estúpidas. Saltar desde el techo de un autobús, tatuarse el nombre de un extraño, se puede irse de la cuidad sin avisar a nadie. Ella puede hacer eso y mucho más, pero estoy casi segura de que no es capaz de tener la responsabilidad de cuidar a un bebe. Un niño que aún no sabe los problemas del mundo y las dificultades que tendrá que atravesar en toda su vida. Lena no es estúpida, y mucho menos lo es Theo. Los dos tuvieron bastante experiencia como para saber que existe protección, que te ayuda a evitar situaciones incomodas como estas.

Mire perpleja a mi amiga, sin siquiera decir una palabra o mover un musculo de mi cuerpo. No estoy segura si es que estuve respirando o no. Elena tampoco se estaba moviendo. Lo único que yo podía ver era una línea delgada se sudor que se estaba cayendo de su frente.

Quería gritarle, golpearla en la cabeza, hacerla entrar en razón, pero sabía que nada de eso iba a ayudar si es que ella en realidad estaba embarazada. Por un momento me sentí como la madre de una hija adolescente no responsable, y créenme, no me gustaría estar en ese lugar nunca en mi vida.

- ¿Ya hiciste la prueba? – pregunte después de varios minutos de silencio.

- No. Por eso te llamé – hice una mueca. No me gustaba a donde iba eso – Necesito que distraigas a Theodore, para que yo pueda salir sin que él me haga demasiadas preguntas.

Elena era la persona que peor mentía; por eso con los años comenzó a darse cuenta de que decir las cosas en la cara era mucho más fácil, que inventar una excusa estúpida. Y Theodore sabía muy bien cuando uno le estaba mintiendo, y el odiaba eso. El problema de Elena, es que ahora ella no puede mentir, pero mucho menos puede decirle la verdad.

Por lo que yo tengo entendido, Theo, no está interesado en tener una familia. No quiere casarse, y mucho menos tener hijos. Todo lo opuesto de Lena. Ellos han tenido demasiadas peleas por eso, pero por ahora decidieron no pensar en aquello. ¿Qué es lo que harán ahora? No tengo ni la menor idea.

- ¿Qué quieres que haga? – pregunte nerviosamente - ¿Qué le tape los ojos y los oídos?

- No lo sé. ¡Haz algo! Bésalo, abrázalo... tómalo desprevenido. Necesito salir de aquí lo más antes.

- ¡Por dios, Elena! ¿Por qué me estás haciendo eso?

Ella no respondió nada, y realmente yo tampoco la estuve buscando. Elena salió del baño, detrás de mi espalda. Las dos caminamos despacio, como si fuéramos adolescentes apunto de escapar para ir a una fiesta prohibida. Nos sobresaltamos con cada sonido que salía de cualquier otro cuarto, que no sea el pasillo. Cuando estábamos cerca de la puerta, Elena me dio un rápido beso en la mejilla y me dijo gracias sin hacer sonido. Salió disparada por la puerta. Creo que estaba tan nerviosa que cerro que olvido cerrar la puerta sin hacer ruido. Theodore apareció solo unos segundos después, y por la expresión que tenía, se notaba que estaba muy confundido y enojado a la vez. Oops.

Theo se me acerco tan rápido, que por un momento creí que iba a empujarme o golpearme. Estaba tan enojado con las dos, que podía jurar que el humo estaba a punto de salir de sus orejas.

- ¿Adónde se fue Elena? – pregunto con la voz sorprendentemente tranquila.

- Ella... salió. Tenía que comprar algo.

- ¿Estaba encerrada todo el día en el baño... y de la nada tenía que comprar algo?

- Si. Así es.

¡Dios! ¿Por qué soy tan mala mintiendo? Creo que Elena me lo contagio, o algo parecido; les puedo jurar que, en los tiempos de mi rebeldía, podía salir a una fiesta, y mi mama pensaba que me iba a quedar en casa de alguien. ¿O tal vez no? Debería preguntárselo la próxima vez que la vea.