Capítulo 21: ¿Por qué?... (Editado)

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POV Anastasia




Camino de un lado a otro en la sala del Escala, con los nervios de punta esperando noticias de los malditos secuestradores. No puedo borrar los ojos de Christian la última vez que lo vi, ahora entiendo perfectamente lo que él sintió cuando la puta de Elena me secuestró. Y después yo lo rechacé... soy una perra. Han pasado dos días desde que se lo llevaron y no se que le estarán haciendo. Su familia no se ha movido de aquí y Mia y Grace son un mar de lagrimas, no paran de llorar en cuanto yo sigo en shock. Solo sé que aún está vivo, lo siento en mi pecho, sé que aún está con vida y quiero seguir sintiendo eso. Porque sé que cuando lo deje de sentir, moriré en vida.
Acaricio mi vientre un poco más hinchado, nuestro bebé crece a cada segundo mientras mis esperanzas van descendiendo más y más.
Taylor y Sawyer siguen haciendo llamadas, revisando las cámaras de la ciudad buscando pistas, pero es como si la tierra se lo hubiera tragado. Me siento en el sillón blanco en medio de la sala, mirando hacia el gran ventanal, viendo como la noche cae una vez más sobre Seattle, burlándose de mi, cubriendome con su oscuridad, envolviéndome en una atmósfera fría y triste. No podré seguir sin él, no podré.

-Ana, por favor... debes comer algo.-

Me dice mi nana sacándome de mis pensamientos. Niego con la cabeza incapaz de poder hablar ya que la angustia me lo impide. He comido lo justo y necesario por mi bebé e increiblemente él se ha mantenido tranquilo, sin pedirme esos antojos que me vuelven loca. Sonrio imperceptiblemente recordando las veces que he vuelto loco a Christian para conseguirme un antojo. Cuando él hacía lo imposible por complacerme, por hacerme feliz. Y ahora yo... aquí, sin poder hacer nada por él, sin poder salvarlo. Encadenada e inútil, inservible. Solo puedo esperar...

-Ana, hazlo por él, por mi nieto. Come algo.-

Asiento a Grace sin hablar, la súplica en su voz me parte aún más el alma. Una madre como ella, que ha dedicado su vida a sus hijos, amandolos y protegiendolos debe estar sufriendo un infierno. Pienso en que yo puedo hacer un esfuerzo por mi bebé. Veo a mi nana perderse en la cocina con al fin la esperanza de poder hacer algo por mi. Ha estado tan preocupada, sin saber cómo puede ayudarme y sin saber que lo único que puede hacer por mi es devolverme a mi amor.

-Señor Grey, sigame al despacho por favor.-

Habla Taylor haciendo que me voltee a mirarlo. La urgencia en su voz, la preocupación y sus ojos no pueden mentirme, algo pasó. Le miro con el ceño fruncido, esperando que vuelva a hablar pero se mantiene en silencio hasta que desvía la mirada para centrarla en Carick quien se levanta y camina hacia el despacho. Estoy tentada a seguirlos y exigirles que me digan que está pasando pero no confío en mis piernas, ni en mi juicio en este momento. Los veo desaparecer cuando mi nana vuelve con un plato humeante de macarrones con queso. La última vez que me los preparó... armé un lío terrible y me gané un buen reto por parte de Taylor, ahora se lo agradezco silenciosamente. Porque por este simple plato me siento más cerca de él. Lo como en silencio, pérdida aún en mis pensamientos.

-Él está bien mamá, debes calmarte.-

-Yo lo se Elliot, mi bebé está bien... el está bien.-

Se quiebra en la última oración haciendo que mi garganta se vuelva a cerrar, impidiendo que pueda seguir comiendo. Ellos a mi lado siguen hablando.

-¿Pero por qué no han llamado pidiendo un rescate?. ¿Por qué se tardan tanto?.-

Mia ésta vez plasma mi mayor preocupación en voz alta, los miro esperando que alguien por fin me saque de mi miseria.

-El que sea que lo tiene sabe bien con quien se metió, sabe que le daremos lo que pidan, pero nos están haciendo sufrir, saben que con cada segundo que pase, más desesperados estaremos. Por eso tenemos que mantenernos tranquilos.-

Dice Elliot mirandome fijamente.

-Mi bebé otra vez perdido, no se si podré soportarlo, no se si podré...-

Se rompe otra vez en un llanto desgarrador, ese llanto que solo una madre puede sentir. Me acerco a ella y pongo ni mano sobre la suya, es todo lo que puedo hacer.

-Oh mi dulce niña. No me hagas caso, él está bien... volverá, no puede vivir sin ti.-

Una lagrima traicionera cae por mi mejilla, la dejo... no puedo limpiarla por que el dolor seguirá ahí. Él no puede vivir sin ti... ¡No! Soy yo la que no podré vivir sin él, ¿Cómo haré para criar a nuestro bebé?. ¿Cómo haré para mantenerme serena y feliz? No... no puedo hacerlo.

-¿Por qué no vas a descansar?. Te ves agotada mi niña, prometo llamarte si hay noticias.-

Asiento, quiero estar sola, necesito estar sola. Necesito pensar y sé que Taylor no me dirá nada hasta que lo encuentren. Lo conozco bien, no querrá preocuparme pero él no sabe que estoy muriendo a cada segundo...

-¡¡Aaaaaah!!.-

Grito al despertarme con un fuerte dolor en mi bajo vientre, como si me estuvieran cortando con un cuchillo. No sé en que momento me dormi, pero el dolor es insoportable. Me agarro el estómago creyendo que así se calmará el dolor, pero es inútil. Sigue cada vez más fuerte.

-¡¡Gail!!.-

La llamo lo más fuerte que el dolor me lo permite. Entra a los segundos con la cara cenicienta, desbordando preocupación.

-¡Me duele!.-

-¿Qué te duele mi niña?. ¿Qué tienes?.-

-¡Aqui!. ¡Joder!. ¡Duele!.-

Me toco dónde el tirón vuelve a aparecer, se acerca rápidamente quitándome la sábana blanca que me cubre y enseguida enciende la luz de la mesita de noche. La veo quedarse estática y con los ojos abiertos como platos, en su rostro el horror está plasmado. Miro hacia abajo para encontrar una mancha considerable de sangre.

-¡¡Noooo!!.-

Grito al comprender, tengo una hemorragia, hay sangre saliendo de mi lo que significa....

-¡No quiero perderlo nana!. ¡Ayúdame por Dios!. ¡Ayúdame!.-

Vuelve en si, y sin decir una palabra sale corriendo de la habitación. Mis lágrimas caen sin descanso, sintiendo la desesperación. No, mi bebé no. No podré soportarlo, me volveré loca. Primero Christian y ahora nuestro bebé, no puedo perderlos a los dos.
Gail vuelve con Taylor siguiéndola, me toma en sus brazos y camina conmigo hacia abajo.

-Te llevaré al hospital. Grace te cuidará, estarás bien pequeña. Mantén la calma por favor.-

Me ruega Taylor mientras camina. Grito y lloro diciendo toda clase de incoherencias que ni yo me entiendo. Solo sé que estoy perdiendo a mi bebé.
Sin decir una palabra me carga hasta dejarme en el coche en el asiento trasero dónde me acomodo en las piernas de mi suegra que acaricia mi cabello y susurra palabras de aliento.
El dolor es cada vez más intenso, siento el vértigo de la velocidad a la que va el coche manejado por Taylor. Me mira cada pocos segundos por el espejo retrovisor diciéndome palabras que no logro escuchar.
Cuando al fin llegamos todo es un caos, hay gritos y corridas cuando los paramédicos se acercan con una camilla y me suben a ella, corren conmigo hasta pasar el área de cuidados intensivos, solo Grace viene conmigo que no suelta mi mano, todos los demás, los cuales nos seguían se pierden tras las puertas cerradas. Mis lágrimas siguen cayendo mientras el dolor y la oscuridad me envuelven, puedo ver a los médicos revisarme, puedo ver el horror plasmado en el dulce rostro de mi suegra mientras mira el monitor a mi lado y lo último que puedo sentir es como se escapa mi vida....








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No me maten!!! Gracias por todo... las amo!!!

Voten y comenten....

Besitos 😙😙😙

Andy.....








Por ti   (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora