<<Ventidue>>

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<<Ventidue>>

''Le di cabida en mi alma y no me arrepiento, pues la ha ido incendiando lentamente hasta el punto de sentir el fuego recorriéndome las venas y el cuerpo haciéndose cenizas, cayéndose a pedazos y volviéndose a construir... [...] No puedo decir que mi vida sea un retazo, porque es mucho más mi sentir´´ -Malaci (Alma Incendiaria)

-¿_______?

Levanté la vista del libro frente a mí y la enfoque en el chico delante mío que había invadido la tranquilidad y calma de mi habitación de un viernes por la tarde. Si, el tiempo se había pasado increíblemente (Y como de costumbre) muy rápido desde la fiesta el miércoles anterior. A veces me sorprendía la velocidad con que pasaban las cosas, como de repente las manecillas del reloj parecían brincar de un latido a otro a un Universo donde todo había cambiado pero que en teoría seguía siendo lo mismo. Me asustaba de repente que mi cabeza sintiera el paso de lunes a viernes como el de tan sólo una hora a otra, porque eso significaba que mi pasado iba perdiendo realismo, que las cosas iban desvaneciéndose y tal vez era una de las razones por las que me negaba a olvidar pero al mismo tiempo intentaba detener los recuerdos el máximo tiempo posible. Los recuerdos iban adheriéndose a mi alma, aunque cada uno de ellos tomara su tiempo y me doliera como una puñalada. 

Cerré el libro de poesía y lo coloqué en mi mesa de noche.

-¿Si, Ashton?

-¿Crees que me veo bonito?

Preguntó y señaló al mismo tiempo su cabeza, esa de cabellos entre rubio castaño y pelirrojo donde un pedazo de tela roja los cubría y evitaba que los mechones cubrieran sus ojos.  Desde el miércoles había avanzado buen tramo en lo que se refería a no dejar que mi humor y sus cambios constantes arruinaran la actitud de Ashton, había sido cuidadosa al no soltar comentarios ácidos en las cenas (donde ingería muy poco pero de verdad comía), incluso había tratado de arreglar mi relación con su madre; cosa que había sorprendido de sobremanera a Ann pero si eso mantenía a Ashton feliz y despreocupado entonces yo no sería quien le añadiera más piedras al costal. Mi padre no había intentado soltarme un discurso de psicología barata, Lauren y Harry me habían invitado a un pequeño maratón de películas que proyectaban en su escuela el próximo martes y... Bueno, era obvio que todos creían que de verdad un cambio estaba haciendo efecto en mí, no iba a ser yo quien les arruinara la fantasía de que todo empezaba a funcionar, quería que confíaran medianamente en mí, que dejaran de tenerme lastima aunque significara fingir de vez en cuando.

-Luces precioso -murmuré rodando los ojos y Ashton soltó una carcajada-. ¿Para qué tanto arreglo?

-No es nada, era esto o cortarme el cabello, la bandana mantiene los cabellos fuera de mis ojos y me veo sexy -contestó guiñando un ojo de manera exagerada-. No es genial tocar la batería y que el cabello te moleste en la cara.

-¿Tocas batería? -pregunté, me impresionaba que lo hiciera, aunque dado por sus  manos ágiles y largas cuando recién lo había conocido creí que tal vez se dedicara a tocar un instrumento.

-Claro que lo hago, la tenía aquí antes pero mamá dijo que remodelaría la casa aprovechando que decoraría tu habitación y no quería que le pasara nada a mi bebé, está en casa de Michael.

Asentí. Cuando escuche mi teléfono sonar y me estiré hasta el final de la cama para alcanzarlo.

''No contestaste ninguno de mis mensajes ni llamadas ¿Está todo bien? Creí que saldríamos hoy ¡ES VIERNES! ¡Fin de semana! -Luke''

Mordí mi labio sintiendo la culpa deslizarse en mi cuerpo. Al principio si que había ignorado sus llamadas y mensajes porque esa parte de mi cabeza que me taladraba con la idea de que estaba haciendo lo correcto gritaba fuerte, aunque lo extrañaba. 

Forte Oscurità [Hemmings] |Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora