La prima de cornamenta (Sirius Black y tú)

CAP 34: Salón de pociones

Al entrar al salón de pociones, noté que todo estaba oscuro. Cerré la puerta detrás de mí y encendí una luz con un "lumos."

Entonces Sirius se acercó a mi sin camiseta. Me mordí mi labio y apagué la luz con un "Nox" para luego acercarme a él, y besarlo con deseo.

Poco a poco el beso se hizo más y más intenso, causando que ambos nos desprendiéramos de nuestra vestimenta y quedáramos desnudos el uno frente al otro.

Sirius me cargó, de modo que quedara sentada en una de las mesas, y se acomodó entre mis piernas, pero sin penetrarme.

Depositaba besos húmedos en mi cuello, causando que mi piel se erizara. Yo enredé mis dedos en su sedoso cabello, atrayéndolo más hacia mí. Entonces rozó la punta de su miembro en mi feminidad y le mordí el labio, soltando un suave gemido que pedía más.

Sirius entró en mi poco a poco, haciendo que seamos uno. No pude evitar gemir en su oído, para no hacer ruido.

–No te contengas, Fiera. –Murmuró él, como un gruñido.- Puse un hechizo silenciador.

Entonces comenzó a moverse de manera más rápida, aunque no demasiado. No pude evitar gemir, clavando mis uñas en su espalda.

Se sentía tan bien saber que él era solo mío, así como yo era solamente suya.

Sirius continuó con sus penetraciones, causando que gemidos cada vez más fuertes escaparan de mi boca.

–No pares. –Rogué, sabiendo que muy pronto iba a llegar al orgasmo.

Eso pareció excitarlo más, pues comenzó a embestirme como si fuera un animal. Llegué al orgasmo con un gemido fuerte y él continuó con las embestidas.

–Voy a terminar. –Dijo él, entre gemidos.

Entonces salió de mí, dejando que su líquido se derramara en mi pierna.

–Te amo, Sirius. –Dije, atrayéndolo hacia mí para plantarle un beso.

Y fue un beso romántico, lleno de amor.

Nos besamos por varios minutos, y luego nos vestimos para regresar a nuestras habitaciones.

La mañana siguiente desperté y tomé un baño, para caminar hacia el desayuno.

Aquel día Sirius y yo nos iríamos de Picnic a la azotea.

Una vez listos, ambos llegamos a la azotea y Sirius armó todo, para que ambos comiéramos sándwiches y bebamos cerveza de mantequilla con alcohol.

Aquella tarde la pasamos increíble, fue una tarde llena de romance amor, besos y caricias provocadoras.

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Capítulo corto, lo sé. Los próximos serán más largos, no se preocuopen! :D

¡Las amo!

:3