A-A-T-I

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Sam nos llevó en su auto. Todos estábamos sorprendidos, ninguno hablo durante todo el trayecto. Llegamos a su casa. El jardín estaba cubierto de nieve. Entró primero él y de último entró Axel, mirando hacia afuera, como un guardaespaldas que nos protegía.
-Siéntense chicos- dijo Sam-, les traeré chocolate caliente.
Todos nos quedamos callados un buen rato hasta que Mike habló.
-¿Cómo hiciste eso?- pregunto Mike a Axel- Ya sabes. Lo del fuego.
-Las personas como yo nos denominamos Ignis- comenzó a hablar-. Significa fuego en latín. Básicamente, las personas como yo, pueden controlar el fuego. Hacerlo crecer, crear una llamarada con solo chasquear los dedos. Incluso podemos hacer figuras con el- puso su puño delante de él y lo abrió. Pudimos ver un pequeño ratón azul llameante que se movía por su mano, y, con un movimiento de la otra, lo hizo desaparecer.
-Increíble- Dijimos los cuatro al unísono.
-¿Puedes hacer algo más?- preguntó Nina.
-Sólo puedo controlar el fuego- empezó el-. Pero los Ignis más experimentados pueden controlar la forma más pura del fuego: el rayo.
-Espera- le interrumpió Karim-. ¿Cómo es eso de que pueden controlar el rayo? O sea, así como manejar la electricidad ¿No mueren electrocutados?
-Claro que somos vulnerables al fuego y a la electricidad- dijo el riéndose, como si esa pregunta fuera la más común-. Pero se han inventado técnicas a lo largo de los años para evitar morir electrocutados.
Sam salió de la cocina con seis tazas de chocolate sobre una bandeja. Cada uno cogió una.
-Primero lo primero- dijo Sam después de tomar un sorbo de su chocolate-. Hay personas por todo el mundo que pueden controlar un elemento. El agua, el fuego, la tierra o el aire. Pero solo pueden controlar uno. A excepción del AATI. Que puede controlar los cuatro elementos, lo que hace que sea el más poderoso sobre la faz de la tierra. Literalmente, es algo como un dios, pero humano. Preguntas después- dijo Sam levantando la mano hacia Mike, que tenía la pregunta lista-. Como siempre, hay personas que quieren destruir a este personaje: Cacciatore, cazador en italiano. Estas personas cazan por venganza o simplemente por el hecho de creer que este tipo de personas están relacionadas con Lucifer- le dio otro sorbo a su taza-. También están los espíritus corrompidos por el mal. Demonios, como se diría ahora- hizo una larga pausa-. Hace mucho, más o menos en la Edad Media, existían cuatro poderosos "magos", como se les decía en ese entonces, cada uno controlaba su poder ejemplarmente. Acorralados decidieron fusionar sus espíritus, creando al dios de la luz: Lucem- No podía creerlo, era la historia que me había contado mi padre ¿Cómo rayos era posible que una historia infantil fuera el origen de un dios primordial?
-Este se unió con una niña recién nacida que heredó las cuatro formas de control...- terminé el relato. Lo que dejó a Sam y a Axel un tanto confundidos. Todas las miradas se posaron en mí-. Mi padre me cuenta esa historia desde que tengo memoria. Y aun me gusta.
-Pero, de todas formas- dijo Nina- ¿Qué tiene que ver esa historia con nosotros?
-El espíritu que nació de esta fusión- empezó Sam de nuevo-, también vino con su contraparte, Tenebrae. Ninguno puede existir en su forma natural, necesita algo así como un huésped. Cuando este muere, ambos espíritus buscan uno nuevo. Escapan de su ultimo huésped cuando este suelta su último aliento, para alojarse en otro bebé recién nacido. Es algo así como un tipo de resurrección. Por generaciones, los dos espíritus han existido para luchar uno contra el otro, para mantener un balance. Y en esta generación- dijo, pero se detuvo. Estaba buscando como decir algo-, tu, Aaron, eres el que deberá luchar en la batalla que se da cada cien años contra Tenebrae: la contraparte de Lucem. Tienes a este último dentro de ti.
Todos quedamos sorprendidos con lo que acabábamos de escuchar ¿un dios habita en mi cuerpo y tengo que luchar contra otro dios? ¿Qué clase de locura es esta?
-No es posible- dije yo-. Mover las cosas con la mente es casi imposible. Y estoy seguro de que yo no puedo.
-Entonces como explicas que pudiste lanzarme a cinco metros de distancia sin siquiera tocarme- dijo Axel ante la mirada atónita de todos.
-Tiene un punto- dijo Mike. Lo que solo me molestó más.
Salí de la casa confundido y enfadado. Simplemente no sabía que pensar. Me quedé parado en la mitad del jardín, pero no pude avanzar. La cabeza empezó a dolerme y no hice más que gritar. Un grito tan fuerte que las aves del lugar alzaron vuelo. Sentí que la nieve se elevaba en un torbellino rodeándome. Luego, pude ver a la misma chica del sueño: Claire, escuché que este nombre salía de mi boca. La primera AATI.

BalanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora