Parte 7

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Capítulo 7

Celina

Me despertó el sonido de mi celular, "There she goes" del grupo The La's sonaba a todo volumen, con los ojos cerrados estire mi brazo para tomarlo de la mesa junto a mi cama, pero el dolor en el hombro me atravesó como un latigazo. Enseguida recordé donde estaba y sentándome en la cama con mucho cuidado, conteste.

-Basta Layla estoy bien, no pudiste cambiar el horario de trabajo, no voy a dejar de quererte porque no me puedas cuidar una noche es la quinta vez que me llamas...

-Celina soy yo cuídate, me escuchas cuídate...

-¿quién es? ¿hola? ¿hola?

Miraba fijamente el teléfono en mi mano cuando Mariano entró con la bandeja del desayuno que le había arrebatado a la enfermera en la puerta de mi habitación para que no me despertara.

- ¿estás bien?

- no sé

- ¿qué te duele? Apoyo la bandeja en la mesa de luz junto a mi cama.

-acabo de recibir una llamada, un hombre me decía que me cuide y corto- le dije mientras miraba fijamente la pantalla del celular.

- ¿puede ser algún amigo que recién se haya enterado?

- no creo era un numero privado y no me dijo su nombre.

Nos quedamos en silencio cada uno sumido en sus propios pensamientos por un momento.

-hoy va a venir el comisario Rossi, tiene que hacerte algunas preguntas sobre ese día. Trate de convencerlo de que esperara hasta que estuvieras en tu casa pero dice que no puede retrasar más la investigación, creo que tendríamos que contarle lo de la llamada.

« ¿Tendríamos? ¿Ahora somos un equipo?»

-¿pensas que tiene que ver con el robo? Le pregunté

-Celina yo estaba ahí llamaste al chico por su nombre...

- lo interrumpí – Roque fue compañero de Layla y mío durante la escuela, vive en nuestro barrio, nunca tuvo malas compañías, no lo quiero justificar Mariano pero sé que estuvo teniendo problemas. No pienso decirle a la policía que lo reconocí. El Rengo en cambio, es famoso por sus robos no es un santo y seguramente a esta altura la policía ya sabe que fue él.

-es tu decisión Celina vos sabrás que es lo querés decirle a Rossi sólo espero que no te equivoques.

- yo tampoco...

Mariano tenía que trabajar, la intrigante llamada me había dejado tan nerviosa que no me había dado cuenta de que tenía puesto un delantal blanco impecablemente planchado, estaba afeitado y su pelo mojado estaba prolijamente peinado hacia atrás. Era obvio que estaba usando camisa y corbata debajo. El estómago me dolía cada vez que sus ojos verdes me miraban.

Sabía que estaba hablando porque sus labios se movían pero no había registrado una palabra cuando me pregunto

- Me tengo que ir al consultorio pero ¿me estas escuchando Celina?

-si si dije cuando su pregunta rompió mi burbuja, tenés que arreglar un par de narices y si tenés suerte alguna cola. Se rió, negó con la cabeza y caminó hacia la puerta. La abrió y sosteniendo la manija antes de salir giró su cabeza y dijo –suerte con mi mamá y mi hermanita, no me digas que no te lo advertí. Quedé muda mirando la puerta cerrarse detrás de él.

"El envase perfecto" #ovniawards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora