Diecinueve.

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Harry pasó por Louis puntualmente, y en el camino estuvo explicándole a Louis sobre cómo tratar a una chica. "Tienes que abrirle la puerta del auto, dile lo bien que se ve esa noche, y pon buena música en la radio" fueron algunos de los consejos que le dio, que aunque fueron muy a regañadientes, pues en su mente lo único que pensaba era "no deberías alagar a nadie más, solo a mí" .

Louis se veía realmente feliz acerca de su primera cita, había escogido un elegante restaurante, había lavado su traje negro y lo tenía todo listo. Esperaba con ansias que llegara el domingo.

Cuando llegaron a la casa de Niall, vieron a la gente reunida en el patio, estaba todo muy sucio, habían vasos y pedazos de comida (o sobras de ella) por el pasto. Harry sólo hizo un gesto de disgusto, odiaba que las fiestas fueran así. En cambio, Louis parecía asombrado, "así que así lucen las fiestas de secundaria".

Entraron a la casa y todo era peor, la gente estaba por todos lados, Louis iba al lado de Harry y vio como las chicas se quedaban viéndolo, frunció el ceño, enojado. ¿Por qué lo miraban así? Parecían depredadores buscando alguna presa. Louis solo las miró con asco y se acercó más a su amigo, que parecía absorto de todas las miradas que se posaban en él.

Entraron a la cocina y Harry sacó dos cervezas del refrigerador, le dio una a Louis y sonrieron antes de beber un poco.

– ¿Y? ¿Qué tal?– El ojiverde se acerca al odio de su amigo para susurrarle.

– ¡El claro ejemplo de cómo la juventud de ahora solo se interesa en el sexo y el alcohol!

Harry rió– ¡Bienvenido al futuro, Lou!

Louis empezó a hablar de algo que según él, era gracioso, pero H solo se interesó de la melena rubia que pasaba por el corredor. Traía una camisa azul, y sus ojos azules se veían perdidos, sus miradas se cruzaron y Harry recibió una sonrisa arrogante. Sintió sus manos apretar la lata de cerveza y, sin importarle que Louis estuviera en la mitad de su historia, abandonó la cocina para encontrarse con la persona de ojos azules.

– ¡Harry! No sabes cuánto me alegra verte aquí.

– Apestas, Niall– Harry se queja con disgusto, en realidad Niall apestaba a alcohol y cigarrillos. Estaba muy borracho.

– Cierto– Niall dice y se siente orgulloso.– ¿Y? ¿Estás listo para verme liderar el equipo en el próximo partido?

Harry sintió la ira invadir su cuerpo. Miró fríamente a Niall y luego volteó a la cocina, para ver que Louis ya no estaba ahí. Caminaron un poco para alejarse del tumulto de gente y terminaron en la habitación de Niall, la puerta estaba entreabierta por lo cual aún escuchaban la fuerte música y los alaridos de los borrachos.

– Escúchame, Niall, no pude confesarme a Louis.

– Eres un marica– Se burló Niall.

– No– Harry intentó defenderse– Juro que lo iba a hacer pero luego el sale con que va a salir con la loser de las porristas.

– Espera, ¿consiguió una cita con Céline?– Niall lo interumpió y con una mano empujó el brazo de Harry.

– Sí...

– ¡Eso es tener jodida suerte!– Niall gritó sorprendido– ¿Sabes quién ha logrado conseguir una cita con alguien como ella? ¡Nadie! Ella solo sale con universitarios.– Niall exclama, como si fuera la mejor noticia del mundo– ¡Pero Louis Tomlinson, el raro de la clase, pudo conseguir una cita con ella, woah!

– ¿Puedes callarte antes de que te saque todos los dientes?– Amenaza Harry con la mandíbula apretada. Niall se calma y relaja sus hombros, intentado ocultar su sorpresa.

– Bien, ya que terminaste– Harry pasa las manos por su cabello e intenta calmar su ira–... No pude confesarlo, él se veía realmente entusiasmado con eso y que yo le dijera mis sentimientos solo arruinaría todo.

Niall suspira, agacha la mirada y frunce los labios– ¿Sabes Harry? Tienes razón, todo esto... Fue una estupidez– Sonaba triste, lo cual confundió a Harry. Esta no era la respuesta que esperaba de Niall. Él esperaba un golpe o algún grito que le dijera lo gallina que era. Esperaba que se burlara de él y le restregara su derrota.– Olvidemos esto, no te preocupes si no lo lograste... Está bien.

– ¿Hablas en serio, Niall?

Niall levantó la vista y con el ceño fruncido, gritó:– ¡Por supuesto que no! Harry, esto no puede terminar así, ¡Deja de actuar como una nena por una vez en tu vida! ¡Puedes, por fin confesarle tu amor al raro de tu amigo, y no lo haces por tus jodidas inseguridades! ¡Eres patético, me das lastima! ¡Debe ser un infierno despertar en tus zapatos! ¡Un jodido gay de closet que no se atreve a salir al mundo!

Harry abre los ojos y con una expresión de horror se queda viendo a Niall y como su rostro estaba rojo de la ira. Nunca lo había visto así, no sabía qué decir. Se sintió lastimado, pero sabía que tenía razón. Lamentablemente, Niall tenía razón en todo eso. Apretó sus dientes y se esforzó por no llorar.
Niall se quedó viendo por el espacio abierto de la puerta, y no dijo nada más. Solo se quedó viendo fijamente en la puerta y rodó lo ojos.

– Es evidente que tú nunca podrás hacerlo, así que seré un buen amigo esta vez– Dice y se acerca más a Harry. Este lo mira curioso.– Me debes una, Styles.

Y seguido de esto, lo toma por las mejillas y estrella sus labios bruscamente con los suyos, en un beso.

Looking For Him. | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora