05/12/16
Decirte adiós fue lo más doloroso que pude haber hecho, porque siempre pensé que serias tu quien lo hiciera, me sorprendió que tuvieras a otra chica en tu vida, quizá porque el pensamiento de que siempre estarías para mi me invadió... y yo estoy con él, pero sabes que no le quiero tanto, es decir, es cariño, y cada vez que te alejabas de mi ese cariño se fortalecía hasta hacerse un sentimiento... yo no sospechaba nada, ni cuando le dedicaste un estado diciendo "Te amo Angelina"... pensé que solo era algo para darme celos, para hacer que yo te dirigiera palabra... pero no fue así... era ella, a ella le dedicabas esos estados....
Y yo nunca lo supe.
Me disculpo por la ira en mis anteriores escritos. Aunque no sirve de mucho pedir disculpas ahora.
Creo conocerte, creo saber quién se esconde detrás del físico que portas, creo saber muy bien quien y como eres, creo conocer tu alma, tu esencia, pero nada de eso importa ya.
Lo odio, odio tanto el saber que la besas a ella, odio tanto el simple hecho de que ella tuviera la suerte de vivir en Perú. Lo odio con toda mi alma.
Me quema, me penetra como una barra de metal caliente y molesta, me molesta como un maldito gusano removiéndose entre mis sesos, entre mi ser.
Lo odio, lo odio, lo odio, nunca perdonare a quien nos hizo esto, tomare mi energía y querré matarlo... porque no es justo.
Porque soy una tonta y me equivoque, pero nunca lo supiste.
Porque sentirme bien no me recuerda a nada.
Nuestras bromas, nuestros adiós y nuestras palabras tontas y significativas, todo eso... todo eso sigue aquí, y no quiero borrar nada, no quiero olvidarte, ni dejarte, ni despegarme de ti, porque, porque todo lo que hay de ti es eso... porque es un hilo hacia donde estas... y quiero seguir jalando ese hilo, saber que su tensión me demuestra que tu igualmente lo jalas del otro lado.
Pero sé que ya no puede ser así... sé que es una friega. No quiero... no quiero... no quiero decir adiós.... Y tengo que.
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Ambar
RomanceOcultos, así estamos desde hace tiempo; sin hablar, sin escribirnos, sin escucharnos... ¿Dónde demonios estas?... ¿Por qué siquiera te fuiste?... Seguí escuchando el eco de mi corazón dentro de mi cuerpo. Era un eco encerrado, Doloroso.