32. Reencuentro

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-Isaac-.

Todo sucedió tan rápido.

Isaac se acercó a mí corriendo y con lágrimas, rápidamente me estrecho en sus brazos y me elevó por lo aires.

-No puedo creerlo- seguía aferrándose a mi cuerpo como si me fuera a ir, pero no lo haría.

Lloré como nunca antes lo había hecho.

Había regresado de la muerte y ojalá nunca me volviera a ir.

Caí en la cuenta de que todos nos miraban claramente sorprendidos, confundidos y un millón de sentimientos encontrados.

Furia, felicidad, tristeza, de todo apestaba aquí.

Pero hoy sólo sería un día de felicidad, o bien por lo menos para mi sí.

-¿Como fue que sucedió?- deshizo el abrazó y me preguntó.

-Creo que Emma debería de contarte- me hice a un lado y Isaac instantáneamente abrazo a Emma.

-No sabes cuánto te lo agradezco- aún seguía llorando, llorando de felicidad.

-No hay de que, ella es mi amiga, y parte de nuestra manada-.

-No me alcanzaría la vida para agradecerte- se acercó a mí, y me rodeó con sus brazos.

-Ya sanas te Michell- le dijo Regina al ver el brazo de la recién mencionada.

-Mi manada ya está completa, mi gran manada- me sonrió y se acercó a abrazarme.

-Ya estamos juntos, de nuevo- Isaac me susurró.

-Lo se, y te debo de contar algo- nos alejamos un poco de los chicos.

-¿De que se trata?-.

-Vi a Camden- sus ojos se abrieron con sorpresa.

Sus ojos se volvieron a poner llorosos, y me abrazó.

-Lo extraño-.

-Yo también, y me dijo que te cuidara- una sonrisa se formó en su rostro.

-Te amo _______-.

-Te amo más Isaac- y me beso... (Ahvea que dijo!😂, Quien no quiere un beso de Isaac😥 está bien guapo!!😍😍).

(...)

Todos partimos a nuestras respectivas casas, por raro que sonara, iba demasiado mal en la escuela, así que tenía que ir dos horas extra cada viernes, sí mantenme.

La noche se me hizo eterna.

Isaac había tenido no sólo una si no cuatro pesadillas y todas eran sobre cuando nuestro padre lo encerraba en un refrigerador, dios, como odiaba a ese hombre. Me acosté a su lado y ambos quedamos completamente dormidos.

La noche a partir de ahí, fue cálida.

(...)

-No piensas levantarte- Isaac me lanzó una almohada.

-Es viernes- me quejé mientras me levantaba y me dirigía a mi cuarto.

-Pero tienes que quedarte horas extra- me grito Isaac desde su baño.

·Extrañas Decisiones· //Scott McCall//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora