<<Quattordici>>

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<<Quattordici>>

''Cada quien ve lo que quiere. Escoge creer en lo que le hace sentir mejor''

Me daba cosquillas. No sabía lo que era pero subía y bajaba por la planta de mi pie lanzando escalofríos y poniendo mi piel de gallina. Estaba bajo un estado casi adormecido pero fui perfectamente consciente de que el mundo real empezaba a filtrarse por entre mi comóda zona de comfort. Mi cuerpo estaba sobre alguna superficie blanda y mis ojos se entreabrieron con dificultad luego de unos segundos.

Vi el techo de mi habitación mientras todo lo que había pasado se reproducía en mi mente una y otra vez. Desde la  pesadilla hasta como me desvanecí en la calle en brazos de alguien. Fue inevitable detener la pequeña lagrima que se deslizo por mi ojo derecho. Gruñí  cuando mi mejilla ardió y recordé que me había lastimado cuando caí.

-No llores.

Susurró una voz bajita y mis ojos se enfocaron en al figura que permanecía de rodillas al pie de la cama: Ashton. Y él era el culpable de las cosquillas en mi pie. Estaba deslizando un algodón con lo que supuse sería alcohol o agua oxígenada a lo largo de mi planta e incluso en el tobillo. Se notaba ¿Cansado? ¿Serio? Por primera vez no se estaba riendo. Más bien una sonrisita de lado y más forzada que nada adornada su rostro. Vaya, ni siquiera se notaba su hoyuelo. Al terminar, deslizo un calcetín simple y blanco con franjas grises.

-Listo -suspiró-. Te lastimaste mucho los pies. 

Sus ojos entre verde azulado y miel estaban brillando. Y caí en la cuenta de que estaba haciendo esfuerzos por no ponerse a gritar. Ashton era así, reía y bromeaba y era escandaloso e hiperactivo pero si se enojaba podía ser gruñón y por seguro que no se quedaría callado con lo que le molestaba. Después de todo no tenía la culpa de que a su hermanastra le diera por salir corriendo en mitad de la noche en un ataque de pánico y ansiedad. No tenía nada que ver con que corriera casi en ropa interior sin pensar que este lugar no podría tener peligros inminentes. Pero aún no se me pasaba, todavía el corazón me latía a prisa por recordar lo que había estado soñando.

-¿Vas a...? ¿Vas a gritarme? -pregunté bajito notando que cada que hablaba la garganta me ardía y la voz salía ronca. Ge-nial.

Se lo pensó por un momento, dejó de estar arrodillado y vino a sentarse a un lado mío justo a la altura de mis piernas, puso una mano en mi rodilla y se concentro en algún lugar lejano a la cabecera de mi cama.

-Debería pero no. También debería decirle a Zachary o a mamá pero no creo que sea buena idea. ¿Por qué hiciste lo que hiciste? ¿Tienes alguna idea de lo peligroso que puede ser Sydney de noche? ¡¿TIENES ALGUNA MALDITA IDEA DE LO CERCA QUE ESTUVE DE SUFRIR UN ATAQUE AL CORAZÓN CUANDO TOCARON A LA PUERTA Y AL ABRIRLA UN CHICO TE TENÍA EN BRAZOS Y TU PARECÍAS ESTAR MUERTA?!

Señoras y señores: Ashton Irwin alterado. Bajé la mirada pensando en que responder. No se me ocurría nada. Sólo quería taparme con las sabánas y dormir hasta que dejara un hueco sobre el colchón. Pero algo llamó mi atención.

-¿Un chico? -cuestioné. 

-Uno rubio.

-¿Con ojos azules?

-Sí.

-¿Voz grave?

-¿Qué es esto ________? ¿El maldito juego de Adivina Quién...? -escupió enojado-. ¿Por qué saliste corriendo?

-Porque... Tuve un ataque de pánico. Tuve pesadillas ¿Cómo llegué a casa o...?-dije sin más. No iba a soltarle todo de golpe porque el se preocuparía de más y yo tampoco queríahacer un recuento de daños.

-Podrías haberme dicho o ir a buscarme ¿Sabes? Me preocupo por ti. Ahora bien, había bajado a buscar algo de tomar. Siempre me levantó en la madrugada a tomar o comer algo porque... Olvida eso, estaba en la cocina y tocaron a la puerta aunque fue más como si la hubieran pateado y al abrir estaba este chico. Y tú estabas en sus brazos lastimada y pálida. Me ayudo a traerte hasta acá, te curó el rostro mientras yo me aseguraba de que todos siguieran dormidos y... 

-¿Te dijo cómo se llamaba?

-No. Pero dijo que esperaba que te recuperaras pronto.

Nos quedamos en silencio un buen rato hasta que Ashton se puso de pie.

-Deberías dormir algo -sugirió mientras se estiraba y me tapaba con una manta-. Son las cinco de la mañana.

No dije nada y él se inclinó a besarme la frente cosa que provocó que me dieran ganas de llorar.

Tenía miedo de cerrar los ojos, pero al final el cansancio pudo más y agradecí que mi mente se quedara en blanco el tiempo que estuve dormida. 

Un picor en la piel me estaba sacando del sueño. No como si alguien estuviera tocandome la piel, sino más bien ese cosquilleo que sientes cuando alguien te está viendo fijamente desde hace un rato. Pero aún no abría los ojos.

Al abrirlos poco a poco la habitación ya no estaba a oscuras, una luz grisacea se reflejaba en la ventana y me permitió ver a quien estaba en el marco de la puerta.

-Buenos días -susurró.

-¿Luke?

-¿Cómo estás?

No sabía cómo estaba yo misma pero él estaba adorable. Jeans, una sudadera gris sin ningún logo o estampado y Converse negras. De nuevo me impresionó lo alto que era pues su cabeza casi tocaba la cima del umbral de mi puerta y su cabello rubio echado hacia arriba se veía suave. 

-Si eras tú -susurré bajito. Si era quien me había traído a casa. Yo no estaba loca, sabía que eran sus ojos azules los que había visto antes de desmayarme.

-¿Hablas de qué era yo quien te trajo? Si.

Sin esperar invitación o algo se adentró a mi habitación cerrando la puerta. Se sentó en mi cama y extendió una mano para acariciar mi meji... ¡Mierda! Hice una mueca cuando sus dedos fríos presionaron en la cortada del pomulo.

-Lo siento -se disculpó-. Quise venir a ver como estabas. Espero no te moleste la hora, apenas son las 7 de la mañana.

¿Solo había dormido dos horas? Eso explicaba porque aun mi cabeza se sentía tan pesada. Tal vez era que por la falta de sueño estaba alucinando y Luke no estaba aquí. Solo yo y mi retorcida mente que me hicieron decir cosas como ''¿Podrías quedarte un rato conmigo?'' y que orillaron a mi alucinación a sonreír y pasarse al otro lado de la cama y recostarse en ella. Era eso, si. Estaba loca y ya me lo imaginaba con todo y ese olor rico y varonil que se filtraba en mi nariz. Finalmente me quedé dormida de nuevo con una mano cálida unida a la mía.

[Notita de la autora]

Perdonen por subir hasta ahora, pero estuve escribiendo este cap una y otra vez porque no salía como quería. Finalmente decidí subirlo tal y como lo escribí en la octava vez (: Espero les guste porque si no alguien saldra herido... Okya.

Forte Oscurità [Hemmings] |Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora