Capítulo V: Viernes.

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Pasaban las horas en la ciudad de París y la mente de Adrien solo pensaba en una cosa ¡¡¿Qué demonios le paso a Marinette?!!

- Oye cálmate, casi me aplastas – alegó Plagg, en el interior del casillero.

- Lo siento Plagg, es solo... - de la molestia del lunes, pasó a la preocupación e impaciencia de no saber nada de su amiga y lo que decía Alya no ayudaba.

- ¿Y por qué no la llamas? O ¿vas a verla? Genio.

- ... no es mala idea – dijo atónito ¿Cómo no se le había ocurrido? – voy a ver si Nino tiene su número... gracias Plagg

- Si, si lo que digas, después me lo pagas – respondió restándole importancia.

Tras asegurarse que nadie vería a Plagg en su casillero, fue a buscar a Nino. Le tomó buena parte del recreo encontrarlo.

- Aquí estas, necesito tu ayuda – exclamó alegre al verlo escuchando música en la entrada del colegio.

- Si tiene que ver con Lila, paso – dijo volviéndose a colocar los cascos.

- Emm... no... es por Marinette – aclaró extrañado.

- Soy todo oídos – dijo levantándose.

Adrien lo miró extrañado por un segundo, pero lo dejo pasar ¿Por qué ese cambio de humor?

- ¿Tienes el número de Marinette? – dijo casi gritando.

- Hey cálmate, yo no lo tengo, pero se quien lo tiene – dijo divertido.

- ¿En serio no lo tienes? – preguntó nervioso, no quería pedírselo a ella. Ese día lo estuvo mirando como si lo fuera asesinar y no sabía el motivo.

- Lo siento, ¿puedo pedírselo yo? – ofreció al ver la cara de desesperación de su amigo – pero con una condición.

- Lo que quieras – respondió rápido.

- Okey... ¿lo que quería? – dijo divertido. En ese momento Adrien se dio cuenta del significado de sus palabras y tragó saliva – jajajajajajajaja tranquilo, solo te iba a peguntar el motivo.

- Ahm bueno... - balbuceó nervioso ¿Por qué se puso tan nervioso, si solo quiere saber el estado de salud de su amiga?

- Si no me dices para que necesitas el número de Marinette no te hago ningún favor – insistió el chico de lentes.

- Mmmm de acuerdo, pero no le digas a nadie, en especial a Alya – dijo ruborizándose.

- Hecho – dijo chocando su puño con el de Adrien.

- ¿Qué no me tienen que decir? – preguntó inquisitiva Alya.

- ¡¿Alya?! – exclamaron ambos.

- Muy bien Agreste habla – dijo mordaz. Ya estaba molesta con el chico para que le guardara más secretos.

Al verse acorralado no le quedó más remedio que respirar hondo y contarles a su mejor amigo y a la mejor amiga de Marinette, lo que había descubierto el lunes y la angustia que sentía por no ver a su "amiga".

Sus amigos lo escucharon en silencio y tras terminar, Alya y Nino intercambiaron miradas de cómplices... sí que era pajarón.

- De acuerdo, te voy a ayudar – dijo Alya, sacando su celular del bolsillo del pantalón – solo porque te diste cuenta de la firma.

Cumpleaños EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora