Ahora me encuentro mejor

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¡guacala! Odio el olor a alcohol, lo bueno es que no es muy cercas, me pesan los parpados, escucho murmullos apenas audibles, regularizo mi respiración y empiezo a escuchar:

-ya deberías irte al salón

-no me iré aún

-yo la vigilaré

-quiero ver cuando se despierte

No identifico, ni puedo relacionar nada. La cabeza, no la aguanto, pareciera que quiere explotar, sigo respirando es lo bueno, inhalo…exhalo… necesito relajarme. Ya cuando sentí la cabeza mas liviana, empecé a parpadear, los murmullos se callaron.

Estoy recostada, en la enfermería, eso explica el nefasto olor, que detesto, en cada costado tenia a alguien a mi lado, quería fijar mi vista, Dios ¿son Santiago y Martin?

Levanto ambas manos y tomo las suyas.

Los dos al mismo tiempo dijeron:" ¡LUNA! " "¿quieres algo?".

Yo sonreí, es lindo despertar con este coro,

-quería asegurarme de no estar viendo doble.

Vi que al bromear se relajaron un poquito tenían una cara de preocupación. Intenté levantarme pero ninguno de los dos me dejaron.

-tienes que descansar - me dice Martin

-Pero estoy bien. - le contesto

-¿Cómo vas a estar bien? Te acabas de desmayar y te ves muy pálida. - me dice preocupado Santiago, mientras me acaricia la cara

-cuanto tiempo me desmaye?

-como unos 15 minutos,5 en los que te traje y 10aquí. La enfermera dijo que …

- Es normal…

-normal?? - repite Santiago, le debe parecer ilógico lo que le  dije

-si, aunque ya tenia unos años sin desmayarme ...

Sentí que se tensaron demasiado con lo que le dije, no debí de haber hablado…

-¡¿TENIAS?! - dice incrédulo Martin

- ¿¡ESTAS ENFERMA DE ALGO?! -pregunta espantado Santiago

- no! Tranquilos, es solo que…

Me quedo callada un momento, pienso que decir...

-bueno, tengo un corazón de pollito… - se me ocurre decir

-¿Cómo que de pollito? - pregunta Santiago para comprender

-que con emociones muy fuertes, emociones que no me gustan, no me controlo… no, no es dañino, lo único peligroso es que al desmayarme cayera al suelo y pudiera lastimarme…nada mas eso… tengo... desde pequeña... eso- termino divagando, por un momento siento vergüenza de ser tan ridículamente débil

Me miraban… asustados o preocupados. Yo tomo sus manos.

- por ahora no quiero hablar de eso, si me quedo aquí quitarán esas caras que tienen?

Parecieran que aceptaron el trato. Martin tomo mi mano izquierda con sus dos manos y Santiago sin soltar mi mano con la otra acaricia mi cara y después mi cabello.

- descansa… Y me da un beso en la mejilla al mismo tiempo que siento un pequeño  cálido apretón en mi mano izquierda.

Cierro mis ojos. Me trato de relajar, pero los otros dos empiezan a murmurar, para no despertarme:

-hay que evitar que el inútil vaya a su casa

-¿cual inútil?

-el oxigenado de tu salón… Clark ¿no?

Triple o nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora