-ya díganme que tienen planeado! - les pido
Los dos se voltean a ver, intercambian miradas, levantan las cejas tan coordinadamente, me miran ahora de reojo, ahora sonríen pícaramente, la hacen mucho de suspenso, de emoción, de cardiaca! Como si fueran a revelar el secreto del año…espero… espero…y…
-no piensan decir nada? - les pregunto
Se quedan callados…
-que no puedo saber!!? - digo algo exasperada
-Bueno si te refieres que si tenemos un plan, si, lo tenemos. - se digna a hablar Santiago
- entonces? - no me satisface su respuesta
-no queremos que te preocupes - me da una pobre excusa Martin
Quería hablar pero no me dieron la oportunidad, Santiago se acerca y me abraza, apoya su cabeza en la mia
-que no confías en nosotros? -me intenta chantajear Santiago
-SI… pe…
Me vuelven a interrumpir.
-vámonos, que se nos hace tarde! - nos apura Martin
Nos subimos al auto, Martin conduce, Santiago copiloto y yo atrás. Martin conduce muy bien para mi parecer, aunque el día de hoy el volteaba mucho al retrovisor, normalmente hacemos entre diez y quince minutos para ir a casa. Con la música se me olvidó lo que pasó en la mañana, pero ya llevábamos quince minutos en carretera y no nos encontrábamos ni cercas de nuestras casas, de hecho había sentido como si diéramos demasiadas vueltas. Fui la última en percatarme de esto, Santiago ya había intercambiado miradas con Martin.
Martin estaba demasiado tenso, sus puños que sujetaban el volante estaban muy cerrados, muy apretados.
Cuando Martin volteaba al retrovisor, yo lo imitaba, y observé algo de rato: Nos estaban siguiendo.
Seré ingenua pero no estúpida, de pronto me calme demasiado y Santiago me volteo a ver, me observó y tomo mi mano.
“No te preocupes” Me dice Santiago
Tener su mano entre las mías, hace que baje un poco mis nervios, y me delato, ya que mis manos sudan y frío, entonces el, no importaba que se contorsionara para no soltarme, el voltea también preocupado pero por mi.
-te sientes bien? - me pregunta Satiago
-s-si
-segura? - me vuelve a preguntar
- no me siento mareada, solo algo nerviosa.
-no te preocupes. - dice en un tono tranquilo Martin
Ya nos encontrábamos prácticamente al otro lado de la ciudad, al otro extremo de donde vivíamos.
-tienen sus cinturones puestos? Ahora agárrense bien. Indica Martin
Acabando de decir eso último aceleró, el peso de mi cuerpo me hizo ir hacia atrás, tan rápido acelero. Después dio una vuelta demasiado cerrada, yo cerré los ojos y apreté la mano de Santiago, me siento como si estuviera en algún tipo de juego mecánico.
Como si fuera por el destino éramos los únicos en carro por aquí, por esta parte de la ciudad casi no hay carros, además que es la hora de que todo el mundo está comiendo, pero por algo también se le llama la zona fantasma. Desde que era una niña lo han llamado así.
Martin sigue con la misma velocidad, cada vez se ve más lejos ese carro, y mientras más nos adentramos a la ciudad Martin bajaba la velocidad. El carro extraño, tres cuadras atrás le tocó semáforo en rojo, nosotros continuamos.
Martin siguió manejando lejos de allí unos quince minutos más asegurándose de que ya no nos siguieran más. Hasta que llegamos a casa.
ESTÁS LEYENDO
Triple o nada
Teen Fiction¿Que pensarías si tus nuevos vecinos son unos increíbles trillizos? Triple hermosura, triple diversión, aventura y amistad. ¿Romance? Sin duda Luna pasara por diferentes situaciones que jamas pudiera haberse imaginado...