Capitulo Veintisiete: Aléjate de mi.

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Capitulo Veintisiete: Aléjate de mí.

—¿Te acompaño? —Pregunto Tyler a la orilla del río.

—El agua es mágica. —El muy canijo quiere que tengamos problemas ¿Cierto? Se ha quitado la playera y algunas de las chicas se le quedaron viendo.
Entro de un clavado y nado por debajo del agua hasta llegar a mí. —Te han salido admiradoras.

—Pero sabes que soy todo tuyo. —Siempre de coqueto.

—Tyler no quiero esperar a mañana, quiero ver a mi padre.

—Tranquila, están bien. Los chicos me dijeron que mañana nos llevaran a la caseta más cercana. —Han sido muy amables, la verdad creó que un ángel enorme los puso en nuestro camino. —No creas, me he preguntado como trataran a Georgina, al parecer a nadie le cae bien. —¿Es broma? ¿Enserio? ¿Le preocupa esa estúpida? Me solté de su agarre y nadé a la orilla, creó que fue suficiente baño por hoy. —Espera Alex, ¿Que te sucede?

—Aléjate de mí. —¿Porque me molesto? ¡Es Tyler! A mí que, que le guste esa tipa.

—Alexandra ¿Estas celosas? —Su maldito tono de burla me hizo enojar más.

—¿Qué tiene de gracioso eso idiota? —Sin querer llame la atención de todos. —Y por supuesto que no, pon los pies en la tierra Millen, no estoy celosa.

—Pues demuestras lo contrario ¿En qué te molesta que me preocupe por Georgina?

—En nada, puedes preocuparte por ella, por Becca o por Jessica si quie...—No me dejo terminar la frase. ¿Alex que haces? ¡Alex! ¡Alexandra!

Sus labios se mueven contra los míos tan bien que no quiero que termine. Sus brazos pasaron por mi cintura y pegaron a él, yo pase los míos por su cuello y coloque de puntitas para alcanzar mejor, mato al que se atreva a interrumpirnos.
¿Qué mierda estoy diciendo?
El beso termino y ya los extraño.

—No sabes cuantas veces soñé esto. —¿Soñarlo? —Ya le has dado cuerda al muñequito y no podrás detenerlo Alexandra. —Volvió a besarme solo que esta vez un poco más lento, más dulce y suave. —Te quiero.

—No soportaba la idea de que estuvieras tan cerca de esa y menos que dijeras que es linda. —De nuevo esa risita burlona. —Esa risita te la borre a punta de bofetadas.

—Mejor de besos. —Y me beso. —Que te quede algo en claro Steven, ni ayer, ni hoy ni mañana tendré ojos para alguien más que no sea mi pececito.

—Chicos odio interrumpir. —Es el castaño. —Pero tu papá está en la radio. —¿Mi papá? Corrí como pude hasta una de las camionetas y tomé el aparato.

—¿Papá? —Solté.

—¿Alex? Gracias al cielo estas bien. —Se escucha mal.

—Estoy bien, solo es mi tobillo por la caída, pero Tyler me está cuidando.

—Si, le debo demasiado a ese hombre. Hija escúchame bien, mañana a primera hora saldré con un grupo de guías a buscarte, no te separes del campamento ¿Has entendido? —Puedo escuchar perfectamente como los gusanos se pelean por hablar conmigo.

—Por supuesto que sí, y diles a los neandertales que estoy bien, que no canten victoria ya que la hija favorita sigo siendo yo. —Escuche las risas de los demás detrás de mí. —Los amo y ya mañana nos veremos.

—Ya mañana mi pequeña, te amamos. A y Taylor quiete hable con Tyler.

—Claro. —Le di el aparato y me retiré un poco.

—La campaña azul es suya, no creó que te quede, pero te deje ropa seca y calentita dentro. —Esa rojiza es un amor.

—Muchas gracias. —Entre y cambie, la rubia me presto un cepillo para desenredar mi cabello y aun Tyler sigue hablando. —¿Viene muy seguido aquí? —Le pregunte al castaño quien es el único que no se ha dormido.

—Si, cada año hacemos este viaje, solo los hombres y las amigas cambian cada año. —Sin vergüenza. —Oh perdón, no quiera.

—Tranquilo, vivo con cinco hombres y mi circulo social es igual. Estoy acostumbrada a eso. —Me regalo una sonrisa.

—Pues ese chico estará en problemas. —Lo mire confundida. —Si siempre te mantienes con hambres alguno que otro te ha de tirar los perros.


—Pues si lo haces, te aseguro que primero se arrepiente antes de que yo lo sepa. Mis hermanos son muy sobre protectores.

—Entonces le doy mi bendición desde ahorita al amigo.

—Benny, cariño ven a la cama. —Miramos a la misma dirección y está la rubia semi despierta.

—Voy. ¿van a quedarse despiertos más tiempo? Por la fogata.

—No, ya es hora de dormir. —La apago en lo que yo me fui a acostar. Tyler volvió y aun su ropa esta mojada. Tomo la que nos prestaron y se cambió afuera.

—Buenas noches pequeña. —¿Que? ¿Dormirá afuera?

—Hay suficiente espacio aquí dentro.

—Pues que lo disfrute señorita. —Coloco una bolsa de dormir junto a la puerta de la tienda y se acostó en ella, pasé la almohada a la puerta y así dormí junto a él.

...

El sonido de unas camionetas me despertó. Han rodeado el campamento.

—¡Alex! —Ahora sí que madrugó el señor.

—¡Alex! —Ahora los insectos.

—¡Tyler! —Tyler. Se levante lo más rápido posible para que se callaran y no despertaran a los demás, pero fue inútil.

—¡Alex! —Grito papá al verme correr hacia él, me tire en sus brazos. Extrañe a ese señor. —Gracias al cielo estas bien, no sabes que preocupado me tenías. —Me volvió a abrazar y en menos de un segundo ya estaba siendo asfixiada por todo mi clan del terror.

—Oigan si no se murió en el Bosque, ustedes la van a matar ahogándola. —Gracias Holly, te debo la vida. —Cariño, ven aquí. —Me abrazo. —No soy tu madre, pero enserio sentí el temor de una al ver las horas pasar y no saber nada de ti.

—Estoy bien, además Tyler no dejaría que nada me pasara. —Miramos a los dos sujetos que aún están unidos en un abrazo y donde Taylor sigue diciendo lo mucho que sufrió.

—Me imagine en un mundo donde no hubiera mi espejo, donde ya no hubiera más bromas, donde ya no estarían los dos solteros más cotizados, más que los Steven. Obvio. Fue horrible animal, ¡No me vuelvas a hacer esto o yo mismo te mato! —Tyler solo lo escucha mientras lo tira de loco, está feliz de ver a ese tonto.

—Solo hay algo que termino para mi hermano. —Se separo de golpe. —Ya no seremos los solteros cotizados. —Y me miro a mí. Les podía jurar que esa sonrisa jamás se la había visto.

—¡Quietos! —Grito papá al cuarteto, y se acercó a Tyler. —Estoy más que convencido que mi hija no puede estar en mejores manos, cuídala y respétala.

—No lo voy a defraudar señor.

—Eso espero, porque creó que no debo recordarte que soy policía, y tengo un arma. —Dignos celos de papá.

—Lo tengo muy claro señor, y no necesita el arma, tan solo con soltar la correa yo muero. —Mira a mis hermanos.

—¡O que papá no vea! —Dijo London cruzándose de brazos.

—Y este lejos de un callejón obscuro. —Ahora Louis eh igual se cruzó de brazos.

—Y no encuentre, sus chacos. —Luis, repitió el acto.

—Ni su pala. —Liam, no se podía quedar atrás.

—Lo ve, si es que no me mato yo mismo primero.

—Suficiente, ustedes no creo que quieran que se repita lo mismo que con Max ¿Cierto? —Encaro al cuarteto.

—No. —Dicen a coro.

—Pues bien, creó que es hora de volver con los demás. Por cierto
¿Dónde están?

—Nos esperan en el campamento, vamos por ellos antes de volver a casa. —Dijo Holly.

—¿Casa? Aún nos queda un día de diversión.

La Ultima De Los StevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora