De acuerdo, este momento es muy incómodo porque Vanessa se bajó a buscar a las chicas dejándome sola con el buenazo de su hermano. Tengo que admitir que me pone nerviosa. Mucho. Está viéndome descaradamente por el retrovisor mientras mi cara arde por el sonrojo. Siento que lo hace para molestarme, porque debe ser remotamente consciente del efecto que tiene en mí. Okay, lo enfrentaré, nada de debilidad frente a él. Nada. Levanto la mirada chocando con la suya y el maldito sonríe. Su sonrisa me descompone, sus hoyuelos provocan un cosquilleo en mi estómago.
—Es extraño. —Dice, viéndome con curiosidad ladeando su cabeza.
—¿Qué cosa? —Pregunto nerviosa.
—El cómo te has venido todo el camino viéndome descaradamente y ahora que yo sí puedo verte, evitas mi mirada. —Arquea una ceja como sellando su punto.
—¿Qué? No venía viéndote. Ni nada como eso. —Dios, mi cara va explotar. ¡Qué vergüenza! Y que ego el suyo. Patán. Descarado.
Su carcajada resuena en el auto. —Val... eres una pervertida que habla tranquilamente de sexo por la calle y eres incapaz de admitir que me venías viendo y casi babeando por mí? Me sorprendes.
¿Yo babeando? Qué se cree que soy, ¿un bodoque de seis meses que chilla agugugaga? Pedazo de imbécil.
—¿Qué? ¡Estás loco! Pero claro, como no va ilusionarse el hermanito con las amigas de su hermana mayor. Es un clásico que fantaseen y tal. —me burlo.
Desabrocha su cinturón y se inclina hacia atrás, todo tan repentinamente que me hace gritar del susto.
—Temo, querida Val, que en este caso la fantasía sexual soy yo. —Suelta torciendo una sonrisa y tan cerca de mi rostro que sus labios se vuelven casi una provocación. Bastaría una sola inclinación para unir su boca con la mía.
—Pfff. —Bufo— No estás tan sexy, Mateo, bájale a tu ego. —Estaba a punto de decirle que me he tirado un par de tipos más buenos que él, pero justo veo a Vane, Yari y Selene asomarse al carro, así que simplemente empujo la puerta y salgo a su encuentro, dejando al idiota de ahí adentro con una sonrisa de imbécil.
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Quédate conmigo
RomanceCumplir 23 años no es precisamente como tener una fiesta de 15 o 18. No, de hecho es bastante aburrido si lo piensas. Estás cerca de vivir un cuarto de siglo. Todo es normal e insignificante hasta que mis amigas deciden festejarme y hacer pijamada...