1 años después.
Puedo decir que soy realmente una chica feliz. Tengo una pequeña familia; mi madre y yo, además de una buena amiga que es como mi hermana y cada vez hacemos locuras lo que recordamos para siempre.
Las burlas pararon y gracias a una cosa llamada cambio de look, increíble la capacidad de los humanos de tratar a una persona por su apariencia y de juzgar todo del otro. En cierto sentido no teníamos que tener pelos en la lengua para defendernos y ser tan naturales con algunas personas.
Jasmine está con Devon y sé que eso le dolió a Valeria después de que supieras toda la verdad. Estúpido Devon. Por otra parte esta Kieran y sus amigos que siguen igual de idiotas, pero más mujeriegos que nunca.
Al estar sentada con mi madre comiendo, ella me mira por varios segundos dudosa de decirme algo.
—Llega temprano hoy —me dice.
La miro.
—Siempre lo hago —le digo y ella me mira con el ceño fruncido.
—Pero ahora no quiero te quedes hablando con alguien o pases a otro lugar con Valeria, necesito que vengas a la casa, te tengo que decir algo —me espeta.
—Ok mamá —le digo y me levanto—. Andas rara.
Ella me mira y rodea los ojos.
—Cuídate cariño —me da un beso en la frente—. Ya me escuchaste.
—Si mamá.
Minutos después salí de casa tranquilamente, mientras pensaba lo que me diría mi madre más tarde dejándome una gran interrogante por toda la cabeza.
Al llegar y doblar en una esquina para seguir mi camino, oigo gritos detrás de mí. Me giro y de pronto veo a Valeria corriendo como una loca hacia mí.
—¡Corre por tu vida Audrey!—Grita mientras pasa por mi lado.
—¡¿Por qué?!—le pregunto quién en mi posición mientras corría por mi lado.
—¡Canino al ataque!
Mi cerebro procesó de manera rápida y salí persiguiendo a mi amiga, mientras empezaba a reconocer los ladridos del perro. ¿Qué mierda le habrá hecho Valeria al perro? Siempre nos pasan cosas así.
Ella se metió en una calle y mientras pasa a su lado corriendo me di cuenta por que Valeria se había quedado quieta, me regreso en seguida y la veo coqueteando con un grupo de chico, quienes pertenecían a un desfile de nuevo año escolar de un instituto de hombres. La tomó del brazo cuando oigo el ladrido del perro. giramos nuestra cabeza con Valeria y la dos gritamos por el perro gigante que venía detrás de nosotros.
Varios chicos nos quedaron mirando, mientras nosotras gritábamos y corríamos como locas. Por suerte perdimos al perro cuando cruzamos la calle para llegar al instituto.
—Nunca...nunca más molesto a un perro —se agacha colocando sus manos en las rodillas.
—Oh si claro —rodeo los ojos mientras apoyaba mis manos un árbol.
—Vimos chicos lindos hoy eh —me dice.
—Casi nos mata un perro —le digo cansada aún.
—Pero habían chicos lindos —me dice y rodeo los ojos de nuevo.
—Bueno, pero habían chicos lindos —repito irónicamente y ella me sonríe.
Este año escolar empezamos las clases juntos a nuestros compañeros de cuarto grado que serian Kieran, Chad, Dylan, Tom y Devon, por cual a nosotros no nos hacia ninguna gracia. Hace un año que no hablo con Kieran o estoy tan cerca de él, desde aquel primer beso.
En la clase ellos entraron con algunas chicas lo cual era normal, pero nosotras en cambio nos colocamos de las primera y yo en la ventana para obtener un mejor paisaje de todo.
La clase iba tranquila, mientras seguía pensado lo que le pasaba a mamá y lo que me queria decir cuando regresara a casa.
—¿Estas bien? —me pregunta.
—Si ¿Por? —espeto mirándola.
—Te noto pensativa ¿Ocurrió algo? —me pregunta.
—En eso estoy —le digo.
Al terminar nos fuimos rápidamente a clases, pero de un segundo a otro Chad paso rápidamente a mi lado y estiro su mano para botar mis libros al suelo. Antes que le dijera algo Valeria me tomo del brazo para que me calmara. Tome de nuevo mis cosas con la ayuda de mi amiga y fuimos al baño, para después irnos a química donde ellos nuevamente estaban.
El dia estaba pasando volando mientras nosotras analizábamos los horarios que teníamos en mano y de nuestros compañeros. Antes de decir algo, me negué rotundamente a hablar el tema de eso, había algo más importante.
Nos fuimos a mi casa con Valeria para comer algo hasta que llegara mi madre del trabajo. Cuando mi amiga se fue, mi madre había llegado con una mujer de cabello castaño y pequeña, ellas sonrieron de una manera bastante amistosa, quizás sean amigas desde hace muchos años.
—Audrey ella es Lisa, Lisa mi hija Audrey —nos presenta mamá.
—Hola Audrey —me saluda ella.
—Hola —la saludo mirándola.
Cuando Lisa se había ido de la casa, mi madre se había acercado mientras yo leía un libro.
—Eh cariño —me llama la atención.
—¿Qué pasa mamá? —le pregunto.
—Lisa es una amiga desde hace mucho tiempo y bueno ella ha tenido los últimos años varios problemas.
Sabia lo que podría decirme, mi mamá desde que tengo noción es muy bondadosa con todos.
—Bueno ella se ha quedado sin hogar —me dice y parpadeo.
—¿Se vendrán a vivir? —le pregunto tranquila.
Mi madre me mira y asiente.
—Yo sé que será extraño, pero Lisa va vivir aquí pagando alquiler y no solamente es ella quien vendrá —me dice mi madre seriamente—. También su hijo.
—¿Un bebe? —le pregunto.
—No, un adolescente de tu edad —me dice—. Puede ser extraño hija verlos en casa pero de a poco te irás acostumbrando y dando cuenta que son buenas personas.
—No te preocupes mamá —le digo mirándola—. Además ellos no tiene casa y nosotras estamos solas en esta casa así que pueden caer más, no te preocupes.
Ella me sonríe.
—Pensé que ibas a ser esas chicas escandalosas que no quieren a nadie cerca suyo.—me mamá se ríe.
—Tranquila mamá. Lisa es tu amiga y bueno, te hará bien hablar con alguien que no haya sido papá.
Ella me asiente.
—Gracias cariño, te amo tanto mi bebe —me empieza mamonear.
—¡Mamá! —chillo mientras ella me molestaba.
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El primer beso ©
Teen FictionAudrey Jensen cayó en una apuesta por un grupo de chicos populares. La humillación que sintió ese día fue el quiebre de su corazón. Pero el tiempo le dará el amor de una manera dulce pero incomprensible.