Bravery [Alec Lightwood].

Capítulo 5:El futuro.

(HOLA, ME GUSTARÍA INVITARLAS A LEER "EL FINAL ESTA CERCA" DE ALEXANDER LIGHTWOOD, SE ENCUENTRA EN MI PERFIL, ES UNA NUEVA FANFIC DE SHADOWHUNTERS Y AHS: APOCALYPSE, DENLE LA OPORTUNIDAD POR FAVOR :( GRACIAS)

Las calles estaban completamente desoladas, automóviles abandonados, tiendas destruidas y un silencio aterrador. Jace se encontraba parado frente al terreno desolado dónde debería estar el Instituto, mirando detenidamente y sintiendo una tremenda confusión. ¿Qué hacía él ahí? ¿Por qué no había nadie? Tragó saliva con temor y se giró lentamente. Observó la gran avenida con algunos automóviles volcados.

¿Qué era todo eso?

Nada tenía sentido. Lentamente comenzó a caminar por las calles. Nunca las había recorrido tan detenidamente. Él se sentía tan extraño. Mientras caminaba escuchó un grito ensordecedor. Inmediatamente se alertó y por inercia se dirigió hacia dónde provenía el ruido. No tenía alguna arma para su defensa, pero no podía quedarse quieto sin hacer nada.

—Maldición. —susurró en cuanto piso unos vidrios en el suelo.

El grito volvió a escucharse y Jace caminó con mayor velocidad. Miraba hacia ambos lados, asegurándose de que no hubiese nadie, sus pasos eran rápidos y aún así silenciosos. Cuando llegó al final de un callejón observó dos figuras; una inerte en el suelo y la otra sobre ella. Tomó valentía y se acercó hacia la escena. Estando ahí se dio cuenta que la figura que atacaba era un hombre y él lo conocía perfectamente; Sebastian. Atacaba a una mujer con brutalidad, le cortaba la cara con un cuchillo y a los segundos después lamía la sangre. Tan asqueroso y aterrador. Jace quiso acercarse sin hacer ruido, pero no vio unos tubos que sobresalían de un balde de basura y cuando se acercó los tumbo al suelo, provocando un ruido escandaloso y así tomando la atención del muchacho de ojos negros.

—Tú... —murmuró con odio.

Jace se quedó completamente helado, así que Sebastian aprovechó y en un rápido movimiento le cortó el cuello a aquella mujer, robándole la vida, arrebatándosela. Se puso de pie con agilidad y comenzó a acercarse al rubio. Las manos de Jace comenzaron a sudar y se sintió débil e indefenso.

—¿Qué cosa estás haciendo, Sebastian? —Jace intentó no tartamudear.

—Preparando un nuevo mundo, Jace. —le sonrió maliciosamente— Pudiste estar a salvo junto a mí. Lo mismo le digo a Clary. Pero decidieron tomar una decisión que no los protegerá en lo más mínimo. —sus palabras salían inyectadas de sangre, con odio y repudio.

—Estás enfermo. —gruñó Jace.

—¿Por qué, niño ángel? ¿Por querer crear un mundo sin mundanos? Los mundanos sólo destruyen el mundo. Ellos usan y desechan. Nosotros podemos hacer algo mejor.

—No, no, no... —susurró, negando con la cabeza.

—¡Sí! —gritó con fuerza— Esto es mejor. Yo soy mejor. ¡Yo soy quién será recompensado por el mayor del infierno! Y todo aquél que esté en nuestra contra.... morirá.

—Eso no pasará, Sebastian, ni en tus sueños. Yo no lo permitiré ¿me oíste? —Jace pareció intimidado, pero su voz salió firme y en alto.

Sebastian no contestó nada y se quedó congelado. Como si todo estuviese en parón. Como si Jace estuviese adentro de una película y el televidente haya puesto pausa.

—¿Ahora lo ves, Jace? —a su costado apareció Alina. Con su misma cara inexpresiva y con sus brazos cruzados sobre su pecho— Todo esto sucederá, Jace. Y aquí entre nos me asusta la idea de que conozcas a Jonathan Christopher.

—¿Qué? —Jace se quedó atónito.

—Esto es el futuro, Jace, y Jonathan Christopher acaba de reconocerte. Acaban de tener una conversación que será borrada de la existencia a continuación.