El primer beso ©

Capitulo 4.- Mis libros.

Mientras el agua caía sobre mi cuerpo, pensaba el por qué el hijo de Lisa me había besado. No había una lógica porque lo había hecho y eso me causa rareza. A lo mejor estaba jugando conmigo, quizás eso debió ser. Decidí no tomarle en cuenta.

Cerré la llave y me dispuse a salir de la ducha. Me envolví en una toalla para después vestirme tranquilamente.

Tome mi mochila y mis libros, ya lista, baje a la cocina donde me encontré con James, mi estómago se estrujo.

—¿Dónde están nuestras madres? —le pregunto mientras me armaba de valor para entrar

Él se gira y me responde.

—Están acostadas.

No me dice nada más y vuelve a su desayuno. Bueno por un lado el chico trato de hacer como si nada hubiera pasado y eso me calmo, me dio más valor para ir a prepararme el desayuno. Deje mi mochila y mis libros aún lado, separada del chico obviamente. Me preparé un pan con queso y jamón, además de un jugo que saqué de la nevera ya hecho.

En el desayuno ni siquiera nos miramos y se notaba que el ambiente estaba medio espeso por el silencio. No sabía si hablar, además que no quería hacer el ridículo o meter la pata.

Tome los trastes sucios y los deje en lavábamos para lavarlos. Al terminar me gire y lo primero que me topo es con el cuerpo de él.

—James —le digo tratando que los nervios no me delaten.

Había parecido como un fantasma delante mío.

Él me mira, gira su cabeza hacia la entrada de la cocina y después se gira hacia mí. De pronto sus labios capturaron los míos e inocentemente mis manos fueron a su pecho y cerré los ojos para sentirlo. Al sentir su respiración agitada, lo empuje de mí.

—¡No! —le grito y me escapo para tomar mi mochila.

Lo miro y él tenía una sonrisa en la cara.

Al salir de casa corriendo me topo con el cuerpo de mi amiga.

—¡Auh! —se queja, la tomo del brazo y la obligo a caminar

Mientras ella se quejaba, yo solo refunfuñaba conmigo misma.

—¿Pero qué mierda te pasa? —me espetó molesta Valeria deteniéndome .

—No es nada —le espeto rápido.

Ella eleva las cejas.

—Sí, claro —me dice sarcástica.

—Vamos —la fuerzo a seguir.

—¡Audrey dime que está pasando!

—No es.... —me quedo callada al sentir la voz de James.

—¡Audrey! — grita antes de detenerse ante mí, mientras su cabello se detenía por el freno de su skate.

Valeria abrió sus labios hacia abajo. Miro de nuevo a James y antes que digiera una palabrota por lo del desayuno, sus labios atrapan los míos nuevamente. Sentí un cosquilleo intenso.

—Se te han quedado los libros — dice al terminar el beso y dándome los libros.

Yo parpadeo.

—Te veo en la casa bonita —me acaricia la mandíbula mientras el sonría.

Se da media vuelta, tira su tabla abajo y comienza a patinar mientras yo seguía en estado de shock. Valeria me miro y yo la mire, nos damos media vuelta para seguir nuestro camino.