Capitulo Diecisiete: Mas que una amiga.

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Capitulo Dieciocho: Mas que una amiga.

Termine de cantar y mi sangre va a una velocidad increíble dentro de mí, me siento en las nubes y eso que no tengo ni una gota de alcohol en el sistema.

Le entregue el micrófono a Ross y baje del escenario para abrazar a Sofia.

–Oye no pude ir al partido y cuando me lo dijeron no lo creía. Ahora lo creo y siento que se quedaron cortos enana.

–¿Has visto a Max?

–No, hable con él en la mañana y me dijo de que tomaría un avión mañana o algo así. –¿Un avión?

–Gracias, iré a llamarlo. –Me aleje de la multitud hasta que Becca me quito el móvil. –Oye.

–Esta afuera, te espera. –Me lo entregó junto con sus llaves. –¿Las puedes entregar al portero? Moverá mi auto para que entren mis papás.

–Vale. –Salude a cualquiera que me saludara hasta la salida, pero al único que quiero saludar es a una sobra negra al cruzar la calle. –Te he estado llamando. –Intente abrazarlo, pero se retiró.

–Tuve un accidente con el Jeep y ando poco lastimado hermosa. –Bajo la capucha de su chaqueta y está muy golpeado. –Perdón por no responder, pero mi celular murió, me dijo Sofia que estuviste llamando.

–Si, todo el día ¿Que avión vas a tomar? –Me está mintiendo, el Jeep está detrás del él y está intacto, esos golpes no son de un accidente.

–Iré a casa por el resto de mis cosas y volveré.

–promételo.

–Perdóname. –Era obvio.

–Esto tiene la marca Steven por todas partes y es mejor que tú me perdones a mí, no debí meterte en este problema. Espero y te recuperes pronto y te prometo que mis hermanos pagaran con lágrimas lo que te hicieron. –Deje un beso en su mejilla la cual apenas rose y se quejó. –Te quiero Max.

–No más que yo, pero se cuándo no soy correspondido, no te rindas con Simón. Se dará cuenta de lo maravillosa mujer que eres.
–Gracias, suerte.

–Igual pequeña. –Le di la espalda y en lugar de que el portero moviera el auto de Becca lo hice yo.

Mensaje de Texto a Becca

Tu auto fue secuestrado, perdón por irme así pero ya no puedo ser una Steven, me avergüenzo de ese apellido, no digas nada estaré bien.

Respuesta: con cuidado y cualquiera cosa Sofia y yo estamos aquí, no se que hicieron esos pendejos, pero me lo imaginó, te quiero amiga.

Conduce un par de kilómetros al sur de la ciudad hasta el cementerio. Lo sé, estoy loca por ir de noche, pero necesitó a mama, llegue a un puesto de flores que apenas cerraba y compre unos lirios rojos que son sus favoritos.

–Hola ma.–Me senté el césped frente a su tumba, hace mucho que no venía aquí. –¿Porque los hombres son tan idiotas? Se que son mis hermanos y que quieren cuidarme, pero no seré siempre una niña, y aunque papá hace lo mejor sé que hubiera sido diferente si tu estuvieras aquí. –Mis lágrimas ya están por todo mi rostro llevándose mi maquillaje con ellas. –Pero eras tu o yo y agradezco por darme tu vida, pero creo que tú haces más falta en el mundo que yo.

–Eso no es cierto Alex. –Me gire asustada y esta quien menos me lo espere. –Lo siento, no quería asustarte.

–¿Camila que haces aquí? ¿Que no hoy es tu fiesta?

–No es fiesta si no hay invitados. –Cierto todos están en casa de Becca. Se sentó junto a mí y miro la lápida de mamá. –Rebeca Miranda Robles, es idéntica a ti.

–Todos lo dicen, soy la única que piensa que ella es más hermosa.

–Ves la que está por allá, la de enormes flores y coronas, esa es se mi padre. –Las flores están muy recientes. –falleció hace tres meses de cáncer y aun sus amigos le traen flores y lo visitan, un Marín respetado.

–Lo siento mucho. –Su dolor esta más reciente. –No lo sabía.

–Nadie lo sabe, yo casi nunca lo trate, su prioridad era su trabajo y de no ser por sus cartas no sabría que murió. –Que feo. –Es la primera vez que vengo.

–Yo tampoco conocí a mi mamá. –Se giro a verme. –Murió en el parto, ella me dio esta medalla con su nombre, es lo único que tengo de ella.

–A mí me dejo todas sus estrellas de honor, una bandera y una cuenta bancaria, daría todo por una medalla como esa.

–Estoy segura de que siempre pensaba en ti, te escribió ¿no?

–Si, cada semana me llegaba una carta distinta sin falta, hasta hace tres meses que en lugar de carta llego una bandera y sus estrellas seguidas de un saludo militar y un lo lamentamos, fue un héroe para esta nación.

–¿Sabes que somos las únicas locas en el cementerio a medianoche? –Se río un poco, ya nuestra platica se estaba poniendo muy intensa.

–Apuesto a que ya te están buscando.

–¿Porque lo dices? –Señalo la entrada del cementerio y esta una unidad de policía y una mancha negra con una linterna corriendo hacia mí. –Es mi papá.

–Pues ve y agradece tenerlo, que yo agradeceré tener a mi madre.

–Camila no dejes que Jessica se encargue de la graduación, se la mejor reina de novatos que yo seré la mejor beisbolista mujer.

–Gracias Alex.

–Por nada ¿Quieres que te lleve a casa?

–Vengo en mi auto, gracias. –Me levante y camine hacia papá para abrazarlo.

–Me has metido el susto de mi vida, si no es por Holly y me sugirió el cementerio me da un infarto al no encontrarte. –Detrás esta esa rubia que es más que una amiga para mí.

–Estoy bien, solo quería hablar con mamá.

–Vamos a casa amor. –Asentí y abracé a Holly, subí al auto de Becca junto con Holly mientras que papá nos escoltaba en la patrulla hasta la casa. –Hablare con ustedes mañana, ahora no molesten a su hermana. Suficiente hicieron esta noche. –Al pasar junto a ellos se ven realmente arrepentidos, pero no me importa, se pasaron de la raya y no se los perdonare tan fácil.

Le pedí a Holly que se quedara conmigo y dormimos juntas en la cama de papá.

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