Legalmente suya.

Déjalo en el pasado; donde pertenece.

Steven se veía muy bien para una persona borracha. Aún estaba peinado, no tenía ni rasgos de ojeras y su aliento era de menta, y no de alcohol. No entiendo como los chicos son capaces de verse tan bien siempre. Estoy segura que yo estoy hecho un competo desastre. Ni siquiera traía puesto un lindo vestido, o maquillaje. Siempre tengo que meterme en situaciones incomodas, frente a chicos extremadamente guapos. No es que me sentia atraída hacia él, después de lo que le hizo a Cameron, pero igual deberíamos ser honestos, y aceptar, que aún qué es un idiota, es muy dificil quiarle el ojo de encima.

Comenze a buscar desesperadamente a alguien que se ve peor que yo, pero lo único que estoy viendo son grupitos de chicas altas, atractivas y bien vestidas. Me pregunto si es que de la nada, los antros solo son abiertos para personas bonitas. Estoy viendo a las chicas que están alrededor, y me sorprendo como es que casi ninguna de ellas tiene un novio, o al menos una fila de chicos que quieren algo con ellas. De solo verlas, comienzo a questionar mis preferencias sexuales. Supongo que esos lugares no funcionan bien, si tienes pareja.

Steven me estaba viendo con el rostro algo sorprendido. Honestamente yo no quería tener una conversación con él, pero supongo, que ahora que nos encontramos en una situación así de incomoda, no tenemos ninguna otra elección más que al menos saludarnos. Sonreí muy falsamente. Creo que Steven lo noto, porque soltó una carcajada que se escuchó hasta por encima de toda esa música electrónica que está de muy moda ahora, y la cual yo no entiendo el chiste. Me agarro de mi brazo, y me jalo hacia la barra. Me senti como una muñeca, cuando me sento a una larga silla, y como una niña pequeña dependiente de sus padres, cuando pidio algo por los dos. Era una cosa que yo no conocia, de seguro no me iba a gustar y tiene un nombre que no puedo decir con mis principios, y porque aunque este borracha, estoy casi consiente de lo que salga de mi boca. El chico que nos estaba sirviendo durante toda la noche, nos tendió dos vasos tan delgados como el tacón de un zapato. Estaba lleno hasta el borde de un líquido de un color rosa que es muy agradable de ver. Supuse que la bebida esta hecha para personas con mucho dinero, clase y glamour... no tengo ninguna de las tres, así que me lo tome como si fuese un caballito de tequila. Steven me ofreció el suyo, y sin pensarlo lo bebí igual que el anterior. Su sabor de fresa con algo de alcohol - que por cierto era bastante fuerte, y no de mi gusto - quemo satisfactoriamente mi garganta, y segundos después tuve unas enormes ganas de vomitar todo lo que paso por mi boca en la noche.

Corrí hacia el baño, empujando a todos a mi alrededor, escuchando cosas de mi que yo misma ni sabia y me metí al primer cuarto que vi. Abrí el retrete, y antes de expulsar toda la mierda, logré recogerme el cabello de la manera más despeinada posible. Espero poder no recordar todo ese desorden a la mañana siguiente.

Al salir del baño, después de unos quince minutos, me lave la cara y me hice una trenza francesa. Hice una nota mental para mi misma, de que debería practicar mas mis habilidades de hacer peinados, pero creo que por hoy, no tenia otra opción que salir asi como estoy.

Volví al lugar donde Steven seguía sentado, y le di un empujón en la parte trasera de su hombro. El volteo lentamente, como si quiera molestarme y me tendió una botella de agua fría. Aunque estoy enojada con él, por darme algo que revolvió todo lo de mi interior, lo agarre ya que sabía que eso me iba a hacer bien. Después de tranquilizarme, me senté de vuelta a su lado. Queria preguntar que es lo que me habia dado a tomar, pero el se adelantó.

- Me habías dicho que me ibas a llamarme – dijo con algo de tristeza en su voz

- No tenía tiempo de hacerlo, Steven. Lo siento.

No entiendo como es que sigo siguiendo amable con ese sujeto.

Asentio y bajo la cabeza como un cachorro perdido.