Tres días que no he visto a Kieran, porque el viernes no fui, le pedí a mi amiga que tampoco fuera.
Era Domingo y sabía que mañana lo vería, eso me tenía algo preocupada pero por otro lado James estaba conmigo y no me sentía desprotegida. Estábamos tomando el desayuno los dos solos mientras nuestras madres aún dormían.
—Me debes un beso.
—Siempre te debo uno —le digo mientras tomaba mi taza de té—. Además. ¿No te da vergüenza pedírmelo?
—¿Deberías dármelo? —me pregunta acercándose a mí.
Sus labios están forma de pato, alcanza a darme unos besos antes de tomarme de la cintura para intensificar el beso. Sentimos unos ruidos provenientes de la escalera, enseguida nos separamos y seguimos tomando el desayuno.
—¿Cómo amanecieron chicos? —pregunto mi madre entrando y dándome un beso en la mejilla—. Buenos días cariño, buenos días James.
Mi madre estaba arreglada. Esto era extraño.
—Buenos —dice él.
—¿Cómo dormiste mamá? —le pregunto.
—Bien ¿y ustedes? —me pregunta
—Bien.—dijimos Unidos
Lisa entro ya vestida e arreglada.
—¿Nos vamos? —pregunta Lisa.
—¿Dónde van? ¿y dónde vas tú y con qué permiso? —le pregunta a su madre, James.
—Donde a ti no te interesa niño —le responde.
—Los muebles los tienen que instalar, no se les olvide —nos dice nuestras madre.
—¿Pero por qué van a salir? —le pregunto.
—Unos asuntos Audrey —me dice mi madre.
—James deje dinero en mi habitación por cualquier cosa que pudiera pasar, la cena la pueden hacer porque hay de todo y cualquier cosa que pase nos llaman ¿entendido jovencito?—espeto Lisa mirando a su hijo de una manera seria.
—Entendido Mamá —dijo mirándola, para después mirar a mi madre.
—Cuida a mi pequeña James.
—Como si fuera la primera vez que me dejas sola —le digo.
—Tengo que estar segura que estés bien —me dice.
Mi madre toma un vaso de agua para luego salir con Lisa y despedirse con un grito. Deberían cambiar la forma de despedirse. Al terminar nuestros desayunos, lavamos nuestros trastes y comenzamos a limpiar la casa. Al terminar seguimos con los muebles que nuestras madres habían comprado. Con mucha paciencia los armamos y otros los colocamos en los lugares que nos habían dicho nuestras madres.
—Iré a bañarme —le aviso a james mientras subía las cosas.
—Bueno Bonita, yo iré a guardar las herramientas —me dice mirando sus manos.
Mientras me bañaba pensaba en Kieran, no me lo podía quitar de la cabeza, sus ojos, sus labios, sus pómulos, sus cejas...mierda esto no era bueno, debería estar pensando en James, pero no podía. Al salir ya vestida del baño vi a James ya bañado y perfumado. ¿Tanto me había demorado?
Me acerque con cautela, vi como él tenía unas fotos antiguas de Kieran y yo, retrocedí instantáneamente pero choque con la mesa de noche de mi habitación. Él se giró rápidamente donde estaba.
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El primer beso ©
Ficção AdolescenteAudrey Jensen cayó en una apuesta por un grupo de chicos populares. La humillación que sintió ese día fue el quiebre de su corazón. Pero el tiempo le dará el amor de una manera dulce pero incomprensible.