CAP 29: Baile de navidad

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Hoy era el día del baile de navidad. Me encontraba en mi habitación, preparándome con las chicas.

Yo trataba de quitarme a mi primo James de la cabeza, porque ayer por la noche, Lily le había enviado una carta, diciendo que lo suyo se acababa.

Yo ya sabía que eso iba a terminar así, pues James era muy estúpido y necesitaba aclarar su mente sobre qué es lo que quiere de la vida.

Estaba comenzando a preocuparme. Quizás se volvería gay porque las mujeres no lo satisfacen como él quisiera, ¿Cierto?

–Hey, ese vestido está divino. –Me sonrió Amelia, mirándome.- Sirius va a quedar embobado al verte así.

–No lo creo, pero... Gracias. –Sonreí, sintiendo mis mejillas rosadas.

Me miré al espejo, la verdad es que sí. Me veía increíble con este vestido. (MULTIMEDIA)

–Chicas, es hora... –Sonrió Sarah, mirándome.

–¡Vamos a bailar! –Exclamó Anna, muy emocionada.

Suspiré, tomé aire y salí de la habitación.

Sirius y otros tres chicos nos esperaban en el pasillo. Sirius, al verme, me sonrió, y se acercó a mí.

–Me dejaste sin palabras, fiera. –Sonrió.- Te ves... más perfecta de lo que ya eres, voy a tener que cuidarte de todos los demás.

Sentí mis mejillas arder.

–Sí, tú también te ves bien, Sirius. –Sonreí de lado.

Me ofreció su brazo y lo tomé, ambos caminamos hasta el gran salón de Durmstrang, donde sería el baile de navidad.

–¡Por favor, recibamos a nuestros tres campeones! –Exclamó el director de Durmstrang, su nombre era Karkaroff, si mal no recuerdo.

Sonreí. Primero entró el campeón de Durmstrang, Eugene, junto a su pareja. Luego fue Michelle con la suya, y finalmente fui yo, con Sirius.

–Dime que bailas mejor de lo que besas, Black. –Sonreí, desafiante.

–¿Estás diciendo que beso bien, entonces? –Sonrió y me guiñó.

Entonces me di cuenta de lo que había dicho y me ruboricé.

–No necesitas sonrojarte, sí que bailo bien, Fiera.

La música comenzó a sonar y Sirius y yo comenzamos a bailar al ritmo de la música.

–Cállate, Black.

–¿Te digo algo? –Sonrió mirándome.

–¿Qué? –Lo miré arqueando una ceja.

–Debes cambiarte de vestido. Todos los putos hombres de aquí te están comiendo con la mirada. –Gruñó.

–¿Estás celoso? –Reí, arqueando una ceja.- No lo estés, tonto. Porque todo esto... –Me señalé completa mientras bailábamos.- ...solo te pertenece a ti.

–Dios, ___. Haces que te ame cada vez más. –Me besó cortamente los labios y seguimos bailando.

Luego muchas otras parejas se nos fueron uniendo al baile, y todos terminamos de bailar la canción de apertura.

Luego vino lo divertido, y bailamos como locos sin parar de reír.

Uno de esos momentos mis pies comenzaron a matarme, así que nos fuimos a sentar a una de las mesas.

–Y dígame, señorita Stue... –Sonrió, mirándome con sus preciosos ojos grises que tanto amaba.- ...¿Tiene ganas de cantar?

Lo miré con una sonrisa torcida.

–La verdad es que sí, pero el director de Durmstrang me da miedo. –Reí un poco.

–Seh, es intimidante. –Lo miró.- Pero bueno, somos merodeadores, ¡nada puede detenernos!

–¿Estás diciendo...? –Lo miré con una sonrisa traviesa.

–Sip. –Sonrió de la misma manera.

–¡Hola! –La voz de Will hizo que ambos giráramos a verlo.- Tú debes ser Sirius. Soy Will Walker, es un placer.

–Sí, sí. Como sea. –Gruñó Sirius.- Estamos a punto de hacer algo genial. Tú ya sabes que hacer. –Me señaló.

–Sip. –Guiñé y me levanté, para caminar hacia el escenario.

Sirius llamó a James y le susurró algo, luego James se posicionó en medio de la pista de baile con su pareja la puta Barbie resbalosa.

Me escondí detrás del escenario y esperé la señal de Sirius.

Entonces la música paró, las luces se apagaron y algunas chicas gritaron asustadas.

Esa era mi señal.

Subí al escenario y empujé al cantante y a su banda, tomé el micrófono y esperé a que mi primo hiciera lo suyo.



La prima de cornamenta (Sirius Black y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora