- ¿Y a donde te gustaría ir? – preguntó con una sonrisa nerviosa Adrien.
- Mmm... no lo sé... ¿damos una vuelta? – respondió igual de nerviosa Marinette.
Ambos amigos recorrieron casi la mitad del parque buscando que hacer, hasta que llegaron a un sector del lugar que recordaba mucho a las ferias (carnavales) de las películas norteamericanas. A los dos les llamó mucho la atención un sitio así en su ciudad y entraron.
Justo cuando encontraron una atracción que les llamó la atención, a Adrien lo llamaron. Debido al ruido que provocaba la multitud que había en el lugar, al chico no le quedó más remedio que hacerle señas a su amiga de que se iba a alejar para contestar.
Mientras esperaba, Marinette se acercó a un puesto de juegos en donde debían acertarle a unos blancos con pelotas.
- ¡Pasen, pasen! Tres intentos, por solo un euro... ¡Pasen, pasen, tenemos premios que solo verán aquí! ¡Pasen, pasen! – llamaba el vendedor del puesto
Al escuchar la última parte, la chica se acercó, para ver esos premios. Marinette no pudo evitar avanzar unos más al ver, entre los premios, unos pares de ojos muy familiares.
- ¿Quiere intentarlo, señorita? – preguntó el vendedor, sonriendo. Sorprendiendo a la azabache.
- ¡Eh!... no, gracias... solo estoy mirando – contestó nerviosa. Quería jugar, pero quería hacerlo junto con Adrien, además que aún no se decidía por cual premio iría.
Marinette se disponía a alejarse, cuando un brazo la rodeo por los hombros. Al principio creyó que era Adrien, sin embargo al ver mejor el brazo notó que era muy claro para ser del ojiverde.
- Hola guapa ¿quieres que gané un premio para ti? – dijo el dueño el brazo, con una voz que la chica no reconoció.
Por instinto la chica dio un brinco alejándose. Casi al instante, giró sobre sí misma para ver quién era. Marinette no pudo evitar mirarlo desconcertada. Esperaba que el chico la mirara sorprendido por su reacción, pero en cambio, la miraba sonriendo, galante.
- Disculpa lindura por asustarte, me llamó Gastón – se presentó – ¿quieres un peluche? Estos brazos sacaran el que tú quieras – continuó seductor, sacando musculo de sus brazos. Marinette no pudo evitar compararlo con Chat Noir... aunque debía admitir que este chico parecía la copia barata del felino.
- Eres muy amable, pero no gracias – contestó amable – además estoy acompañada – agregó al ver que iba a insistir.
- ¿Acompañada? No veo a nadie contigo – dijo volviendo a galantería, acercándose – Creo que tus amigas te dejaron sola, ven – dijo volviendo a rodearla con el brazo, pero otra vez, Marinette se alejó.
La azabache no sabía que decirle para que la dejara en paz y la ausencia de sus amigos no ayudaba.
- De hecho, yo soy su acompañante – interrumpió una voz masculina, que a pesar que no se veía por la espalda de Gastón, la chica lo reconoció enseguida – perdona por dejarte sola – continuó, acercándose a su amiga.
- ¿Y quién eres? – increpó Gastón.
- Soy su amigo – respondió, sin embargo se arrepintió al instante, al ver que ese extraño sonreía triunfante.
- Asi que amigo eh... - dijo burlón – Preciosa, ¿por qué no dejas a "tu amigo" y vienes conmigo? La vas a pasar mucho mejor – dijo tomándola del brazo.
- No gracias... ¡suéltame! – exigió molesta, Gastón la sujetaba tan fuerte que no podía soltarse.
- ¡Oye suéltala! – intervino Adrien tomándolo del brazo, tratando de liberar a Marinette.
- Ni lo intentes modelito, tus intentos de brazos no son nada, en comparación a los míos – exclamó, molestando más al rubio.
- ¡Jóvenes! – llamó el vendedor, que hasta ese momento se había quedado callado, viendo toda la escena – tengo una solución a su dilema... ¿Qué tal si compiten? – ofreció. Los tres lo miraron desconcertados – él que lance más pelotas a los blancos que están a mi espalda se queda con la compañía de la jovencita ¿les parece?
- ¿Y qué gana usted a parte de un par de euros? – inquirió Gastón, molesto de que lo interrumpiera. Adrien y Marinette lo miraron sorprendidos, debían de admitir que tenía un punto.
- No me malinterpretes muchacho, solo hago para que dejen de pelear y no los echen – aclaró – y para que veas que son sinceras mis intenciones, tienen dos oportunidades, es decir seis lanzamientos, totalmente gratis – ofreció tranquilo. A Gastón le pareció una buena sugerencia.
- Yo no acepto, Marinette no es un objeto... – exclamó molesto Adrien, pero fue interrumpido por su amiga.
- De hecho no es mala idea – dijo pensativa, sorprendiendo al ojiverde – solo quiero agregar algo a la apuesta, voy a ir con la persona que saque el puntaje máximo y sin reclamar – dijo sin vacilar.
- Pero... señorita – dijo nervioso el vendedor, mirando tras de si – hay 21 blancos, no puedo...
- No hay problema yo cubro los demás – contestó tranquila, sacando su billetera.
- Pero Marinette – Adrien no entendía nada.
- Solo esfuérzate como lo hiciste en la competencia de videojuegos – susurró mientras pagaba la cantidad restante.
A Adrien le tomó unos segundos entender el mensaje de su amiga. Ella no quería irse con Gastón por lo que le entregaba toda su confianza a él.
- Entonces modelito ¿Qué dices? ¿aceptas o no? – exclamó con una sonrisa burlona.
- Ya que Marinette está de acuerdo... acepto – dijo con la confianza de su alterego.
Gastón río a carcajada limpia ante la respuesta de su contrincante. Ya podía saborear la victoria ante ese modelito de revista.
'6r
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Cumpleaños Especial
FanfictionHan pasado unos días desde la akumatización de Lila y todo parece ir normal, hasta que Adrien nota algo muy peculiar en su bufanda favorita.