Puedo decir que fue una semana bastante tranquila, aunque Valeria golpeo a Chad aún no había venganza por parte de él, aunque eso me tiene un poco preocupada. Por otro lado me hecho amiga de Dayan, es un chico gracioso y me di cuenta porque entre los dos me invitaron a las rampas de skate a hacerles barras mientras ellos cometían con otros chicos y debo decir que me sentí muy bien ya que era la única mujer en un porque llenos de hombres skaters.
—Buenos días James —le digo entrando a la cocina.
—Buenos días —me dice con algo sueño—. ¿Cómo amaneciste hoy?
—Bien ¿y tu? —le pregunto empezando a sacar de la nevera el jugo de durazno que me encanta y el jamón.
—Bien —me responde—. Hoy viene Dayan.
Masco una torreja de jamón y lo miro.
—Genial.
Mire el reloj de la cocina, ya sabía que si comía y hablaba más iba llegar tarde.
—Adiós James. —él abre los ojos y me mira.
—Oye ¿y mi beso? — me mira y yo me rio, sus ojos estaban cansados.
—No. —le digo rápidamente saliendo de la cocina.
Me reí cuando cerré la puerta, no dejare que me bese cuando quiera. Tampoco le permití que me besara cuando estuviera con Dayan, ya que lo esquivaba de todas formas. Sin querer me encontré con Valeria en el camino al instituto.
—Que pensativas te veías —me dice mientras depositaba un beso en mi mejilla.
—Para nada —le digo.
Al llegar nos fuimos directamente a la clase de química. El grupo de los idiotas entro como la manada Simia que eran. Valeria dio vuelta los ojos y yo me reí por su expresión. Al primer receso fuimos a comprar dulces y de ahí pasamos a los casilleros. Valeria abrió su casillero mientras me hablaba pero no la tome en cuenta, veía como Kieran le coqueteaba a una chica bastante ardiente y de pronto la beso para atraparla en el casillero, sentí como mi estómago se contrajo, era un completo idiota.
Sonó la campana y eso avisa que teníamos que ir a la clase de Biología, por cierto ni idea que pasó con el trabajo. Ya en salón el profesor no pidió aun el trabajo pero por suerte tenía que encontrarlo Valeria.
Sonó la puerta, sin prestar atención seguí revisando mis apuntes que todo estuviera correcto, la voz de alguien sentí pero no mire hasta que depositó su mano en mi mesa. Mire hacia arriba y me encontré con la mirada intimidante del profesor.
—Creo que tengo algo que es suyo —tenía una carta en la otra mano y capte las miradas de todos en mí, incluida la del grupo de idiotas sin cerebros, noten mi cariño para ese grupo de descerebrados—. Señorita Audrey.
—Sí, lo siento —lo mire y me pasó la carta.
—No quiero que se vuelva a repetir que traigan términos amorosos al instituto —me dice y me avergüenzo—. Esto va para todos.
¿Una carta? Esto debe ser una broma. Valeria me miro sorprendida, iba abrirla pero el profesor me interrumpió bruscamente.
—Señorita Audrey esto es una clase, no una revelación de amor por una carta, déjela para después —me dice pesadamente y sentí las risillas de algunos burlándose de mí.
Avergonzada deje la carta aún lado de la mesa.
—Y esto va para todos, nada de amoríos en mi clase —espeta molesto el profesor mirándome, mientras todos en la clase guardaban silencio.
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El primer beso ©
Teen FictionAudrey Jensen cayó en una apuesta por un grupo de chicos populares. La humillación que sintió ese día fue el quiebre de su corazón. Pero el tiempo le dará el amor de una manera dulce pero incomprensible.