Apenas llegó a su casa y almorzar. Adrien fue directo a su habitación, a buscar el susodicho número de su amiga.
- ¿Aún lo estás buscando? – preguntó Plagg acercándose, con su queso.
- Lo encontré, es solo... - recién en ese momento comenzó a dudar si llamarla.
¿Y si tenía la misma reacción que Alya? ¿No le contestaba? O peor, deje de ser su amiga, esta vez no iba ser tan fácil reconciliarse con ella.
- ¿Qué? ¿Se te olvidó como marcar? – preguntó incrédulo Plagg, acercándose al móvil.
- ¡¡Plagg ¿Qué haces?!! – exclamó histérico Adrien, al ver como el kwami se sentaba en la pantalla del móvil, llamando al número.
- Que alegas tanto... ni que fuera Ladybug – alegó, sentándose en el borde del escritorio.
¡Es cierto! Exclamó el chico. Es Marinette, su compañera de clases, la primera amiga que hizo, una chica muy agradable, simpática, excelente en videojuegos, futura diseñadora de modas, muy linda... el corazón del chico palpitaba a mil.
Tuuu tuuu tuuu...
Sonaba el marcador del celular, pero la chica no contestaba.
- De seguro está lejos del celular – dijo desanimado.
- Hola – contestó una voz femenina.
- Ho-hola Marinette... lo siento, me equivoqué de número... pero ¿Cómo estás? ¿ya estas m-mejor? – preguntó nervioso, con el corazón en la garganta.
- Bsss jajajajajajajaja – se escuchó la voz estallando en una carcajada. Desconcertando al chico – soy Alya.
- ¿Eh? – lo descolocó totalmente.
- Marinette está... en la cocina – aclaró en un tono raro.
- Ok, ¿Cómo está? – preguntó preocupado.
- Porque no le preguntas mejor a ella... aquí esta – dijo manteniendo el tono el extraño y acelerado.
Silencio sepulcral.
- ¿Ho-hola? – contestó nerviosa.
- Hola Marinette ¿Cómo estás? – saludó "más tranquilo".
- ¿Yo? Bien, bien mucho mejor – contestó manteniendo el tono.
- Me alegro, quedé preocupado cuando Alya nos dijo que aún estabas enferma – dijo aliviado.
- Si, pero ya estoy mejor... gracias por llamar – dijo la chica a modo de despedida.
- Espera Marinette, hay otra cosa que quería preguntarte – dijo casi gritando.
- ¿Si? – preguntó sorprendida.
- Me preguntaba... si tu estas libre ¿mañana?
- ¿Mañana? Es que bueno... yo... - empezó a divagar, desanimada.
- No te obligando a nada Marinette – aclaró el chico.
- Bueno, yo... - dijo pensativa.
- Entiendo Marinette, no hay problema – dijo comprensivo. Aunque sentía que algo se quebraba en su interior.
- ¡¡Espera Adrien mañana en la tarde esta libre!! – interrumpió Alya.
- ¿Eso es cierto Marinette? – preguntó esperanzado.
- Bueno, si... - dijo insegura.
- Entonces mañana en la tarde te pasó a buscar – dijo volviendo a recuperar la confianza.
- De acuerdo – dijo tratando de sonar alegre.
Adrien lo notó pero lo dejó pasar, estaba determinado en recuperar a su amiga.
Tras colgar, Marinette se desplomó en su sofá, suspirando resignada.
- De todas las reacciones que pudiste tener, esa es la menos esperaba – dijo Alya sin poder creer lo que estaba viendo.
- ¿Y qué esperabas? Sino quiero ir – dijo en un puchero.
- ¿Cómo que no quieres juntarte a solas con Adrien? – preguntó sin poder creerlo.
- Ambas sabemos que lo hace por pena y además lo más seguro va a estar Lila – respondió, manteniendo el puchero.
- MARINETTE DUPAIN-CHENG – chilló su amiga – número uno, en ningún nombró a la bruja, así que no pongas palabras en su boca y dos, sube ese ánimo mujer, sino lo quieres ver como una cita, vale, pero igual sale, aprovecha de tomar aire.
- De acuerdo Alya – dijo algo más animada.
Minutos más tarde, Alya se fue de la casa de su amiga, con la promesa de que iba a venir temprano para arreglarla para su salida.
Tiriri tiriri tiriri
- ¿Alo?
- Hola Alya, necesito que me hagas un favor – dijo la voz detrás del auricular.
- ¿Otro? – preguntó divertida.
- Si y esta vez es pagado – aclaró.
- Okey... te escucho.
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Cumpleaños Especial
FanfictionHan pasado unos días desde la akumatización de Lila y todo parece ir normal, hasta que Adrien nota algo muy peculiar en su bufanda favorita.