La Ultima De Los Steven

Capitulo Treinta y Nueve: Se nos van los grandes.

Capitulo Treinta y Siete: ¿Águilas o Dorados?

Regrese a los vestidores antes de que mi equipo se valla.

—Chica entrando, no quiere ver pelotas ni mucho menos palitos. —Grite antes de entrar. Están todos con las caras bajas y ya cambiándose. —Este no es mi equipo.

—Lo hicimos por ti, no nos jodas. —Dijo Isaac, un Isaac que no tiene puesta una camisa y se ve súper bien.

—¿Entonces así de fácil se rindieron? —Me recargue en uno de los casilleros con una pose de hombre. —Qué vergüenza me dan. Ahora los Dorados se levantarán el cuello diciendo que son los mejores. Qué lástima que el campo no es nuestro y que ya que la Liga se ha ido y ellos no se van hasta mañana.

—Suficiente, no estamos tan idiotas Alex. —Me regaña Rene. —Cuenta conmigo.

—No entendí. —Dios mío llévate a Sofá de una vez. —¿Jugaremos o no jugaremos?

—¡Ponte la camisa esparrago! —Porque me tenías que poner en un equipo donde todos están bien buenos, es imposible ser le fiel mentalmente a Tyler, dios.

—Bien que prende esta nena. —No están tan marcados, pero si están para chupar. ¿Qué jodidos estoy pensando?

—Púdrete y mi novio te partirá la cara por lo que acabas de decir.

—Porque no vienes y me la partes tu misma. Con gusto me dejo ganar. —Le mostré mi dedo medio y salí de los vestidores. Si sigo ahí terminaré siendo una degenerada.

En el campo ya están los dorados calentando, le mande un mensaje a papá para que regresara junto con mis hermanos y mi hermoso y delicioso novio. Las gradas se comenzaron a llegar, al parecer corrió la voz.

—¡Steven! —Me llama el director. —¿La Liga cambio de opinión?

—No, creó que su sexismo pudo más que cualquier cosa. —Me puede esto.

—Camila me mando a darle esto. —Me entrego un volante de su primera acción como reina de novatos. —Pondrá como condición que haya un equipo femenil de todos los deportes que se practiquen en la escuela. Lamentablemente usted no estará para verlo. —Ahora me siento mal por dejar a mi escuela que tanto me apoyo, pero también tengo que pensar en papá, en London y lo más importante, en mí. —Que le valla muy bien en New York señorita Steven y nunca deje de luchar por lo que quiere.

—Gracias director.

—Ahora humilla a Lenny, bien que se lo merece. —Algo me dice que él y el entrenador tiene historia. —Hazlo por Morrison.

—Aun soy un Águila. —Volví al campo ya para iniciar el partido.
...

Caí rendida en el pasto, sin duda el mejor juego de toda mi vida. Cubrí mi cara al sentir que un líquido me empapaba.

—¡Águilas! ¡Águilas! —No sé qué festejan estos idiotas, perdimos. 7-8 lloren conmigo.

—Bueno, ya demostramos que no somos tan patéticos como los años pasados. —Grito Evan. —Y todo gracias a la enana.

—¿A mí? —Esta idiota. —Yo no fui quien pasó esa pelota a Rene y quemo a Kendall.

—Pero descuidamos a Trent y esa carrera nos costó la Victoria. —Si, esa carrera marco la diferencia. —Pero vamos equipo, no la tuvieron fácil, yo vi al entrenador sudar. —No saben lo bien que me siento al ver a Rene sonreír así. —El mejor último juego de mi vida. Gracias Steven.
—¿Porque a mí?

—Tu fuiste quien nos dio un motivo porque luchar y llegar hasta aquí, por ti este juego se convirtió en mi gran oportunidad de ir a Seattle. —Me señalo a un hombre que habla con sus padres.