Parte 14

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Capítulo 14

La semana siguiente después de esa conversación algo entre Mariano y yo había cambiado. Todavía no entendía ¿qué? pero estaba ahí palpable entre nosotros. Cuando estuve a su alrededor me obligue recordar sus palabras en la clínica lo que hacía notablemente reducir mis nervios por estar juntos.

Por lo general se iba temprano al trabajo así que yo aprovechaba el hermoso calor de Enero y estudiaba en el parque. Durantes la tarde lo obligaba a tomar mate y me reía de todas sus caras y de su explicación sobre los beneficios de la cafeína sobre la mateína.

A mitad de semana me rogó que lo acompañara al supermercado, lo cual me hizo sentir incómoda y fuera de lugar. Me parecía algo intimo, como de pareja pero después de media hora seleccionando productos y una broma de su parte sobre cocinas poderosas generadoras de orgasmos, otra vez la comodidad.

Otro día salimos a caminar por el barrio ya que yo no corría. Nos contamos anécdotas de la época en que éramos estudiantes. Me dolía la cara de tanto reír sólo de imaginarme a un Pablo flaco, alto y lleno de granos y un Mariano tímido enamorado de la profesora de Historia una septuagenaria.

Por las noches yo cocinaba ya que era verdad que el Doctor no sabía hacer ni un té y él secaba los platos a mi lado mientras charlábamos de cualquier cosa.

El fin de semana llego. Era viernes y me encontré con un Mariano en pantalones cortos, los que usaba generalmente para correr, sin remera sentado en la isla de la cocina leyendo el diario. Pensé en volver a subir y cambiarme ya que estaba con los pantalones cortos de mi pijama y una remera vieja, sin corpiño, que se movía siempre dejando mi hombro izquierdo descubierto. Cuando levanto la vista fue imposible huir, me dedico una sonrisa amplia y genuina que me paralizó.

-creí que no estabas, me voy a cambiar y vuelvo- dije temblorosa cuando sentí su mano agarrando mi muñeca y trazando círculos con su dedo pulgar. Mirándome con cara de nene  hace travesuras  me dijo- no por favor y privarme de esta hermosa vista.

En otro momento los nervios me hubiesen consumido y no hubiese sabido cómo actuar pero después de esta semana juntos y de volver a repetir mi mantra "cree que no sos perfecta" avance hacia él y le pegue con dulzura en el hombro – cállese abuelo- dije mientras ambos nos reíamos. Pase por detrás de su silla directamente a la cocina para encender el fuego y poner a calentar agua cuando lo escuche- ya te prepare tu asqueroso mate.

Cuando gire, sobre la isla junto al diario estaba su taza de café, mi termo y mate perfectamente alineados y un montón de cosas ricas para comer

« Me preparo el desayuno, madre de Dios ¿por qué? Si yo quiero mantener la distancia ¿por qué? ¿Es una prueba? Tengo que pasar la mañana sin tirarlo sobre la isla y besarlo hasta desmayarme...no sé si pueda»

Cerca del mediodía el hermoso día de sol con el que había amanecido había desaparecido para dar paso una intensa tormenta de verano. La casa estaba en silencio Mariano había subido a su habitación y no lo había vuelto a ver.

Me senté en el piso, mi frente pegada al vidrio de las puertas francesas que estaban al lado de la chimenea y que me permitían ver como la incesante lluvia de verano caía sobre el verde de parque. Me encantaba mirar la lluvia, me relajaba, me hacía reflexionar. Estaba sumergida en mis pensamientos cuando se sentó frente a mí en el piso muy cerca uno del otro.

-sos una mujer muy extraña Celina

Lo mire incrédula levantando mis cejas ¿de qué me hablaba?

"El envase perfecto" #ovniawards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora