-Hola- dijo Karim mientras salíamos hacia nuestros respectivos hogares- ¿Listo para el baile?- preguntó ella con el entusiasmo a flor de piel.
-Claro que estoy listo- dije-. Solo espero que mi pareja lo esté.
-Va estar lista- dijo, siguiéndome el juego-. Te lo aseguro.
Nos despedimos y cada uno fue hacia su casa.
Caminando por los andenes me topé con Dante. Por la expresión de su cara, podía notar que estaba preocupado por algo.
-Hola, Dante- salude. El me imitó-. ¿Sucede algo?
-Estoy esperando a mi padre- dijo-, se supone que me va a llevar a casa. Pero no llega todavía.
-No te preocupes- dije para animarlo-. Es normal que los padres se retrasen un poco.
-Él no es así- dijo, y noté que su preocupación aumentaba-. Es demasiado puntual.
-Debe haber sucedido algo que le retrasó- dije para animarlo- ¿Ya intentaste llamarle?
-Cuatro veces.
-¿Por qué no vienes conmigo?- pregunté- Voy a casa de Sam a practicar el control del aire. A lo mejor él sabe un poco sobre los terra.
-Bien- accedió-. Solo déjame llamar a mi padre una vez más.
Asentí con la cabeza y él se alejó para hacer una quinta llamada. Vi a Axel y le llamé. Cuando llegó a mi lado, Dante ya había terminado su intento de llamada. Así que los tres nos dirigimos casa de Sam.-¡Miren!- gritó Dante mientras caminábamos por la calle- Un águila de Haast ¿Qué no estaban extintas?
-Lo están- dijo Axel.
-Es el espíritu del aire- dije mientras la extinta ave volaba sobre nosotros.
Seguimos caminando hasta llegar la casa color verde de Sam. Cruzamos el jardín de frente y Axel nos abrió la puerta.
-Dejen sus mochilas en el sofá- dijo Axel mientras se dirigía a la puerta que daba al jardín-. Mi tío llegará en un rato.
Me moví por la sala viendo las fotos que había en la mesa de centro. Sam y Axel abrazados en un acantilado con una puesta de sol atrás; Sam al lado de un hombre que debería ser su hermano. Por ultimo vi a una joven, no debía de tener más de quince años de pie junto al que debería ser un Sam más joven; y, de alguna manera, más alegre.
-Axel- lo llamé-. ¿Quién es ella?- pregunté. Me era demasiado familiar.
-No lo sé. A mi tío no le gusta hablar de eso- hizo una pausa-. Cuando alguien toca el tema, él se queda callado, sale de la habitación o desvía la conversación.
Oímos el sonido de algo rompiéndose en el segundo piso. Axel subió de dos en dos las escaleras. Yo lo seguí hacia lo que parecía la habitación de Sam. Dante estaba parado frente al escritorio del cuarto mirando lo que parecía un jarrón chino antiguo hecho pedazos sobre sus pies.
-¡No hice nada!- saltó en cuanto nos vio- Quería tocarlo, pero al acercar mi mano se movió hacia atrás. Retiré mi mano y el jarrón cayó. No fue mi intención- dijo todo esto muy rápido pero se calló de golpe cuando se escuchó el sonido de la puerta principal abriéndose.
-Estas en problemas- dijo Axel en broma. Aunque la cara de preocupación de Dante palideció de miedo.
Bajamos todos. Sam se sorprendió cuando nos vio, y también notó que ocultábamos algo.
-¿Qué hicieron?- preguntó al ver a Dante con la cara color nieve.
-Na… nada- respondimos Axel y yo al unísono.
-¡Rompí el jarrón chino de tu habitación!- gritó Dante alarmado-. No puedo mentir cuando estoy nervioso- aclaró.
Al escuchar esto, Sam subió a toda prisa por las escaleras. Lo seguimos hasta el cuarto. Vio el jarrón por unos segundos y estalló de risa. Dante parecía no entender que pasaba y se puso blanco de nuevo. Axel y yo teníamos nuestras suposiciones.
-Tranquilo Dante- dijo Sam intentando parar de reír-. Es sólo una réplica.
Dante se tranquilizó soltando todo el aire de sus pulmones y volviendo a exhalar otra buena cantidad.
-No lo hiciste con intención, ¿verdad?
-No… no señor- dijo apenado-. Se alejó de mi mano y cuando la retiré, simplemente se desplomó.
-Eso, amigo mío, es geoquinesis- dije, después de analizar la escena. El jarrón estaba hecho de porcelana. Un material que posee cuarzo, un mineral. Tierra.Los cuatro salimos al jardín después de que Dante se recuperara de su nerviosismo. Había empezado a nevar; los copos de nieve caían con gracia y lentitud, posándose tiernamente sobre la nieve de días anteriores.
-El aire- empezó Sam- es el elemento más pasivo de los cuatro. Te permite evadir ataques veloces sin mucho esfuerzo. Aunque no se usa demasiado en técnicas de batalla puede ser peligroso ¿recuerdas cuando lanzaste a Axel en el campo de futbol? Los mejores aer pueden empujar a su oponente mucho más lejos; pero prefieren moverse y esquivar los ataques caminando en círculos confundiendo al oponente, pudiéndole atacar más fácilmente. Tienes que ser ligero como una hoja, guiada por las corrientes de aire sin saber dónde va a parar.
“¿Tengo que ser una hoja?” pensé.
-O como un ave- murmuré, recordando al águila de Haast. Miré hacia el cielo mientras un par de grandes alas bajaban hacia el jardín nevado, generando una brisa que dispersó la nieve. El águila, por encima de nuestras cabezas se veía imponente, pero en tierra era majestuosa y muy bella.
Se acercó a mí y su pico tocó mi dedo corazón. Fui transportado a una pradera donde había una aldea. Había actividad dentro de la comunidad. Mi vista fue dirigida a una mujer que se encontraba a tres metros del suelo, elevándose con un torbellino cerca de un árbol cogiendo manzanas. Al igual que el ave, se veía majestuosa y hermosa.
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Balance
FanfictionEn sangre pura deberá descansar el espíritu de su inminente fusión. Un hombre o mujer humilde será su morada. Dedicando toda su vida a ayudar a otros. Un corazón puro que guardará sus almas. Creando, así, al guardián del equilibrio. Idea origi...