Triple o nada

Salir de un hoyo para entrar a otro

-Santiago saca el control de… - dice Martin
-ya! -se adelanta Santiago

Saca de la guantera un pequeño cuadrito negro con un botón, lo presionó a dos casas y se abrieron las rejas, Santiago volvió a presionar el botón y se abrió la cochera de adentro de la casa, fácil caben 4 autos en su casa, uno guardado, y otros dos afuera, de los de sus papás.

Estábamos a oscuras, los dos abrieron las puertas del carro, yo no quería soltar la mano de Santiago, pero tenía que. Ya pasó todo. Pero hubo algo que los detuvo para que no bajaran, sonó un celular que nos congelo.

Era de Martin y el contesto:
-Si?
-si
-aja
- por que?

Martin vacila, Santiago pone atención igual que yo.

Martin continua hablando:
-Alan, dile a papa que te recoja, llegando te ayudo con tu tarea… y si no… Santiago también te podrá ayudar entendiste?

Espera, aun no cuelga, hay un profundo silencio, no ni de chiste podré escuchar lo que Alan  le contesta.

-hasta pronto. - se despide Martin
Cuelga. Voltea a ver a Santiago. Se miran casi por minutos, como si se pudieran tele comunicar, a lo mejor comporten más que la misma apariencia, será cierto esos lazos entre gemelos, en este caso trillizos…

- gracias… - Apenas y yo me oí.

- me voy a mi casa - continuo, algo nerviosa
-no puedes!- dice Santiago 
- por que no?
- porque...
-necesito que me ayudes con algo de mate- menciona de pronto Martin
- Santiago lo puede hacer...- contesto extrañada por su petición
- A Santiago nunca le entiendo, ¿que acaso  no me quieres ayudar? - ahora me quiere hacer culpable.
-no, no es eso. - contesto deprisa para que no me malinterprete 

- además necesitamos hacer el proyecto -añade Santiago
-¿Qué proyecto? 
- el que es para mañana
- pero…
-hable con la profesora.

Solamente lo observo. La verdad no se que decirle. Me encanta esa idea de estar con él. Es algo a lo que no puedo negarme.

*

- listo! - expresa feliz Santiago
-no espera - le digo
-que? Que le falta?
-unos detallitos… ya
-ahora si?
-sip!

Terminamos muy rápido. Santiago es estupendo, muy inteligente. Empiezo a guardar mis cosas, accidentalmente topo con la mano de Santiago, el atrapa mi mano, la toma, la acaricia –que bueno que siempre me pongo crema-.

Estamos solos… NO corrección ESTABAMOS solos.
Detrás de nosotros aparece Martin, se pone entre Santiago y yo, con un cuadernote.

-queridos apreciados, ¿comparamos respuestas? - propone Martin con una sonrisa de oreja a oreja
-¿copiar? ...- le digo
-COMPARAR… yo no copio, eso es de…
- aja, deja saco mi cuaderno. -le dice Santiago

Santiago buscaba en su mochila, mientras yo observaba: sus números tan bien hechos y claros, tan ordenado todo y limpio. Igual que Santiago… que envidia me dan esos dos, yo por andar siempre contra reloj, me descuido. Pero esos problemas apenas lo vimos, y todo se ve tan bien y correcto. Santiago abre su cuaderno y compara y se concentra. Me encanta su cara de concentración, se ve tan serio, tan lindo…

-como…  -De nuevo apenas y yo me escuche asi que los hermanos ni cuenta de que quería hablar.

-si, están bien, querido hermano

Santiago se le queda viendo con una cara de extrañado, Martin como si nada. Santiago y yo nos lo quedamos viendo.

Santiago tose, es una tos fingida.
Martin se ríe. Santiago lo observa, y Martin se sigue riendo. Cuando al parecer se cansa de reír, se levanta.

-voy a la cocina, no se les ofrece nada?

Pero se va tan rápido que aunque le contestaramos, no nos daría la oportunidad.

-¿Santiago podemos ir a tu jardín? - le pregunto
-claro!

Nos pusimos cómodos en la pequeña salita que tienen allí. Estaba recargada en él, mientras el acariciaba mi cabello.  Todo es tranquilidad, solo se oye el canto de algunas aves.

Nosotros también estamos en silencio, se oye algo agudo que me es conocido. Se oye otra vez, es el timbre de mi casa, en cuanto caigo a la cuenta se oye un puertazo. Caigo en cuenta siempre muy lento. Me pongo en pie rápido, y salgo de la casa por el pasillo lateral.

De lejos observo a Clark fuera de mi casa, y a unos cuantos metros a Martin, que se dirigía hacia el.

Santiago me alcanzó y me detuvo.  -¿¡que!...? - Me cubre la boca.

-se va a dar cuenta que estás aquí! - Me susurra, yo le sigo la corriente.
-¿¡¡¡yyy!!!? Se van a matar! - le digo desesperada.

Mientras me quería zafar de Santiago oía los gritos de los otros dos.

-¿Qué es lo que buscas wuero? - pregunta Martin con un tono serio
-Busco a Luna - le contesta el sinico
-no deberías, ya no están juntos para ese proyecto - ahora se escucha mas que serio..
- yo la quiero ver, estamos en un país libre ¿no? - dice irritante
-no me vengas… -ahora lo escucho y me recorre un escalofrío
-ándale gemelito, dime donde esta, o lárgate de mi vista. - interrumpe Clark 

Dejaron de gritar ya que ahora se encontraban a un par de metros de distancia. Ellos ya sabían, lo esperaban, Clark intenta golpearlo en el abdomen a Martin. Yo sofoco un grito. Pero el lo esquiva de maravilla y hasta se lo regresa doblando a Clark.

-¿eres Martin? El mas violento no? ¿no es asI? ¿Por qué defiendes tanto a Luna? ¿Tu hermano es el que sale con ella, cierto? - cual es su problema?! Suelta una carcajada Clark, Martin solo lo observa como un ser repulsivo. 
Clark termina de hablar: “¿la amas no es asi? Eres otro miserable igual que yo, otra victima mas de…

No termina, no, Martin no lo deja terminar de hablar, con un puño le golpea la cara, algo que no se espero, termina tirado en el suelo.

Esto no me gustaba nada. En absoluto 

¿Otra victima? ¿Por que victima? ¿Miserable? ¿yo los hago miserables? ¿me ama? ¿!Qué rayos acaba de decir Clark¡?
Santiago está detrás de mi. Claro que escucho todo también él.
¿Qué es lo que estará pensando el?

Clark no se mueve, sigue tirado en el suelo. Martin tiene una respiración muy acelerada. No alcanzó a ver su cara.

Se ven unas sombras, varias sombras. Fácil cinco. Se acercaban hacia Martin. Clark no venía solo.

Doy unos pasos y grito su nombre con desesperación, para que viniera corriendo hacia acá. Para que despertara de su trance. Yo quiero correr, pero Santiago me jala y me dice, no, más bien me exige.
"¡Quédate aquí!"