Veintidos.

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– No puedes estar así todo el día, Harry.– Niall lo empujó. Harry estaba sentado en la encimera de la cocina mientras tomaba una taza de café oscuro.

– Pruébame– Harry lo retó.

– Al menos date una ducha, apestas– Niall dijo con asco, era un poco más tarde de las tres, y lo único que había comido Harry era un pedazo de pan dulce y café. No había comida nada más, lo único que hacía era llorar y quejarse. Niall sentía que estaba apunto de matarlo. Lo estaba volviendo loco.

– Déjame, Niall, ¿no ves que estoy sufriendo?

– ¿Y cuáles son tus planes? ¿Llorar el resto de tu vida? Tienes dieciocho, supera ese chico o arregla las cosas. Pero no puedes sufrir toda tu vida.

– Pruébame– Repitió con más entonación en las letras. Niall rodó los ojos y le arrebató la taza de café.

– Tienes que arreglar las cosas con Louis. Pronto– Demandó.

– No lo creo, él me odia ahora mismo. No quiero que me arruine mi único ojo bueno.

– ¡Vamos, Harry! Búscalo– Lo tomó de lo brazos y lo jaló de la encimera.

Harry gimió e hizo un gesto de dolor– Él debe estar ocupado ahora mismo– Escupió con rabia– Debe estar planeando su perfecta cita con Céline.– Sintió repulsión al decir aquel nombre.

– ¡Que se joda Céline!– gritó Niall.

Harry rió por primera vez en el día, aunque solo por un par de segundos.
Pensó en lo que estaría haciendo Louis en ese momento, si estaría nervioso por su cita, si todavía seguía pensando en la noche pasada.

– Solo digo, si planeas pasar tu vida sufriendo por un nerd como Tomlinson– Harry volteó rápidamente y lo culminó con la mirada– entonces ve a casa, hierve aceite y mete tu cabeza en él.

Harry solo lo miró enojado. Pero sano que otra vez más, Niall tenía razón. Se estaba cansando de esa situación, quería cambiar las cosas, pero ahora estaba demasiado jodido como para siquiera bañarse.

Si no hacía nada, mañana probablemente perdería a Louis para siempre. Cuando Louis esté en su cita con Céline y se de cuenta de lo perfecta que es, se enamoraría de ella y todas sus esperanzas con él se perderían. Harry no quería eso. Tenía que detener aquello, tenía que detener a Louis y evitar que las cosas empeoraran.

(...)

El pequeño se vio al espejo y frunció los labios al ver su reflejo. No se veía cool. No se sentía cool.
Sentía que el traje negro lo apretaba más de lo necesario, su cabello estaba por primera vez peinando pero lo sentía fuera de lugar. Negó con la cabeza antes de sentarse en su cama y esconder su rostro entre sus manos.
Sus días fueron un infierno desde la fiesta de Niall. No había comido, dormido o sentido bien. Se sentía demasiado triste.
Intentó varias veces darse apoyo recordando su cita con Céline, pero no servía. Seguía sintiéndose terriblemente mal.
Todo por Harry. Todo era Harry para él. Era su único amigo, su única compañía, y estar un día entero sin saber de él fue duro para Louis. Pero debía ser fuerte e intentar olvidarlo por ahora.

Era de noche, y L manejaba rápidamente por las calles para llegar a la casa de Céline. El auto estaba impregnado de un olor varonil, producto de la colonia que había usado múltiples veces. Recordó que era la misma colonia que Harry usaba, y por eso olía jodidamente bien todo el tiempo. Sacudió su cabeza en un intento de alejar los pensamientos del rizado de su cabeza. Solo debía pensar en Céline, su cita.

Con una sonrisa en la boca, Louis tomó a la chica de la mano y caminaron hacia el auto, le abrió la puerta justo como Harry le aconsejó y ella entró.

El camino hacia el restaurante fue rápido,
Ambos conversaron acerca de sus gustos, resulta que Céline no solo era buena en las porras, la rubia era brillante, había ganado varios concursos de matemáticas y deletreo, además de concursos de belleza y ligas departamentales de tenis.
Louis se impresionó y le contó sobre sus logros también, lo bueno que era en historia y las ofertas de becas que tenía de diferentes universidades. Realmente se llevaban bien, tenían mucho en común.

Cuando llegaron al restaurante, se sentaron al frente, un pequeño candelabro adornaba la mesa y habían varias flores adornando el lugar.

– Eres un gran chico, Louis– Céline dijo entre risas.

– Gracias– Sonrió Louis– Tú eres increíblemente hermosa– Relamió sus labios y la miró a los ojos. Ella tenía ojos grandes y azules, traía un pequeño adorno en su cabello largo, y su vestido plateado caía perfectamente sobre sus hombros.

Céline se sonrojó, y tímidamente tomó la mano de Louis, entrelazando sus dedos.
Louis se estremeció, estaba nervioso. Recordó lo que Harry le había dicho, "si se toman de las manos, acaricia su dorso, eso es realmente acogedor" seguido de un "es una gran oportunidad para besarla".

Louis mordió su lengua al recordar a su amigo. No, no podía pensar en él ahora. Aunque lo cierto era que H nunca había abandonado su mente en toda la noche, por cada cosa pensaba en Harry. Estaba preocupado por su amigo, tal vez había sido muy duro con él.

– ¿Lou? ¿Estás bien?– Céline lo sacó de sus pensamientos y Louis la miró serio. En vez de acariciar su mano, la soltó rápidamente y escondió sus manos. Céline se incomodó por aquel gesto, pero intentó ignorarlo.

Había pasado una hora y Louis sentía como Céline acariciaba su pierna con la suya. No supo por qué, pero ahora no se sentía precisamente cómodo en esa situación. Ella hablaba sobre la vez que se partió su brazo en el entrenamiento, y Louis la miraba fijamente. Ella era realmente bella, pero se sorprendió al no sentir más por ella. No se sentía enamorado, como decía estar. No se perdía en sus ojos, y su voz no hacía que su corazón se acelerara. Frunció el ceño, confundido. Quizás el vino le estaba haciendo mal...

Alejó el vaso de vino y pudo ver cómo su teléfono vibro. Lo tomó y jadeó al ver lo que marcaba la pantalla.

– "¿puedes salir un momento? Por favor."— Harry.

Looking For Him. | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora