Entradas

8K 596 4
                                    

Mientras en casa de los Agreste, Adrien buscaba en su computadora alguna cosa entretenida que podía hacer con Marinette mañana.

- Más vale que sea algo muy bueno, no sonaba muy convencida – comentó Plagg, colocándose en el hombro de su portador.

- Lo sé, pero no encuentro nada que me convenza – susurró molesto.

La búsqueda empezó apenas terminó de hablar con la chica, revisó de los más simples, como un paseo por el parque, hasta ir al cine o ver una obra de teatro, ya sabía que le gustaban, pero no encontraba nada.

TOC TOC TOC.

El sonido de alguien golpeando la puerta de la pieza, sorprendieron al chico y a su kwami. Segundos más tarde se abrió, para dar paso a Gabriel Agreste, el padre de Adrien.

- Hola papá – saludó sorprendido.

- Hola... pensé que habías salido – dijo, en el mismo tono de sorpresa – como no respondiste.

- Lo siento, me sorprendiste – admitió. No era normal que viniera a su pieza.

- Ya veo – dijo restándole importancia, sacando un sobre de su chaqueta – te enviaron esto de la última sesión de fotos – continuó, entregándole el sobre.

Ahora sí que estaba sorprendido, era normal que le enviaran regalos, en especial la ropa que había utilizado, sin embargo cuando era regalos del tipo juguetes, juegos, etc, o eran requisados o amablemente rechazados.

- ¿Qué es?

- Solo te pido una cosa – pidió, omitiendo la pregunta. Adrien lo miró expectante – una lista con las personas que te van a acompañar – continuó.

Aquel comentario despertó más la curiosidad del chico. Abrió el sobre y estaba a punto de ver el contenido, cuando el sonido del celular de su padre, lo interrumpió.

- Debo contestar – aclaró, acercándose a la salida – recuerda lo que te pedí – dijo, saliendo de la habitación.

Plagg salió de su escondite para colocarse en la cabeza de su portador, tan curioso como él. Adrien volvió abrir el sobre y esta vez sacó el contenido. Ninguno de los dos lo podía creer.

- Chico, aquí tienes la cita ideal – exclamó.

- Si – dijo entusiasmado, levantándose de la silla para buscar su celular – debo llamar a Alya.

- ¿Alya? ¿Qué no vas a salir con Marinette? – preguntó confundido.

- Sí, pero tengo que llamar a Alya – contestó distraído - Hola Alya, necesito que me hagas un favor – saludó a la chica.

- ¿Otro? – preguntó divertida.

- Si y esta vez es pagado – aclaró. Viendo las entradas que tenía el sobre.

- Okey... te escucho.

E

Cumpleaños EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora