Bravery [Alec Lightwood].

Capítulo 17:Charla de ángeles.

Como todas las noches, Alina no dormía por estar cuidando a los del Instituto, pero esta noche se la pasó cuidando de Noora. Cuando la bebé lloraba o soltaba algún gemido, Alina le daba unas palmaditas en la espalda y ella dejaba de llorar. Le dio de comer por la madrugada y la observó el resto de la noche.

Los humanos eran criaturas hermosas, que aunque ella no quisiese admitir comenzaba a querer protegerlos, pero no porque Dios se lo hubiese ordenado sino porque realmente sentía que era su deber.

—¿Qué tal tu noche con Noora? —Alec apareció en la cocina del Instituto con un aspecto mañanero.

Parecía como si acabase de levantarse. Quizás sí, ya que eran las ocho de la mañana.

—Muy tranquila. —le respondió mientras tomaba el segundo biberón que le preparó Isabelle.

Ya había tibiado la leche y solo era cuestión para que Noora comiera. Luego, la arullaría y la bebé se quedaría dormida.

—¿Ya comiste? —Alec se dirigió a la nevera.

—Ya te había dicho que no necesito comer. —le replico.

—Lo sé, pero es raro que no lo hagas.

—He comido. —le informó. Aunque lo que había probado le supo a puras moléculas que no logró digerir.

En definitiva no le gustaba y tampoco necesitaba comer.

—¿Sí?

—Sí. Metatron me hizo probar una hamburguesa creo que se llama.

—¿Y accediste a comer con él? —le preguntó con un poco de indignación.

Varias veces le había pedido que comiera con él o que probara un poco de agua, pero Alina no accedía a hacerlo. Y con Metatron sí.

—Fui amable con Metatron. —le dijo como si no importara la situación, aunque a Alec si le importaba.

—¿Podrías llegar a ser amable conmigo?

—Ya soy amable contigo, Alec.

—No es cierto. —espetó con molestia.— Nunca has querido comer algo cuando yo te lo pido.

—Es que en serio...

—No acepto un no como respuesta. —la interrumpió antes de que se negara otra vez.

—Bien, pero primero deja le doy de comer a Noora.

Primero salvar a un humano, ahora comer comida. ¿Qué le estaba sucediendo a Alina?

Alec asintió con la cabeza mientras Alina le llevaba el biberón a la boca de la bebé.

Noora empezó a comer en cuanto sintió al biberón. Sus ojos estaban estaban abiertos y aún así se veían muy pequeños, aquellas pupilas eran verdes esmeralda, tal y como los ojos de Alina, bueno, como su recipiente. También compartían el rasgo físico del cabello oscuro, Noora tenía poco cabello, pero el que tenía era negro y hacía que resaltara su pálida piel.

La muchacha ángel pensó en las pocas posibilidades de que Noora tuviese una vida normal, eran pocas, casi nulas. Ella no quería hacerle eso a un bebé, quería que viviera una vida feliz, por algo salvaría al mundo. Y ahora Noora era una de esas razones.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar unos extraños ruidos provenientes de alguna parte de su cabeza.

Era su radio ángeles.

Los ángeles en el cielo estaban hablando. Y le estaban hablando a ella.

—Alina, ¿has recibido alguna noticia de Gabriel? —era la voz de Naomi. Un ángel superior a ella.