Me recosté en mi cama y cerré los ojos, hasta que el celular comenzó a sonar. Lo tomé y miré la pantalla: el nombre de Sam estaba en ella. Respondí.
-¿Aaron?- escuché.
-Sí, soy yo. ¿Qué sucede?
-Necesito que me ayudes con algo- habló un poco nervioso-. Nos vemos en el sótano. En diez minutos.
Sam cortó la llamada antes de poder preguntarle por una explicación. Deduje que no debía ir solo. Así que mande un mensaje a Dante.
Me incorporé de un salto y avisé a mi madre que iba a ayudar a Axel con una tarea. Salí hacia la calle y vi a Dante que me estaba esperando. Corrimos hacia la casa de Sam y, al llegar, entramos por la puerta trasera, la cual siempre estaba abierta.
Fuimos al sótano sin hacer ruido.
Al bajar las escaleras, Dante me detuvo.
-Hay alguien más adentro- susurró.
-Por eso Sam se escuchaba tan nervioso- afirmé.
-Creo que Axel está adentro también.
-¿Cómo lo sabes?
-La tierra me permite sentir las vibraciones- respondió-. Cualquier movimiento o sonido, por más mínimo que sea, puedo sentirlo. Pero no sé quiénes son las personas que están adentro.
-¿Sabes cuantas son?- pregunté-. Dejando de lado a Sam y a Axel.
-Hay... Cuatro. Tal vez cinco personas.
-¿Dónde están?
-Hay una persona en cada esquina- dejó de hablar por un momento-. Sam y Axel están frente a la pared falsa y hay una persona más, frente a ellos. Una mujer.
-Bien. ¿Qué te parece el elemento sorpresa?
-Tu abres la puerta y golpeas a la mujer del centro- planeó Dante-. Yo aprisiono a los hombres contra las esquinas.
-Uno. Dos.
-Tres.
Una ráfaga de viento abrió la puerta de par en par, haciendo que la mujer diera media vuelta. Aunque no lo suficientemente rápido cómo para evitar el golpe. Cayó en brazos de Sam. Dante tampoco perdió el tiempo, las cuatro personas restantes estaban "encarceladas" en cada esquina del cuarto.
Por alguna razón, que en ese momento no sabía, Sam ayudo a la mujer a ponerse de pie. Pude ver que su cabello era café y tenía ojos azules, parecidos a los de Alan, pero más claros.
-He de admitir- dijo la mujer, señalando a Sam-, que eso fue una buena estrategia. Al parecer los has entrenado bien, hermanito.
-¿Hermanito?- preguntamos Dante y yo al mismo tiempo.
-Así es- dijo ella con una sonrisa en la cara-. Sammy Connors, mi hermano menor.
-Khara- le reprendió Sam.
-¿Te llamó Sammy?- se burló Axel.
-Libéralos- le ordenó ella a Dante.
Él golpeó la pared, haciendo que los barrotes de concreto volvieran al suelo.
-Creí que estabas en peligro- me excusé-. Lamento lo del golpe.
-No te preocupes por eso, niño- rio ella-. Cosas peores me han sucedido. Además, querías proteger a tu mentor; cualquiera habría hecho lo mismo.
-No quiero ser descortés- dijo Dante-. Pero ¿quiénes son ellos?
-Son mis estudiantes- dijo Khara-. Están aquí para practicar.

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Balance
Fiksi PenggemarEn sangre pura deberá descansar el espíritu de su inminente fusión. Un hombre o mujer humilde será su morada. Dedicando toda su vida a ayudar a otros. Un corazón puro que guardará sus almas. Creando, así, al guardián del equilibrio. Idea origi...