Solo una chica de la pequeña ciudad, viviendo en el mundo solitario.

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Hace seis años. Cameron.

Steven abrazaba con cariño, y discreción a su novia, Celeste. Honestamente no puedo entender qué clase de relación tienen esos dos, porque en público son como desconocidos, y en privado se aman. Yo los miraba con diversión, preguntándome como es que Steven está aguantando todos los requisitos que Celeste le está pidiendo para continuar con la relación, de por si un poco extraña e incomprensible para los mundanos, como yo.

Los tres estábamos parados afuera de la clase de matemáticas esperando a que saliera Amy y su amiga que conoció hace relativamente poco, Elisa. Ella es una chica muy guapa, pero teniendo a lado a Amy, ni siquiera puedo pensar en mirar a ninguna otra mujer. Después de tres besos rápidos y uno apasionado entre Celeste y Steven, mientras que nadie estaba en el pasillo, Amy salió y me alegro el día.

Se veía muy guapa, aunque venia vestida de una forma muy ridícula y tapada para las chicas de hoy. Todas en esa época traen puesto shorts de colores diferentes, y playera que apenas llegaban a tapar el obligo perforado. Llevaba una falda larga demasiado suelta, que le tapaba los tobillos, y no remarcaba ninguna de las curvas que tiene. Una bonita playera un poco más ajustada de color rosa muy tenue. Su cabello de color exótico, como siempre muy desordenado, pero hoy se lució haciéndose una linda trenza, nombre cual no conozco.

Al verme, su rostro malhumorado se ilumino, regalándome una alegre sonrisa, y sentí como el mundo se derritió alrededor de nosotros, hasta que Steven la saludo sacándome de mi burbuja de ilusiones. Amy igual lo saludo, pero no de la misma manera como lo hace conmigo. Eso, aunque suene estúpido, me hace sentir un poco superior a los demás.

- ¿Y tu amiga?

- No vino. Le mande un mensaje, y dijo que se sentía mal.
Empuje levemente a Amy por su hombro, y entrelace sus pequeños y finos dedos con los míos. No levanto la cabeza, y cubrió su rostro con el cabello, haciendo un muro entre nosotros. Llegando a la cafetería, Amy se fue a guardarnos un lugar a nosotros tres, y unos cuantos de nuestros otros amigos. Agarre dos charolas, platos y tenedores. En uno de ellos puse puré de papa con un poco de ensalada, y en la otra un grasoso pedazo de pizza con una manzana roja.

Al llegar al lugar en donde siempre me ponía, vi que el chico que molestaba a todos a su alrededor, Dave, ya estaba sentado ahí.

No me agrado el muchacho, desde el momento en cual me di cuenta de que él quería algo con Amy. Ese joven, con el cabello que le llega hasta los hombros, y ojos de cachorro, puede llamar la atención de cualquier chica de la uni, y por lo que veo Amy se sumó a esa lista.

-          ¿Cómo te fue en tu examen? – pregunte robándole a Dave, la atención de Amy.

-          Bastante sencillo. Gracias por ayudarme, por cierto.

Asentí satisfecho, viendo de lado a Dave, a quien parece no intimidarle para nada mi mirada. El seguía mirando a Amy, como si estuviera a punto de comérsela entera.

-          Mañana estoy organizando una fiesta. Mis padres se fueron a unas pequeñas vacaciones, y tengo la casa libre. ¿Ustedes quieren venir?

-          ¿Quiénes? – pregunte en un tono no muy interesado.

-          Ya sabes, ustedes. Tú, Steven, Celeste, Amy.

-          La verdad es que...

-          ¡Seria genial! Yo me apunto. ¿Cameron?

No podía decir que no, viendo a los enormes ojos verdes de Amy. Suspire y pase mis manos por el cabello que me peine por la mañana. Honestamente no tenía ningunas ganas de ir a la fiesta de un chico que prácticamente no conozco, y que aparte de eso quiere intentar algo con Amy. Sonreí falsamente, sabiendo que después Amy me hará una interrogación por esa sonrisa, y dije si, sin pronunciar la maldita palabra.

Legalmente suya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora