Parte 33

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Capitulo 33

Celina

Luego de felicitarlos y agradecerles la invitación el Doctor Goldman y su esposa, me habían presentado a lo que daba por hecho eran todos los empleados de la clínica.

Sonreí, salude, asentí y negué cuando fue necesario pero no dejaba de pensar en Mariano. Sentía su presencia como una fuerza gravitacional alrededor de mi pero me negaba a mirar, mucho menos a buscarlo. Tenia que hacerle entender a mi acelerado corazón que él no era para mí, ni siquiera le resultaba atractiva por el amor de Dios!! O tenia que hacerme un chequeo porque definitivamente tenía taquicardia. Me despedí de mi profesora Silvia Ciero, con la promesa de festejar y pasarla bien en el último fin de semana antes de comenzar con mi nuevo trabajo.

Me reuní con Layla y Lucas que estaban sentados en una mesa hablando muy acaramelados.

- lamento interrumpir pero no aguanto más estos zapatos- dije sentándome al lado de la negra frotando la planta de mis pies.

- Querida la belleza duele- dijo sin soltarle la mano a su prometido

- Lucas Frapoli o no nos vemos nunca o nos vemos siempre- dijo una princesa vikinga detrás de mi. Giré mi cabeza para verla aunque el olor inconfundible de su perfume ya la había delatado. Estaba enfundada en un vestido dorado que parecía pintado sobre su piel. Si bien sabía que podía encontrarla aquí, ya que era la novia de Nano, verla trajo toda clase de recuerdos dolorosos que quería olvidar. A su lado una hermosa joven pelirroja la acompañaba.

- Camila el es Lucas Frapoli de quien te hable, el heredero del imperio del helado- dijo en un tono malicioso obviando tanto mi presencia como la de mi amiga que mirábamos la escena como si fuera un partido de tenis, de un lado al otro.

Lucas serio se puso de pie y extendió su mano, como un caballero, para estrecharla con la de la muchacha y en un tono de voz neutral, de negocios, totalmente distinto al chico divertido que conocía le dijo – Camila, soy Lucas, no soy el heredero de nada... sólo ayudo a mi padre con el negocio familiar, si me disculpan mi prometida Layla Ritcher dijo señalando a la negra y una de mis mejores amigas la Licenciada Celina Santini dijo apuntando en mi dirección, estábamos teniendo una conversación privada. Fue un placer conocerte- y se sentó, frente a la cara de desconcierto de la pelirroja y la cara de rabia total de Daniela que la agarró del brazo y la llevó hacia la punta opuesta del parque.

- ¿qué demonios fue eso? Dije sin poder de dejar de mirar por donde se alejaban las dos chicas aún agarradas del brazo.

- Ese es mi futuro marido ganándose una noche romántica dijo Layla sentándose sobre el regazo de su novio besándolo como si estuvieran solos.

- Ay por favor ya empalagan!!! Me voy al baño- dije pero ninguno de los dos escucho.

En el trayecto al baño fui detenida por dos enfermeras con las que había trabajado en mis practicas, la abuela del Ruso que me volvió a presentar a un sobrino con el cual decía hacíamos una hermosa pareja aunque ya me lo había presentado media hora antes (creo que su memoria empezaba a fallar), Magui que buscaba a Pablo ya que no lo encontraba por ningún lado, Pablo que decía que la gente le estaba avisando que Magdalena lo buscaba y el no podía hallarla y en la puerta del toilette Susi...Susi la mamá de Mariano, la dulce señora que siempre me había respetado y demostrado genuino interés por mi.

-Querida déjame que te diga que estás hermosa...aunque esos ojitos a mi que soy una señora grande no me mienten!!-

-gracias Susi estoy bien, es cansancio estoy tratando de adaptarme a la nueva casa...a la nueva vida...- mentí.

- y si mi cielo los cambios no son fáciles nunca...pero sos una joven tan bella por dentro como por fuera, llena de vida, talentosa...ya vas a ver como todo se encamina- me dijo como una madre que consuela a una hija y me abrazó muy fuerte haciéndome sentir como en casa.

Mariano

Había seguido de cerca cada uno de los movimientos de mi ángel guardián deseando poder encontrarla un momento a solas para hablar...había sido imposible. Incluso la seguí hasta el baño donde en la puerta se encontró con mi mamá, no pude escuchar que se decían pero el abrazo final que se dieron y los ojos llenos de lagrimas contenidas de Celina me indicaron que no era el momento adecuado. Las dejé y volví al parque. Tomé una copa de uno de los meseros y me acerque a un grupo de doctores en donde el Ruso estaba hablando con el ceño fruncido.

- ¿qué pasa?- Pregunte tomándome de un solo trago el champán

- nada, no pasa nada – dijo Pablo mientras tomaba de su copa sin dejar de mirar al Doctor Martin Perez Gaona con cara de querer asesinarlo. Lo primero que pensé fue en mi hermana, la busqué con la mirada y la encontré hablando animadamente con Layla, Lucas y Celina que debía haber vuelto del baño y del encuentro con mi madre. Entonces ¿qué lo había puesto nervioso? Otro de los doctores contesto mi pregunta no formulada.

- Viste como es Martincito- dijo golpeándole el hombro al susodicho- donde pone el ojo pone la bala- seguí sin entender mientras todos los demás integrantes de la ronda reían del comentario.

- – parece que el Doctor Perez Gaona va tras su nueva conquista, ya que es el jefe de obstreticia parece que tiene la intención de no dejar a ninguna mujer de su sector sin conquistar- me dijo Ricardo el traumatólogo de la clínica.

Se ve que mi cara de desconcierto era tal, que el propio Martin pasando un brazo por mi hombro y señalando con su copa a Celina dijo- la nueva estimuladora temprana, amo las mujeres con curvas, tener de donde agarrarme mientras...

La furia cegó mis ojos y mi visión se volvió roja. Le quité con demasiada fuerza su mano asquerosa de mi hombro y el muy descarado ignorando mi enojo se giró hacia Ricardo diciéndole- te apuesto a que antes de fin de mes pasa por mi colchón.

Sé que Pablo muy sútilmente me sacó de allí, cómo lo hizo no lo sé porque por primera vez desde que termine la escuela secundaria sentía el deseo de moler a trompadas a alguien.

- Calmate Nano!!! Calmate!!! Mírame – me dijo agarrando con sus dos manos mi cara. Fue en ese instante cuando me di cuenta de que estábamos tras unos arbustos poco iluminados mirando la fiesta transcurrir- no es el momento ni el lugar para cagar a trompadas al pelotudo de Gaona.

Respire profundo mientras miraba mis zapatos, uno...dos...inhalo...exhalo...tres...cuatro... inhalo...

-estoy bien Ruso- dije ya más tranquilo, mi amigo soltó mi rostro y me abrazó. Le devolví el abrazo era tan bueno tener un amigo, un hermano, un compañero como él.

- bueno ya está que si nos ve alguien va a pensar mal, ahora volvamos a la fiesta y tratemos de que encuentres el momento para hablar con Celina.

"El envase perfecto" #ovniawards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora