Capítulo 12:La confianza.

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Isabelle entró con una pequeña sonrisa en su rostro, se acercó a Alina y le tendió a la bebé para que la tomara. La muchacha dudo mucho en cargarla, cargar a un bebé era algo tan raro, ya que se sentía tan frágil e indefensa. La tomó lentamente y la sostuvo en entre sus brazos, observando su pequeño rostro blanco como la nieve.

—¿Qué haré contigo? —le preguntó Alina con la voz suave mientras le acariciaba la diminuta barbilla.

—Básicamente es tu hija, Alina, así que... —Jace no terminó de hablar al ser interrumpido por Alina.

—No es mi hija. Los ángeles no tienen hijos. —rió Alina con mucha gracia, era la primera vez que reía de verdad. Todos se sorprendieron al escucharla.— Y algunos ángeles también ríen por si no lo sabían.

—Es de tu recipiente, pero tienes que cuidarla ¿no es así? —Alec se acercó a ella para ver a la bebé entre los brazos de la ángel.

—Sí, debo hacerlo, ya que la niña tiene potencial. Lo lleva en su sangre al igual que la madre.

—¿Potencial para qué? —interrogó el pelinegro.

—Para ser poseída por un ángel, claro esta, eso se lleva en la sangre. Algunas veces es de linaje.

—¿Hablas en serio? —agregó Isabelle.— ¿Una bebé?

—Me refiero a cuando ella sea mayor. —les explicó.— Por ahora tengo que asegurarme que la sangre de Jonathan haya salido de su sistema...

—¿La sangre de Jonathan? —la voz de Jace la interrumpió de sorpresa.— ¿Acaso él le dio de su sangre...? ¿Por qué no nos contaste eso, Alina?

Ella lo miró con las cejas fruncidas, claro que había mencionado que Jonathan estaba ahí, pero nadie le hizo cuestiones al respecto.

—No me preguntaron.

—Pero debiste mencionarlo. —le replicó Jace.— Cuando algo sea importante debes contarlo.

—Ahora lo sé. —arrulló a la bebé cuando escuchó un pequeño gemido proveniente de ella.

—Esto no funcionará si no hay confianza entre nosotros. —le advirtió el rubio, refiriéndose al asunto del arcángel Gabriel.

—Jace, no... —protestó Alina sin alzar mucho la voz.— Confío en ustedes... o eso creo, bueno, en ti sí, te lo aseguro.

—¿Y en nosotros? —agregó Alec con un poco de indignación.

—Ah... —Alina lo miró a los ojos sin saber que decir. Entonces solo visualizó atentamente las hermosas pupilas del joven.

Tenía unos ojos hermosos, Alina deseaba tener unos ojos así, de alguna manera le atraían.

—No lo haces, ¿verdad? No confías en nosotros.— continuó Alec con ese tono de voz.

—Lo hago. —dijo sin estar tan segura, luego sonrió un poco para quitar la tensión. — Si no lo hiciera no estuviera aquí.

Alec negó con la cabeza, dejando inconclusa la situación, se dio la media vuelta y retrocedió.

Ignorando todo el tema, Isabelle se acercó a Alina nuevamente y miró a la bebé. La menor necesitaba saber cómo era que se llamaba la pequeña y sobre todo lo que harían con ella. Tenía en cuenta lo que le podría suceder a una bebé entre tantas runas. Por eso quería saber si podía ayudar.

—¿Cómo se llama? —preguntó Isabelle, refiriéndose a la bebé.

Alina guardó silencio.

—Se llama Noora. —le contestó en cuanto se le vino el nombre a la cabeza.

Bravery [Alec Lightwood].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora