Parte 15

8.1K 737 53
                                    



Capítulo 15

La adrenalina subía por mi cuerpo desde los dedos de mis pies hasta la raíz del pelo. Toda yo  vibraba en sintonía con él a través del beso lleno de pasión que estábamos compartiendo, hasta que el sonido del teléfono me devolvió a la cruel realidad. Este no era mi hombre, esta no era mi casa y está definitivamente no era yo.

Me separé abruptamente de su cuerpo y tuve que llevar la palma fría de mi mano a mi frente para tratar de recomponerme. Sus ojos verdes me miraban penetrándome. Ambos respirábamos con dificultad y además de nuestras inspiraciones el sonido del teléfono que no habíamos contestado llenaba la casa.

« ¿Qué estás haciendo Celina...que estás haciendo?»

La poco cordura que quedaba dentro de mí me dejo susurrar-no podemos.

Tartamudeando y dando un paso fuera de su espacio personal le dije- vos tenés novia y yo simplemente no soy esa clase de chica, hagamos de cuenta que nada paso. Yo no tengo donde ir y realmente me gustaría que fuéramos amigos-mi voz se fue apagando con esas últimas palabras porque realmente no sabía que quería decir, mi mente atormentada por toda esta mezcla de sentimientos se negaba a cooperar con mi lingüística.

Mariano presionaba las palmas de sus manos en sus ojos cerrados, inspiro ruidosamente y dejando las caer dijo –mira Celina tenés toda la razón esto no sería justo para Daniela... pero sobre todo no sería justo para vos, no voy a volver a ponerte en una situación como esta. Nunca vuelvas a decir que no tenés donde ir porque pase lo que pase mi casa siempre va a estar a tu disposición quiero, no mejor dicho necesito que te sientas como en tu propia casa- se paró y acorto la distancia que yo había impuesto, sus ojos de jade quemaban mi alma. Levanto su mano y paso su pulgar sobre mi labio inferior volvió a inspirar bajando el volumen de su voz y me dijo – pero no me pidas que seamos amigos porque nunca, nunca le haría a una amiga las cosas que quiero hacerte a vos-

Todas las mariposas que volaban en mi estómago emigraron... "las cosas que te haría a vos", ¿estaba jugando conmigo?  quería preguntarle, quería gritarle, patearlo. La ira crecía dentro de mi arremolinándose, cerré los puños clavándome las uñas en las palmas necesitaba el dolor. El dolor en este caso era bueno, era el parámetro para la realidad.

Las palabras se escaparon ácidamente de mi boca antes de que lo pensará – por favor estas sólo, tu novia está lejos y yo soy tú obra de caridad, ni siquiera soy tu tipo. Estas confundiendo atracción con agradecimiento-como si mi labio quemará dejo caer su mano y se separó de mí. Sin dejar de mirarme agarró el teléfono que estaba sobre la isla de la cocina y contesto. En mi arrebato verborragico nunca me había dado cuenta de que seguía sonando.

-Magui no es buen momento estoy ocupado ¿cómo? Si, esta acá –dijo sorprendido, mi hermana quiere hablar con vos no respondías tu celular.

-lo deje en mi habitación- dije tomando el aparato que me entregaba, gire y camine hacia el living.

-Celi ¿estás ahí?

-si Magui ¿estás bien? ¿paso algo?

-que va a pasar lo mismo desde que tengo 13 años...Pablo

- ¿qué paso?

-abrime estoy en la entrada

No pude ni asimilar la frase que Mariano ya se dirigía a abrir la puerta, una Magdalena acalorada agitando su teléfono celular entro en el living como un huracán. Desconcertados la mirábamos mientras se cruzaba de brazos y se sentaba en el sillón resoplando como una niña pequeñita.

-te juro Celina que lo voy a matar me esta volviendo loca, que hombre más irritante-chilló

-¿se puede saber qué te pasa hermanita? ¿y a quién pensas asesinar? Pregunto Mariano sentándose a su lado. Magui me dio una mirada de auxilio al darse cuenta que su lengua larga la había puesto en evidencia. Nada más y nada menos que con su propio hermano, le hice un asentimiento silencioso mientras tomaba asiento frente a ellos.

- ay dios- dijo tapándose la cara con sus manos un gesto parecido al que había hecho el Dr. Amor hacia un ratito. Me levante y me senté a su lado mientras le golpeaba suavecito en el hombro le dije – es hora de que lo escuche de tú boca.

Con una increíble lentitud dejo caer sus manos y se giró a su derecha para estar frente a su hermano. Respiro profundamente – estoy enamorada del Ruso hace años y estoy harta jugar al gato y al ratón.

Mire a los profundos ojos de Mariano esperando, tratando de leerlo. El miraba  a su hermana fijamente a los ojos hasta que soltó una profunda y genuina carcajada. Tiro su cabeza hacia atrás y su nuez de adán bajaba y subía...

«Jesús, maría y José...sólo a mí se me ocurre hacerme la moralista, que me importa la novia que me tire arriba de la isla de la cocina y que...Celina por favor contrólate, contrólate»

-ay enana- sus ojos se achinaron debido a la risa.

-tarado deja de reírte, que yo estoy sufriendo- le pego en el hombro a su hermano

-sufren porque son unos cabezones, con razón el ruso estaba insoportable ayer

-¿cabezones? Dijo Magui

-pero enana no seas tonta si Pablo siente lo mismo que vos, ¿no es obvio, Celina? Me pregunto haciéndome participe de la conversación, Magui lo interrumpió sin dejarme contestar – ¿pero él te lo dijo?

-No pero...

-pero nada Nano, él nunca dijo nada. Ni a mí, ni a nadie y yo ya no sé qué pensar- se dio vuelta hacia mí y siguió con el discurso mientras Mariano se ponía de pie para atender su celular que estaba sonando. La deje hablar sabía perfectamente bien que a veces las mujeres sólo necesitamos desahogarnos sin que nos interrumpan «lo que daría para que Layla estuviera acá escuchando todo lo que le tengo que contar de la declaración de mi doctorcito» la voz ronca de Mariano me saco de la ensoñación – bueno nos vamos a enterar en un minuto lo que siente porque aunque no sabe que estas acá, está en la entrada del barrio viene a casa quiere hablar con vos Celina.

-ves es como yo digo seguro que está enamorado de vos Celi, y viene a decirte que se quiere casar porque yo tengo tanta mala suerte para el amor...

-Basta- dije harta de la situación. Como una madre levante mi dedo índice y apunte a una Magui que divagaba como una pequeña caprichosa- Se terminó ustedes dos me tienen cansada esto se termina hoy. Mariano cuando llegue el Ruso podes entretenerlo unos minutos y después hacerlo pasar a tu escritorio- no espere su respuesta- vos dije agarrando la mano de Magdalena y parándola de un tirón venís conmigo calladita y te vas a esconder donde yo te diga.

Cuando vi las cara de los hermanos Pelliza me di cuenta de mi arrebato. Para tranquilizar las cosas les guiñe un ojo y caminado dentro de la casa les dije – ahora van a ver como se hacen las cosas en Martin Rodríguez.

"El envase perfecto" #ovniawards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora