Fiesta negra II

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-¿Estás seguro que no quieres ir al hospital?

-Estoy seguro, Mike- dije después de que me preguntara lo mismo unas diez veces-. No me desmayo por falta de azúcar. Creo que tengo visiones sobre algún futuro que no nos favorece. Lo raro es que solo puedo verlo cuando estoy inconsciente.

-Bien- dijo Mike después de pensar en mis palabras-. Entonces intentaras mantenerte consciente todo el tiempo que puedas.

-Voy a intentarlo- dije.

Según me dijo Alan, cuando caí sobre el sofá, se desesperó y no sabía qué hacer. Lo primero que se le ocurrió fue llamar a Mike, que llegó lo suficientemente rápido como para sorprender a Alan. Me vio sobre el sofá y supo que solo había que esperar a que me despertara. Le explicó todo a mi hermano, que se sintió más calmado.

-¿Qué viste?- preguntó Mike.

-¿Qué?

-Dijiste que tus visiones son de un futuro poco favorecedor- dijo el luego de ver mi cara de incomprensión-. ¿Qué viste en esta?

Ninguno habló por un momento. Él esperaba una respuesta y yo no sabía cómo dar esa respuesta.

-Estaba en un acantilado- dije por fin-. Al parecer en Inglaterra. Había nubes en el cielo y sobre el mar que, en días soleados, dejarían ver el mar perfectamente. Había cadáveres rodeándome, como se me protegieran. Luego... todo fue muy raro- terminé de contarle lo que vi. Mike sólo me miraba como si estuviera hablando con un loco en un manicomio.

-Dices que esa persona se suicidó después de hablar de suicidios ¿No te parece un tanto peculiar?

-No lo había visto de esa manera- dije después de pensar en la frase de Mike- ¿Dónde está Alan?

-Ya fue a la fiesta.

-¡¿Qué?! Me desmayé a las doce. Es imposible que ya sean las siete.

-Repito lo que dijo Dante: parecías un muerto cuando llegué. Incluso llegué a pensar que Caronte te había subido a su barco a la fuerza.

-Bueno, como sea. Tenemos que ir.

Caminamos por las frías calles bajo el cielo atestado de estrellas, mientras la luna iluminaba la nieve de algunos jardines. Mike había querido saber más sobre aquella visión; a pesar de haberle contado todo lo que vi, él creía que se me había pasado algo. Algo importante.

Después de preguntar sobre algo de lo que yo no sabía, por fin, se rindió.

La casa de Sam apareció en la calle y esta vez no pasamos por su sala, fuimos directamente hacia el jardín donde había antorchas en cada rincón. Faroles rojos con forma de esfera estaban colgados encima de todo el lugar. Había grupos de personas hablando o bailando. Alan estaba hablando con Axel, quien se veía sorprendido. Sam hablaba con mi madre, y mi padre estaba en el buffet sirviéndose un trozo de carne considerablemente grande.

No vi a Karim por ningún lado, así que fui con Mike hasta donde se encontraba Nina. Estaba sentada en una de las pocas mesas que habían sido ubicadas cerca de la entrada trasera de la casa. Reía mientras Dante le contaba algo de su pasado.

-Hola- dijo Mike cuando llegamos interrumpiendo su conversación.

-Hola, Mike- saludó Dante alegre- ¿Te encuentras mejor, Aaron?

-Sí- respondí desinteresadamente-. Solo fue una visión de algo que no quiero mencionar en este momento.

Nos sentamos junto a ellos mientras la música hacia bailar a algunas de las personas ahí presentes.

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