Capítulo 42: Advertencia...

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POV CHRISTIAN

Estiro mi cuerpo en la cama totalmente relajado, saciado y feliz. Ana aun duerme en mi pecho, su mano descansa en mi vientre y su dedo índice está hundido en mi ombligo. Sonrio como un estúpido recordando la noche pasada.

....

-¡Oh Ana! ¡Oh Dios calmate!.-

Rogaba cuando su boca malvada me daba la mejor de las mamadas, nunca me había complacido así con su boca. No dejó que me desvistiera, simplemente bajó mi bragueta y calzoncillo lo suficiente para sacar mi polla y devorarla. Podía ver como mi miembro se perdía por completo en su boca, podía sentir como tocaba el final de su garganta. Sus manos acariciaban mis bolas de una manera salvaje, llevándome al cielo y haciendome ver las estrellas.

-Ana... quiero disfrutarte. Despacio nena...-

Rogué. Pero ella no de detuvo, y yo no tenía la fuerza de voluntad necesaria para pararla. Sacó mi polla y soplo despacio en la punta, me estremecí por completo y gracias al cielo estaba en la cama, de lo contrario mis piernas hubieran flaqueado.

-Damelo Christian, quiero tu liberación... damelo. Estuve todo el día deceando probarte así, con ese traje sexy... damelo.-

Y volvió a chuparme, haciendo que me corriera de una manera salvaje en su boca. Disfrutando al máximo de ver como saboreaba mi semen, lamiéndo sus labios sensual y provocativamente. Después de eso se desnudó, pero no me desnudó a mi, diciendo que en traje la pongo mucho más, ¿Y quien soy yo para negarme a los deseos de mi esposa? Nadie, así que se subió a horcajadas sobre mi y me montó por un largo tiempo, sus pechos rebotaban en mi cara y con gran deleite los chupe, los lami y los mordí. No se si su actitud fue por mi regalo o por la escena de la noche anterior, no se y no me importa, lo disfrute. Me hiso sentir deceado como hace mucho no me sentía, se que me quiere y que me decea, pero que me lo demuestre de esa manera es sumamente gratificante. Me amó, me sedujo y me dejo amarla también, satisfaciendonos mutuamente. El amanecer cayó y nosotros seguíamos amándonos, hasta que caímos rendidos en la cama exhaustos y completamente saciados.

....

-¿En que tanto piensas?.-

Me dice somnolienta, con los ojos brillantes, seguramente igual a los mios. No sabia que se había despertado, no pude notarlo perdido en mis pensamientos.

-En lo de anoche.-

-Mmm.-

Dice y puedo sentir el rubor de sus mejillas calientes sobre mi pecho.

-¿Hay algo que yo deba saber Anastasia?.-

-¿Como que?.-

-Mmm, no se. Algo... ese numérito de anoche no es propio de ti.-

Lo piensa por unos segundos, y si bien le estoy tomando el pelo, también quiero saber que le pasa.

-Pues, quería demostrarte que la viejita todavía sirve...-

Me suelto en una carcajada estruendosa que sale desde el fondo de mi pecho. De todas las posibilidades que se cruzaron por mi cabeza, definitivamente jamaz hubiera pensado en esa.

-¿Terminaste de reírte de mi?.-

Pregunta ofendida, paro instantáneamente, borrando por completo todo signo de diversión. Es mejor no hacerla enojar... nunca.

-Lo siento cariño. Es que tienes que admitir que eso es demasiado bizarro. ¿De verdad querías demostrarme eso?.-

Le pregunto sin poder ocultar mi diversión, pero ella se levanta de un salto de la cama y desde ahí, desnuda completamente y con los brazos en forma de jarra en su cintura, me mira ceñuda.

Por ti   (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora