Capítulo 8: Corriente... (parte dos)

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POV Anastasia






Mis ojos se encuentran con unos ojos grises atormentados, llorosos y culpables. No puedo moverme, no puedo más que tratar de hacer llegar el aire a mis pulmones que en este momento se resiste a entrar. Sin darme cuenta unas lágrimas caen de mis ojos ante la visión del hombre que amo y que cae de rodillas al pasar la puerta, lentamente coloca sus manos en sus muslos y lo veo inspirar con fuerza antes de bajar la cabeza y quedarse completamente quieto.
Mis dudas, mis miedos y la pregunta de donde carajo está el señor Alzogaray se van, desaparecen en el mismo instante en que veo como se rinde ante mi. Sé lo que está haciendo, sé lo que significa esa posición, pero no sé que debo hacer. Mi vista periférica capta a Taylor caminar hacia él. Esto es demasiado... en ese momento me doy cuenta que no sólo está Taylor conmigo sino también sus hombres. No quiero espectadores, no quiero que lo vean así.

-¡No! Déjalo... vete Taylor, váyanse todos.-

Le digo poniendome de pie y rodeando el escritorio pero aún no me animo a acercarme. Veo como su cuerpo vibra al escuchar mi voz, es un movimiento casi imperceptible que yo solamente logro captar. Sin decir una palabra todos salen rodeando a Christian y cerrando la puerta tras ellos.
No sé que hacer ahora... no quiero a Christian como sumiso, no lo quiero así.
Camino lentamente los pasos que nos separan y con un nudo enorme en la garganta trato de hablar.

-Christian, no hagas esto... ponte de pie.-

No se mueve, no emite un solo sonido pero su pecho sube y baja frenéticamente. Unas lágrimas caen al suelo y en sus muslos, está llorando...

-Por favor...-

Ruego porque salga de ese transe y verlo así de destruido, de necesitado me hace dar cuenta que no sólo yo necesito apoyo... o ser salvada del infierno de vida que llevo... él también, él también sufre, él ya ha sufrido demasiado en su vida, él aún me ama y esta revelación me da las fuerzas que necesitaba.
Me acerco hasta tocar mis pies con sus rodillas y con una mano temblorosa rozo ese cabello cobrizo que tantas veces acaricié, el contacto es tan suave como siempre, está más corto pero aún así sigue suave tal cual lo recuerdo.

-Christian, por favor... háblame.-

Vuelvo a rogar, pero es en vano. Las lagrimas desbordan mis ojos y caen a la altura de su mano. Percibo como cambia la postura y mira su mano dónde mi lagrima se pierde entre sus vellos.

-No es necesario que sigamos haciéndonos daño... tienes que terminar con esto... tienes que levantarte.-

Mis voz es un susurro pero sé que me escucha, sé que esta ahí, que aún no se perdió en la oscuridad.
Nada, no dice nada ni se mueve. No soporto más verlo así, no imaginé que así sería nuestro reencuentro. No quiero un Christian sumiso, quiero a mi Christian... a mi amor...
Me arrodillo a su altura y pongo mis manos a cada lado de su cara obligandolo a mirarme.
Esa hermosa y mágica corriente se hace presente cuando mis manos entran en contacto con su piel suave. La corriente entre nosotros sigue intacta y es maravillosos saberlo.
Sus ojos grises perdidos, llenos de dolor... y de amor me parten el alma.
Me acerco despacio con el valor y el deseo acumulado por tanto tiempo y lo beso, junto nuestros labios en un beso lleno de necesidad y perdón. Lo amo... lo amo más que a nada en el mundo y nada cambiará eso... fue totalmente inútil y doloroso creer que podría vivir sin él, fue una pérdida de tiempo.
Jadea en mi boca, como volviendo en sí y me toma de la cintura acercándome más a él. El simple contacto de nuestros labios parece insuficiente. Necesito más, necesitamos más.
Abro la boca para darle paso a esa lengua que tantas veces me dió placer, que tantas veces me demostró su amor y nos besamos... nos besamos como si no hubiera un mañana y como si no hubiera un pasado lleno de dolor, nuestro beso sabe a te extrañé, nuestros dientes chocan y nuestras lenguas bailan su danza favorita...
Me separo cuando mis pulmones piden aire y maldigo no ser más resistente. Pega su frente a la mia y aspira con fuerza, su cuerpo se convulsiona por el llanto al igual que el mío.

Por ti   (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora